El sueño de exponer en el Museo de Arte Contemporáneo de San Luis Potosí se le concedió a la artista italiana Francesca Dalla Benetta, quien presenta su obra en El rostro oculto.
La exposición de escultura invita a reflexionar sobre los temas de identidad y soledad, y se dio a partir de la invitación que la directora del museo, Nuria Garza, hizo a la artista de la Colección MILENIO Arte para exponer ahí.
“Yo amé este museo desde que lo conocí, me quedé con muchas ganas de hacer algo que fuera impactante. Escribí un proyecto especial para el museo e involucré a coleccionistas, pero también hice obra nueva y realicé una convocatoria para involucrar a personas en una de las instalaciones, al final quedó una exposición muy amplia”.
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Se exhiben 39 piezas, algunas de ellas prestadas por coleccionistas. En este universo destacan las instalaciones Conexiones y Soledad, además de un video testimonial, detalló la creadora, que nació en Florencia, influenciada por el arte renacentista y las historias de los grandes artistas.
Enigmas visuales
Hay piezas de bronce y de resinas que representan bustos, figuras humanas, mujeres y niños, todos con la particularidad de tener elementos fantásticos que dialogan con varios aspectos de la psicología humana.
El museógrafo Fernando Barragán agrupó las piezas por temática. En una isla se ven cuatro piezas que se refieren a aspectos mexicanos y prehispánicos; destaca un ajolote, que es la manera de la artista de rendir homenaje a México y que habla de la reconstrucción y la resiliencia.
Hay un pasillo en el que se aprecia una instalación creada especialmente para el museo llamada Conexiones, formada por ocho manos grandes de resina de un metro que salen de la paredes y están unidas por hilos. Lo interesante es que el público está obligado a pasar por esa obra para llegar a la siguiente sala.
“Habla de cómo nos relacionamos y que las conexiones son inevitables, a veces positivas y a veces negativas, pero tenemos que transitar por la vida con relaciones”, relató la artista.
En ese camino por el museo se encuentra otra instalación llamada Soledad, a la que le invirtió muchos meses de trabajo porque hizo una investigación antropológica sobre temáticas de violencia a partir de una convocatoria que hizo en redes a personas que desearan participar.
“Lo hicieron contando la historia de su situación o algún episodio en el que se hubieran sentido abusados o violentados. Todo el proceso se grabó y fotografió, y a raíz de esas historias se conformó la instalación con rostros humanos. Los perfiles son diversos porque me interesaba captar las distintas situaciones. Hay una retícula de rostros que a lo lejos se ven como puntos blancos en una pared”.
El recorrido termina en una sala audiovisual que muestra las entrevistas y los procesos creativos y materiales que dieron como resultado la instalación Soledad.
En esta muestra, la escultora sumerge a los visitantes en un mundo de enigmas visuales, donde las formas ocultan tanto como revelan, invitándolos a reflexionar sobre las complejas intersecciones entre las identidades personales y colectivas.
La artista comentó que para marzo de 2024 se presentará el catálogo de la exposición El rostro oculto, con textos de Avelina Lésper, directora de la Colección MILENIO Arte.
La exposición estará abierta hasta el 3 de mayo de 2024.
De Italia a México
Francesca Dalla Benetta comenzó a dibujar y esculpir desde pequeña. Estudió física por influencia de su familia, pero abandonó esa carrera para asistir a la Academia de Bellas Artes de Milán. Dice que en México encontró un lugar mágico y surrealista para vivir, luego de trabajar en la producción de la película Apocalypto (2006), de Mel Gibson, en el estudio de efectos especiales.
evt