¿Cuándo fue la primera vez que te acosaron? ¿Qué has hecho contra el acoso? Las respuestas son infinitas: “A los 12 años, mi profesor de inglés me besó y me tocó la pierna”; “cuando a los 10 años mi tío me bajó las pantaletas y me manoseó”. Esos cuestionamientos y vivencias son registrados en El tendedero, una pieza de la artista Mónica Mayer que fue creada en 1978 y que, a lo largo de los años, se ha retomado. La ocasión más reciente fue en 2016.
“El problema de la violencia hacia las mujeres sigue siendo el mismo o peor. En México hay 11 feminicidios diarios, hay un nivel de violencia doméstica impresionante. Creo que lo que ha cambiado es que hay más conciencia al respecto; cuando hice el primer tendedero ni siquiera se me ocurrió usar la palabra acoso, porque no la conocía, y eso que estaba en el movimiento feminista, que en ese tiempo era muy chiquitito. Hablábamos de temas como violación y aborto”, puntualiza la creadora.
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Mónica Mayer (1954) estudió artes, y fue justo en la escuela que se encontró con comentarios como “que las mujeres éramos menos creativas que ellos (los alumnos hombres) porque teníamos hijos: ¡estos eran los chavos que venían del 68!, artistas, radicales, revolucionarios. Me dije: ‘si estos son los revolucionarios, ¡imagínate cómo iba a estar la situación!’. Entonces empecé a interesarme y a entender que esto era un problema sistémico y tenía que enfrentarse como tal”.
Su camino por el arte feminista se vio impulsado en los años 70, después vino la creación en 1983 del colectivo Polvo de gallina negra, agrupación pionera en el arte feminista en México. Pero su labor no termina ahí, pues además es pionera en el arte del performance en el país.
Este 8 de marzo, Mayer conversa con MILENIO sobre arte y feminismo a través del tiempo, “porque las chavas hoy en día están creciendo y entendiendo que no es normal que las acosen, las violen o que vivan con miedo de salir a la calle. La lucha feminista ahora es vasta porque hay muchos feminismos: por el trabajo, las diversidades, las mujeres afrodescendientes, los ecofeminismos. Una gran variedad de posturas, desde la gordofobia y un montón de cosas que me emociona mucho porque es importante entender lo profundas que son estas violencias”.
—¿Qué es el feminismo y cómo se ve reflejado en el arte?
Hay muchas definiciones de feminismo y muchos feminismos; para mí, es un espacio desde el cual se cuestiona la opresión que sufro y enfrento como mujer, y desde ahí ser empática y solidaria con todas las otras opresiones que existen.
Sobre la creación, busca cuestionar el sexismo en el arte y busca encontrar formas con las cuales acabarlo, eso es para mí la intervención del feminismo en el arte: cuestionar el arte por un lado y por el otro hacer proyectos artísticos que cuestionen estos problemas como mujeres artistas.
—Las violencias son un problema sistémico de años, ¿ha mejorado algo?
No ha mejorado pero es más visible. Hablando de México, tanto el Museo de Arte Moderno como en el Carrillo Gil han hecho exposiciones donde sacan estadísticas de qué porcentaje de mujeres artistas tienen en sus colecciones (que está por debajo al realizado por artistas hombres): ¡Y esto fue hace 15 años y no ha cambiado! Ya conocen el problema, pero no ha habido acciones para cambiarlo; ahora, todos los meses de marzo hay exposiciones, eventos, y se escribe, pero esto no es una cosa de una vez al año, esto es algo que se tendría que abordar todo el tiempo. Sin embargo, al menos ya hay presupuesto para que se haga algo.
—Si se conoce la problemática, ¿qué pasa con los museos?
Hace falta que haya más personas que tengan conciencia, que sean feministas en los museos, que vayan entrando y estén en los lugares de toma de decisión; hace falta más organización por parte de las artistas, hacen falta más libros de historia del arte que incluyan a las artistas y que estemos en las narrativas generales de todos los tiempos.
—Hay muchos feminismos, ¿con cuál concuerda?
Lo que me interesa en el arte feminista tanto en los contenidos es la violencia, la experiencia de la maternidad, distintos contenidos que se abarcan, así como su forma, porque me interesa cómo se hace el arte, que tenga una relación distinta con el público. Me interesa cambiar aspectos del arte a partir de las ideas feministas, así que lo dejo en artista feminista, pero diría que soy una feminista que está con las ideas transinclusivas e interseccionales.
—El feminismo lucha con ideas sociales y propias, ¿con cuáles se ha enfrentado?
Siempre he dicho que mi lucha dentro del feminismo ha sido quitarme las telarañas patriarcales del cerebro, porque esas se tienen metidas tan profundo que es difícil a veces verlas, a pesar de las teorías, a pesar del arte feminista.
Hace unos años, ya llevando cuatro décadas como feminista, mi papá estaba senil y la que lo cuidaba era yo. Tengo puros hermanos, entonces la que lo cuidaba era yo, y no se me había ocurrido que existen autoviolencias, hasta que un día lo externé en Facebook y después uno de mis hermanos se ofreció a apoyar, pero yo no podía reclamar porque yo asumí en automático que me tocaba cuidar a mi papá. El primer paso en la lucha feminista es darnos cuenta de las violencias, inclusive de las que nosotras mismas ejercemos, las de afuera, las de nuestra familia.
Hay que entender que son procesos y que no hay feminista perfecta ni se tienen todas las respuestas; naturalmente hay incongruencias en la vida y vamos a distintos pasos, pero hay que respetar a las otras mujeres en los procesos que van.
—¿Todas las mujeres somos feministas?
No necesariamente. Ni todas las mujeres somos feministas, ni todos los hombres son machistas por excelencia. Todos crecimos en culturas que son machistas y que son heteropatriarcales, que son racistas, clasistas. Crecimos en esa cultura y es hora de quitarnos esas telarañas.
La mirada sobre la maternidad
Mónica Mayer participará en 'Palabras clave', serie que se transmitirá por TVUNAM en el contexto del #8M y en celebración por los 15 años del Museo Universitario Arte Contemporáneo.
En esta primera temporada, que inicia a partir del miércoles 8 de marzo y hasta el 12 de abril a las 21:00 horas, seis artistas exponen sus prácticas alrededor de una palabra clave asignada. A Mónica Mayer le tocó “maternar”, “que implica hablar de quién se encarga de los cuidados necesarios, de ese trabajo invisible que hacemos las mujeres incluyendo la crianza de los hijos”, un tema que también forma parte de sus inquietudes artísticas.
PCL