Dos fotografías inéditas de Carlota y Maximiliano de Habsburgo saldrán a subasta. En la primera se observa a la joven emperatriz sentada, elegantemente vestida, con las manos cruzadas al frente y portando un collar de perlas, así como un tocado en la cabeza. En la otra, aparece el emperador austriaco, posando de pie, viste un traje militar y empuña una espada. La mano la reposa en un cojín, sin mirar directamente a la cámara.
Adriana Alonso, maestra en estética y arte por la Benemérita Universidad Autónomas de Puebla BUAP, realiza esta descripción detalladas de ambas imágenes, que en su opinión, corresponden al Segundo Imperio, por la tonalidad amarillenta que adquirieron, lo cual es perfectamente normal para un material hecho principalmente de albúmina que al paso del tiempo adquiere esa tonalidad.
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“El estado de conservación nos habla de que la persona que las tuvo en sus manos era un conocedor de la materia pues se conservaron magníficamente, si pensamos en que el álbum cruzó el Atlántico hasta Francia debemos pensar en que se necesitaban condiciones de refrigeración específicas ya que el calor del Caribe las hubiera desintegrado”, detalla.
La también catalogadora de antigüedades de Morton Subastas, donde serán subastas las fotografía, indica que son parte de un álbum muy especial.
“Un consignante del sur de Francia se puso en contacto con Carlos Millán, nuestro especialista en París. Se quedaron de ver en el famoso café de Napoleón de Saint Germain en la ciudad luz y le mostró el objeto que encontró, en general, en buenas condiciones de conservación. El consignante, sin ninguna relación con México, más allá de este objeto, aseguró que su familia lo había conservado durante generaciones en su casa. No sabemos nada más”.
Alonso, quien es candidata a doctora en Historia del Arte por la Facultad de Filosofía y Letras y el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, indica que el lote está marcado con el número 116 Bis del catálogo de Morton, el cual corresponde a una memoria visual de este periodo de la historia de México y muestra a la fotografía como herramienta de registro y representación social. Cuenta con 46 fotografías y por su nivel de conservación, relevancia y rareza está valuado entre 50 mil y 60 mil pesos.
—¿Por qué saben que en realidad nunca se había visto o publicado ese álbum?
El álbum es inédito. No se había dado a conocer esa compilación en específico, que sin duda obedece al gusto de quien la adquirió a finales del siglo XIX. Estas imágenes se conocen gracias a su presencia en otros fondos, como es el caso del fondo digital de la Fototeca Nacional.
Las fotografías de François Aubert de Maximiliano y Carlota fueron accesibles para las clases altas hacia finales del siglo XIX por tratarse de tarjetas de visita. Ahora mismo son de dominio público en formato digital gracias a que el fondo Cruces y Campa de la Fototeca Nacional, el cual fue alimentado por las colecciones de Felipe Teixidor y el Archivo Casasola. Aunque existen muy pocas copias originales a la albúmina, por esa razón este objeto es muy preciado”.
—¿Las fotos están firmadas, fechadas o con el nombre del fotógrafo que los retrató?
No están firmadas por el fotógrafo ni por el editor. Lo que poseen es una leyenda al inicio del álbum donde se indica que son 14 fotografías de Aubert, 26 tipos por Cruces y Campa y 9 diversas. François Aubert, es quizá el fotógrafo más célebre de la comitiva de Maximiliano, ya que es recordado por su labor fotoperiodística en el momento de su fusilamiento. Él fue quien registró la muerte del emperador, entre otros momentos de su vida.
El otro conjunto importante de fotografías presente en este álbum, responde a un interesante sincretismo visual. Para explicar esta categoría, es posible resumir que la colección fotográfica de tipos mexicanos que popularizó Antioco Cruces y Luis Campa, a finales de la década de 1860 y que llegó a superar un total de 80 imágenes, es el resultado de la recreación de las calles de la Ciudad de México y sus alrededores en el estudio de dicha sociedad fotográfica.
—¿Cuál fue la relación del emperador Maximiliano y la fotografía?
Con la aparición de la carte de visite (o tarjeta de visita), y el ascenso del gusto de la burguesía por el retrato, estas curiosas postales pasaron de ser una excentricidad a ocupar un importante lugar en los afectos y predilecciones de la clase adinerada y los artistas locales. Producto indirecto de esta fotofilia es la primera galería de gobernantes de la sociedad Cruces y Campa, publicada en 1874, y titulada “Galería de personas que han ejercicio el mando supremo de México con título legal o por medio de la usurpación.
De tal modo, la curiosidad de Maximiliano por la imagen, legó una primera galería al óleo de héroes patrios y un interesante conjunto de fotografías suyas, de Carlota, su corte y amigos; testimonio de ello son algunas elocuentes imágenes contenidas en este álbum. Maximiliano heredó de la realeza europea el gusto por el óleo y más tarde por la fotografía como medio de consolidación política.
—¿Qué uso político o social le dio Maximiliano a la fotografía?, ya que se conocen varias fotografías de él y de Carlota
El inicio de la fotografía en México tuvo una finalidad semejante a la que tuvo el óleo en Europa pues además de tener objetivos ornamentales y estéticos pretendía consolidar la imagen de los gobernantes ante el pueblo, algo que la fotografía facilitó, ya que de un negativo en colodión se podían sacar varios positivos en albúmina.
—¿Se tiene alguna idea de en qué lugar fueron tomadas esa imágenes?
Todas, con excepción de las que muestran el momento del fusilamiento de Maximiliano, así como las tumbas del emperador y sus militares, fueron tomadas en un estudio fotográfico. La razón para determinarlo, se debe a los largos períodos de exposición (de 5 a 10 minutos) que se requerían para una toma nítida, así como el control de la luz que ello implicaba.
—Las fotografías en cuestión forman parte de un álbum que llamaron “tipos mexicanos” como el tlachiquero y la vendedora de frutas, ¿por qué incluyeron a Maximiliano y a Carlota?
Los personajes que aparecen retratados no eran propiamente los sujetos reales sino modelos que encarnaban determinados estereotipos de la mexicanidad. Y que muy probablemente fueron contratados por los fotógrafos vestidos y retratados en estudios, con poses muy específicas. La razón por la que Maximiliano y Carlota aparecen en este álbum se debe a la popularidad de los compendios fotográficos en álbumes, los cuales se hacían al gusto de los compradores. En este caso, dado que el álbum terminó en Francia, puede deducirse que el interés radicaba en lo ‘exótico’ de los tipos mexicanos y una afinidad por el segundo imperio.
Las dos fotos inéditas serán vendidas en el álbum que las contiene, el 27 de octubre en la Subasta de antigüedades: México, una nación imaginada, de Morton Subastas.
PCL