Muere Rubem Fonseca, “un milagro literario” de Brasil

Literatura

A menos de un mes de llegar a los 95 años de edad, el escritor brasileño falleció a causa de un infarto que sufrió en su departamento en Río de Janeiro.

Rubem Fonseca, autor de obras como "Los prisioneros" y "El collar del perro" (Especial).
Ciudad de México /

Considerado uno de los mayores autores de las letras brasileñas, Rubem Fonseca fue autor de algunos títulos clave, como Agosto, Diario de un libertino, El salvaje de la ópera, El cobrador, Feliz año nuevo o El gran arte, por mencionar sólo a algunos, todos ellos publicados en México bajo el sello Cal y Arena.

Su editor en México, el escritor y colaborador de MILENIO, Rafael Pérez Gay, escribió en su cuenta de Twitter que Fonseca “fue un milagro literario y un escritor que murió, literalmente, escribiendo”; mientras Antonio Ortuño lo señaló como “el narrador que mejor leyó y escribió la América Latina real, la desigual, hiperviolenta, irónica, vital y caudalosa América Latina. Su prosa sigue siendo la más viva de nuestros países, con distancia”.

Rubem Fonseca (Juiz de Fora, Minas Gerais, 11 de mayo de 1925), además de escritor fue guionista de cine brasileño; incluso, los especialistas aseguran que su obra no sólo se caracterizó por inaugurar una nueva era en la ficción brasileña, a la que volvió más urbana, sino por las influencias de la literatura estadunidense y del lenguaje cinematográfico.

Formado en Derecho, ejerció varias actividades antes de dedicarse enteramente a la literatura. En 2003, ganó el Premio Camões, el más prestigiado galardón literario para la lengua portuguesa, una especie de nobel para escritores lusos.

También fue policía

De acuerdo con datos biográficos publicados en la página de Cal y Arena, el 31 de diciembre de 1952 inició su carrera en la policía, como comisario, en el décimo sexto Distrito Policial, en São Cristóvão, en Río de Janeiro.

Muchos de los hechos vividos en aquella época y de sus compañeros de trabajo están inmortalizados en sus libros. Alumno brillante de la Escuela de Policía, no demostraba, entonces, propensiones literarias. Pasó poco tiempo en las calles. La mayor parte del tiempo en que trabajó, hasta ser exonerado el 6 de febrero de 1958, un policía de oficina. Cuidaba del servicio de relaciones públicas de la policía.

En junio de 1954 recibió una licencia para estudiar y después dar clases sobre ese tema en la Fundación Getúlio Vargas, en Río de Janeiro.

Fue policía de oficina (Especial).

​Los contemporáneos de Rubem Fonseca dicen que, en aquella época, los policías eran más jueces de paz, separadores de pelea, que autoridades. Rubem veía, debajo de las definiciones legales, las tragedias humanas y conseguía resolverlas. En ese aspecto, afirman, él era admirable.

Su obra fue prohibida

Elegido para especializarse en Estados Unidos, entre septiembre de 1953 y marzo de 1954, aprovechó la oportunidad para estudiar administración de empresas en la Universidad de Nueva York. Después de salir de la policía, Rubem Fonseca trabajó en la Light hasta que comenzó a dedicarse integralmente a la literatura.

Las obras de Rubem Fonseca generalmente retratan, en estilo seco, áspero y directo, la lujuria sexual y la violencia humana, en un mundo donde marginales, asesinos, prostitutas, delegados y pobres miserables se mezclan. Fonseca dice que un escritor debe tener el coraje de mostrar lo que la mayoría de la gente teme decir.

En gran parte, debido a ello la dictadura prohibió su obra al acusarlo de atentar contra la moral y las buenas costumbres, lo que más bien hizo que se convirtiera en un bestseller en Brasil.

Descrito por sus amigos como persona simple, afable y de óptimo humor, Rubem Fonseca solía rechazar las entrevistas y prefería el anonimato antes que la fama, aunque no lo suficiente como para no obtener el reconocimiento no sólo de los lectores en lengua portuguesa, sino incluso universal.

vmb

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