Santiago García fue actor, dramaturgo y director de teatro, recordado en su tierra natal, Colombia, por ser fundador del teatro La Candelaria, uno de los más importantes de Bogotá.
En 1966, un grupo de artistas e intelectuales del entonces naciente movimiento de teatro experimental en Colombia abrieron sus puertas para ofrecer funciones pero, también, aportar análisis teóricos sobre los alcances de este arte. Desde su apertura, García, quien tenía 91 años de edad cuando murió el día de hoy, fue su director.
El también poeta y pintor, pilar de la cultura colombiana, arrancó su carrera actoral en 1957, como discípulo del director escénico japonés SekiSano. Posteriormente ingresó a la Universidad de Praga, estudiando también en el Actor’s Studio de Nueva York y, en 1963, en la Universidad de Teatro de las Naciones en Vincennes, Francia.
Dirigió el grupo de teatro de la Universidad Nacional en Bogotá y la Escuela Nacional de Arte Dramático, visitando a la vez países como Cuba, México, Estados Unidos y Costa Rica para dirigir algunos montajes.
Durante décadas recibió reconocimientos, entre ellos el Premio Ollantay del Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (CELCIT), el Premio Cultural ALBA de las Letras y las Artes por la obra de toda la vida y varios doctorados honoris causa.
En 2012, fue declarado Embajador Mundial del Teatro por el Instituto Internacional de Teatro (ITI, Unesco), llevando el mensaje de continuidad del teatro como espacio no solo para el entretenimiento y la labor escénica, sino también como fuente generadora de contenidos, de cambios sociales e ideologías. Al haber incursionado en el teatro del absurdo europeo y, a la vez, en el montaje de obras del repertorio clásico, García tenía una amplia visión de la labor teatral.
Escribió las obras de creación colectiva Nosotros los comunes (1972), La ciudad dorada (1973), Guadalupe años sin cuenta (1975, Premio Casa de las Américas), Los diez días que estremecieron al mundo (1977, Premio Casa de las Américas), entre otras.
vmb