Considerado por algunos el verdadero padre de la Patria por haber consumado la Independencia de México, Agustín de Iturbide vivió en Tamaulipas el último de sus días. El Congreso de este estado ordenó fusilarlo, después de haber sido declarado traidor a la patria, lo que para muchos fue injusto.
En opinión del historiador Federico Juárez Andonaegui, el Congreso y el gobierno de Tamaulipas deben pedir perdón, por lo que él considera un asesinato del político y militar que llevó a feliz término la Guerra de Independencia.
“Mi propuesta surge por la opinión de varios compañeros historiadores imparciales y el clamor popular frente a una injusticia que quedó plasmada en las páginas de la historia de México. Al paso del tiempo, ya calmadas las pasiones, vemos la necesidad de que así como se pide perdón por otros hechos del pasado, se haga justicia en este caso”, expone.
LA HISTORIA
Según información del Instituto Nacional de Antropología e Historia, así como de la Sedena, un 24 de agosto de 1821, Iturbide firmó los Tratados de Córdoba con Juan O’Donojú, último jefe político superior de la Nueva España, para el reconocimiento de la Independencia nacional.
El 27 de septiembre de ese año, el Ejército Trigarante hizo su entrada triunfal en la Ciudad de México y al día siguiente se instaló la Junta Provisional Gubernativa, que promulgó el Acta de Independencia.
Iturbide fue nombrado emperador de México, pero ya en su mandato se enfrentó a grupos opositores que dificultaban su gobierno, siendo la mayoría del Congreso Constituyente uno de ellos. Por tal motivo, ordena su disolución.
En respuesta, Antonio López de Santa Anna y Guadalupe Victoria, promovieron un plan para restituir el Congreso, desconocer a Iturbide e instaurar un gobierno republicano.
Ante la unión de varios militares en su contra, el 20 de marzo de 1823, el emperador abdica al trono y se dirige a Veracruz para embarcarse a Italia.
El 3 de abril de 1824, el Congreso federal declara fuera de la ley a Iturbide y lo considera un traidor. Sin sospecharlo siquiera, el personaje regresó a México, desembarcando en Soto La Marina, Tamaulipas el 14 de julio de ese año, donde de inmediato fue aprehendido y juzgado por la Legislatura local.
Ese poder ordena su fusilamiento, llevado a cabo el 19 de julio de 1824 en Padilla Tamaulipas.
UNA “VERDAD HISTÓRICA”
“Al pueblo mexicano se le debe decir la verdad y desmitificar una mentira convertida en verdad oficial a partir de 1921; hay que reconocer, como lo hicieron los contemporáneos de Iturbide, su mérito de haber pacificado a nuestra Patria”, comenta Federico Juárez.
Sostiene que, después de deshacerse de Iturbide, se llamó al país República Mexicana y finalmente, Estados Unidos Mexicanos, “como un acto de servilismo al vecino país”.
Desde su punto de vista, el Congreso del Estado de Tamaulipas, cometió un crimen al haber ordenado el asesinato del “padre de la patria” y le corresponde junto con el Ejecutivo pedir perdón por lo hecho en aquella época.
“En un acto de justicia es necesario pedir ese perdón por parte de la Legislatura actual, puede hacerlo también el gobernador por ser el representante del pueblo de Tamaulipas y daría más fuerza lo hiciera el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador”, considera Juárez Andonaegui.
El historiador apunta que el fondo del movimiento en su contra fue porque el imperio mexicano era un obstáculo para los planes de expansión de Estados Unidos.
Menciona que para el año 1821, México ya había perdido Alaska, las islas colindantes con el Dominio del Canadá, la Isla de Nutka, importante centro comercial mexicano, actualmente su nombre es Vancouver; los territorios de los cuales se formaron los actuales estados de Washington, Oregón, Montana, Idaho, Wyoming, Minnesota, Iowa, Missouri, Arkansas, Louisiana, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Nebraska, Florida y parte de Colorado, Alabama, Misisipi, Utah y Oklahoma.
Hasta el año 1921 se le rendían honores al libertador mexicano, inclusive en el periodo de Benito Juárez. Pero a partir de ese año, siendo presidente el General Álvaro Obregón, “por mandato del gobierno de Estados Unidos se ordenó retirar todo aquello que significara honores al personaje, incluso se pidió quitar del recinto de la Cámara Legislativa, su nombre grabado con letras de oro”, concluyó el entrevistado.