Xantolo, una festividad donde se “ríen y bailan en comunión con la muerte”

Tradición

Eloísa Hernández señala que en los últimos años esta celebración mexicana ha venido ganando terreno y mayor presencia que el Halloween

Día de Muertos y Xantolo, tradición huasteca | Foto: Yazmín Sánchez
Antonio Campos
Tamaulipas /

La celebración del Día de Muertos en medio de la contingencia sanitaria por el covid-19, llega a tener un mayor valor en los hogares mexicanos, pero más en aquellos con raíces huastecas en donde la instalación de altares y los rituales, hacen latir el corazón de los miembros de la familia porque les permite recibir en casa a esos seres queridos que ya no pertenecen al mundo de los vivos.

El hablar del Xantolo es remontarnos a una de las tradiciones más arraigadas de nuestro México, ya que precisamente es recordar a los que en vida formaron parte de nuestra historia y esencia, comenta la responsable de la promoción cultural, popular, indígena y urbana de la zona huasteca, Eloísa Hernández Mateos.

Día de Muertos y Xantolo, tradición huasteca | Foto: Yazmín Sánchez

En la región esta tradición se vive de una manera muy particular, ya que al tener como creencia que nuestros difuntos nos visitan, fortalece nuestra cultura popular y da sentido a usos y costumbres de estos pueblos que aportan a México una enorme riqueza cultural en su diario caminar.

De acuerdo con el marco geográfico de la huasteca, que comprende el norte de Veracruz, sur de Tamaulipas, sureste de San Luis Potosí, norte de Puebla y el este de Hidalgo, el hablar de las celebraciones del Día de Muertos, el Día de Todos los Santos o Xantolo, es remontarnos a esa población étnica de nahuas y tének, mismos que poseen una riqueza singular en las expresiones culturales de sus comunidades, y la desbordan en cada una de las festividades los días 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre.

Se trae en la sangre

La familia Gonzalez Cruz, por segundo año consecutivo estará realizando esta celebración a distancia, ya que a pesar de que el semáforo epidemiológico, por la disminución de los casos de covid-19 se muestra favorable, la situación económica no ha sido muy propicia.

Reyna, menciona que ella es de Tantoyuca, mientras que Carlos, su pareja es de Chonta, Veracruz, ambos se encuentran residiendo en Altamira, en donde no dejarán pasar los festejos del Día de Muertos y para ello han elaborado un pequeño altar.

Día de Muertos y Xantolo, tradición huasteca | Foto: Yazmín Sánchez

Ella reconoce que este no se compara a los realizados por su madre, quien coloca ofrendas especiales, elaboradas con sus propias manos, como es el caso de los tamales, caldo de guajolote, enchiladas, pemoles, aguardiente, cervezas, refrescos, atole, todo de acuerdo al gusto de quienes se adelantaron.

Recuerda que los preparativos de estas fiestas, normalmente inician desde el primero de octubre, fecha en donde cada uno de los miembros de la familia saca sus ahorros para comprar los insumos necesarios y reparar o confeccionar sus trajes, con los cuales bailarán en el tradicional destape de Xantolo.

Y es que de acuerdo con sus creencias, no deben faltar los rituales y ofrendas que nos recuerdan que después de celebrar la vida, no nos debemos olvidar de los muertos.

Herencia de pueblos huastecos

La celebración del Día de Muertos es considerada desde el 2003 por la Unesco, patrimonio cultural de la humanidad. Eloisa Hernández, cuenta que los grupos Tének o huasteco que habitan principalmente al noreste de los municipios veracruzanos como es el caso de Tantoyuca, poseen creencias muy arraigadas y bien definidas en lo que se refiere al Día de Todos los Santos.

“Esta es una celebración muy importante, porque Dios les da la oportunidad de que sus seres queridos que pasaron a otra vida, los vengan a visitar”. Es por ello que, al acercarse la fiesta se empieza a preparar todo.
Día de Muertos y Xantolo, tradición huasteca | Foto: Yazmín Sánchez

Según la creencia popular, el 1 de noviembre se conmemora a los muertos “chiquitos”, niños y adolescentes que por alguna causa fallecieron cuando apenas empezaban a vivir, mientras el 2 se celebra a los difuntos adultos y se realiza la última ofrenda para quienes se adelantaron.

Estas se ponen en un altar donde no puede faltar un arco, que simboliza la puerta de entrada de la casa para los difuntos, mientras se ofrenda con una copalea para purificar el alma, llamándolos con el olor de las flores y el incienso y para ello ya está dispuesto el camino de flor de cempasúchil, que incluso se puede hacer desde la calle para aquellas almas que no son de casa pero que se les quiere invitar.

Mientras tanto, en las calles, las cuadrillas de danzantes, zapatean al ritmo del violín portando disfraces con la intención, según la creencia popular, de engañar a la muerte.

Tradiciones que para el sur de Tamaulipas, han empezado a agarrar fuerza con apoyo de las instituciones educativas, que de manera virtual a causa de la contingencia sanitaria por el covid-19, continúan trabajando con los estudiantes para mantener presente las celebraciones del Día de Muertos, comenta el historiador Francisco Ramos Alcocer.

Altar de Día de Muertos, tradición huasteca | Foto: Yazmín Sánchez

Reconoce que en los últimos años esta tradición mexicana ha llegado a tener más presencia y poco a poco ha ganado terreno a la conmemoración del día de brujas o Halloween, festividad que proviene de los Estados Unidos.

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