A los 44 años falleció Andrés Flores, quien fue uno de los grandes difusores del son jarocho, ya que interpretó y enseñó este género en distintos lugares tanto del país como del extranjero, además de ser uno de los fundadores del reconocido grupo Chuchumbé. Su muerte ocurrió el pasado viernes luego de sufrir un derrame cerebral el día anterior.
Por redes sociales, integrantes de la comunidad del son jarocho de Veracruz y otros sitios dieron a conocer que el músico, conocido por tocar el pandero de son, había sufrido el derrame cerebral y que su familia no contaba con los recursos necesarios para solventar la emergencia. Las muestras de solidaridad llegaron hasta la organización de un fandango y encuentro para recaudar fondos, en Coatzacoalcos, lugar de nacimiento de Flores. Sin embargo, el viernes por la tarde, también mediante redes sociales, se dio a conocer que el sonero había muerto.
En 2017, Flores salió de Coatzacoalcos debido a la inseguridad, algo que él mismo dio a conocer. Desde hace más de dos años, esa ciudad, y en general la zona sur de Veracruz, ha sufrido una escalada de violencia.
El sonero publicó una carta a Coatzacoalcos, en la que recordaba la ciudad de su infancia, donde conoció y aprendió a tocar el son jarocho. Decidió vivir en Xalapa.
Flores se dedicó a promover y enseñar el son jarocho en talleres, participando en fandangos y como laudero. Desarrollaba el proyecto musical Flores de Parota.
Murió Andrés Flores, gran cultivador del son jarocho
El fundador del grupo Chuchumbé impartió talleres, organizó fandangos y se especializó en laudería.
Xalapa /
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