Murió el escritor Huberto Batis

La familia del también periodista, de 83 años, confirmó la noticia de su muerte; hace más de cuatro meses una afección respiratoria lo mantuvo en el hospital.

Huberto Batis cuando recibió el premio de Periodismo Cultural Fermando Benitez en el marco de la XV FIL de Guadalajara (Cuartoscuro | Archivo)
Blanca Valadez
Ciudad de México /

El escritor, investigador, crítico literario y periodista Huberto Batis falleció este miércoles a la edad de 83 años de una afección respiratoria que lo mantuvo una larga temporada en el hospital, aunque después se refugió en su casa donde se consagró a escribir sus memorias, a opinar sobre las campañas políticas y seguir formando a generaciones de alumnos.

María Cristina García Cepeda, secretaria de Cultura, informó sobre la muerte Batis, el pornógrafo, como lo llamaban sus amigos y admiradores, a quien llamó “pilar del periodismo cultural”.

Nacido en Guadalajara, Jalisco, en 1934, Batis, por 16 años (1984- 2000), dirigió las páginas del suplemento Sábado, publicado en el diario de unomásuno, donde dio a conocer a diversas generaciones de escritores y ensayistas como Evodio Escalante, Guillermo Sheridan, Ignacio Trejo Fuentes, Sandro Cohen, Jorge Volpi, Enrique Serna y Guillermo Fadanelli.

En esas páginas abordó, sin censura, temas tan amplios como la pornografía, la homosexualidad, la filosofía e historia, asimismo la fantasías eróticas, la crítica literaria y hasta permitió publicar declaraciones de amor entre lesbianas, confidencias íntimas de profesoras universitarias, divertimentos procaces y poemas redactados por lectores tan amplios como taxistas.

Se hizo fama de ser un “ogro furioso” por sus ácidas críticas hacia “el mundillo cultural” y académico de México, pero también de un poeta enamorado, fanático de la actriz Bibi Gaytán, a quien describió como un monumento de belleza. Incluso tenía su famoso Diván donde sentaba a las mujeres hermosas y solía tomarles fotografías.

Algunos los catalogaban de exhibicionista. Su carácter, desde adolescente, siempre rebelde y contra la represión, lo hizo ir en contracorriente, incluso asumió el suplemento en un momento difícil, cuando lo dejó Fernando Benítez, pero aún así atrapó a todo tipo de lectores.

Enrique Serna, en la revista Letras Libres, describió a Huberto Batis como “el agitador más inteligente de la vida cultural mexicana en el último cuarto de siglo. Su trayectoria es diametralmente opuesta a la de los intelectuales dóciles y acomodados, pues en vez de utilizar la marginalidad como trampolín para llegar al poder, se ha dado el lujo de rechazar los puestos más tentadores del aparato cultural, con tal de conservar la libertad y la independencia.

“Indisciplinado hasta la grosería, incapaz de moderarse ante nadie, ni de aceptar presiones por motivos políticos, Batis se ha hecho fama de energúmeno entre la gente que confunde la actividad cultural con las relaciones públicas”, de acuerdo con Serna.

Batis solía tener en su oficina periódicos regados en su escritorio y en el piso. Siempre se le veía atado a su mesa plena de papeles, libros, con textos de colaboradores que a veces destruía, los hacía bolitas y los botaba en el cesto de basura, pero también supo reconocer la calidad de sus colaboradores.

“Nunca me arrepentiré de haber hecho Sábado”, que realizó a lo largo de 1999, en la Redacción de unomásuno y en las aulas de la Facultad de Filosofía, dijo en una entrevista Batis.


VJCM

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