Con sus raíces en los antiguos grabados japoneses y éxitos como Dragon Ball o Pokémon, el arte narrativo nipón conocido como manga se ha convertido en un fenómeno cultural global, que trasciende fronteras y mueve millones.
A fin de explorar esta modalidad artística, que facturó unos 3 mil 500 millones de euros en 2016, el Museo Británico ha organizado la exposición Manga, la mayor montada fuera de Japón.
El director del museo, Hartwig Fischer, dijo que espera “un enorme interés” por esta muestra, que ofrece una “nueva dimensión” sobre “la forma narrativa más popular del momento”, que aborda “diferentes aspectos de la vida y temas relevantes de la sociedad actual”.
Dividida en seis salas, la exhibición, que abarca más de 70 títulos y 50 artistas vivos, traza la historia de este estilo de cómic o novela gráfica, desde su inspiración en las estampas de los artistas nipones del siglo XIX hasta las películas o videojuegos que lo han popularizado a escala mundial.
Con la apertura al comercio internacional en 1859, entraron en Japón publicaciones satíricas estadunidenses y europeas que, junto con los cómics y el cine americano introducidos durante la ocupación aliada tras la Segunda Guerra Mundial, influyeron en la evolución del manga.
A finales de los años 50 del siglo pasado proliferaron esas viñetas con sello nipón en revistas y publicaciones periódicas, que vivieron su época de oro en los 80 y 90, para posteriormente pasar al terreno del cine, las consolas y la mercadotecnia.
Con filmes como El viaje de Chihiro (2001) se ha creado el más famoso y querido cine de animación que existe, que ha permitido al manga acceder a audiencias de todo el mundo.