Todos los museos, con excepción del Museo de Arte Moderno (MAM), que deja mucho que desear por la dirección que tiene, están secuestrados por el mercado del arte y porque las autoridades culturales así lo permiten, reflexiona el artista plástico Arturo Rivera.
“Desde hace 18 años no me han dejado exponer en Ciudad de México, ahorita tengo la oportunidad de hacerlo: el Claustro de Sor Juana me invitó a presentar Autofagia, a inaugurarse el próximo jueves. Eso pasa porque todos los museos están tomados, secuestrados, con excepción del MAM”.
Ya es insostenible en México la situación de la cultura, argumenta, en la sala de su casa: “En el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), uno de los más bellos museos que hay, no se expone una sola pintura, en pocas palabras, porque los museos de México están secuestrados por el mercado, por lo que llaman el VIP: video, instalación y performance”.
Dice que no se ha acercado a las instituciones culturales porque no le interesa: “El nuevo gobierno no sé qué piensa hacer, se va a Tlaxcala. Si es que resulta con alguna propuesta, qué propuestas puede hacer, creo que es difícil para el Estado abstraerse de lo que está de moda”.
El Primer Premio de la Segunda Bienal Internacional de Arte de Pekín en China, en 2005, reconoce que por momento, como artista, la crisis lo agobia porque no desea repetirse: “El chiste de la crisis es reinventarse, sin complacer. He tenido crisis pictóricas, como unas 20, el problema es irlas superando”.
La pintura no es una carrera académica, es un oficio, como el del artesano, porque se crea con las manos, afirma el creador quien ha expuesto en el Instituto Mexicano de Washington, D.C., y en el Haus del Kunst, en Munich.
Rivera, al anunciar su exposición Autofagia, detalla que está conformada por 50 obras, cuya producción abarca cerca de cuatro décadas. Para integrar la muestra solicitó a sus coleccionistas algunas de sus piezas: “Hacer una exposición es muy tedioso”.
Las obras reunidas proceden de diversas colecciones del Museo de Arte Contemporáneo (Marco), de Monterrey, el Museo de Arte del Estado de México, de la Secretaría de Hacienda, así como del acervo del propio artista, entre las que destacan sus obras más recientes como La caída, y la escultura en bronce La Espera, realizadas en este 2018.
“Mis pinturas son realistas, hay una confusión con la figuración, la cual puede pensar en un chapulín y lo representa; en cambio, el realismo conlleva varias intensidades”, sostiene Rivera, quien ha participado en exposiciones colectivas e individuales en Nueva York, Munich, Medellín, Roma, Berlín, París, Tokio, Londres y Chicago, entre otras ciudades del mundo.
Con la exposición de Autofagia, y la presentación de la reedición del libro Arturo Rivera, con prólogo de Avelina Lésper, publicado por Editorial Resistencia, inicia el programa conmemorativo por los 40 años de la Universidad del Claustro.
En el ejemplar, la crítica de arte y directora de la Colección MILENIO Arte escribe el texto: “Arturo Rivera, la habitación, el presagio y el testigo, en el cual destaca que el artista realiza sus pinturas, sus autorretratos y puestas en escena, dando rostro a sus personajes desde el anonimato, él desaparece y se traspasa en el Otro, él termina consigo mismo al firmar una obra, se aniquila”.
La cita es este jueves a las 18 horas en el Claustro de Sor Juana, ubicado en Izazaga 92, en el Centro Histórico.
Museos, secuestrados por el mercado: Arturo Rivera
El artista plástico señala que hasta ahora el Claustro de Sor Juana lo invitó a presentar Autofagia, a inaugurarse el próximo jueves.
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