El escritor Juan Villoro (Ciudad de México, 1956) presentó por primera vez su libro No soy un robot (Anagrama) que estará disponible en librerías a mediados de septiembre porque los ejemplares apenas vienen en barco desde España.
“Seguimos dependiendo en parte de las editoriales españolas, estamos un poco como en los tiempos de la Nueva España, porque el libro vino en barco y yo decía ‘cuándo llega a México’ y contestaron que no, que al libro lo desviaron los huracanes y el barco está en Santo Domingo o no sé dónde”, señaló el autor en el marco de la Gran venta nocturna del Fondo de Cultura Económica.
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En No soy un robot, Villoro hace una reflexión sobre cómo lo digital transforma nuestras vidas y la relación con la lectura combinando el ensayo con la crónica, la divulgación de noticias tecnológicas, las memorias y el cuaderno de viajes.
“Finalmente logramos que llegaran algunos ejemplares de mi nuevo libro para esta presentación. Yo les dije ‘el fondo nos abre las puertas, no le importa la competencia, le importa que se venda el libro’ y entonces mandaron unos por avión y tenemos aquí al batallón aéreo de unos cuantos ejemplares que llegaron y los demás siguen lentamente en barco o ya sospecho que en trajinera”, agregó el escritor en medio de risas.
Juan Villoro explicó que pertenecemos a la primera generación de seres humanos que tenemos que demostrar ante una máquina que todavía somos humanos.
“A ustedes les habrá pasado en un sitio web que de pronto aparece esta casilla que dice ‘no soy un robot’ y se lo tenemos que demostrar a una máquina y con la inteligencia artificial muy pronto, algunos de nosotros, probablemente seremos sustituidos por las nuevas funciones que están adquiriendo las máquinas. Estamos en una época de enorme tecnología que ha creado una gran dependencia, muchos de nosotros no nos podemos alejar de nuestro celular porque nos comenzamos a sentir indefensos, anormales, dependemos de estas prótesis que son ya parte de nuestra vida”.
Durante la charla en la librería Octavio Paz del FCE, la cual contó con un gran número de lectores, el autor opinó: “Quise explorar cómo seguimos leyendo en este momento y de qué sirve leer libros en papel o electrónicos. Es una crónica de nuestro tiempo a partir de la lectura y ante los grandes cambios, lo que perdura es la literatura clásica desde los griegos. Es un libro militante donde quise defender la importancia de la letra, porque si algo nos va a librar de no ser robots es la complejidad de lectura”.
Y el escritor agregó “es la posibilidad de transformar el dolor en placer, que es algo que las máquinas no conocen, la capacidad de autoengaño, una de las mayores virtudes y a veces un defecto humano y las computadoras todavía no se pueden engañar a sí mismas; las computadoras no sufren, no sienten dolor, y por lo tanto, no lo pueden trascender. Y qué es la literatura, sino el dolor trascendido en arte, el dolor reconvertido en una forma del placer. Los personajes pasan por circunstancias terribles, pero al final nos reconciliamos con la vida, por la belleza, por la intensidad con que está escrito. La lectura es una manera de mantenernos todavía del lado de lo humano en una época en que lo humano empieza a disolverse”.
Durante la presentación, Juan Villoro reflexionó sobre Chat GPT, el algoritmo, la huelga de los guionistas en Estados Unidos y relató anécdotas de su esposa y él batallando con vencer al algoritmo, pues “nos hemos convertido en mercancías”.
“El principal negocio del planeta son los datos personales de todos nosotros, todos dejamos en las llamadas cookies, como en el bosque hechizado de los monstruos, estas migas de pan y entonces nos rastrean los algoritmos para ofrecernos ofertas y se venden estos datos”, explicó.
El autor opinó que “una de las labores del escritor es el poner las antenas para entender el mundo, quizá con algunas claves que no han sido vistas, entender sus misterios, porque no hay nada más mágico que la realidad”.
Al final, Juan Villoro recibió algunas preguntas del público, un joven lo cuestionó sobre la siguiente gran era.
“No tengo la menor idea de cuál es la siguiente era que viene, decía Jorge Luis Borges: ‘lo único que sabemos del futuro es que difiere del presente’. ¿Quién iba a pensar que tendríamos una pandemia o que seríamos sustituidos por máquinas? Yo creo que la era que nos falta vivir es la del contacto con otras civilizaciones extraterrestres, pero, por desgracia, nosotros estamos en la periferia de la Vía Láctea; estamos como en el Chalco de la Vía Láctea, en un suburbio muy lejano y para que lleguen a nosotros es difícil. Pero la era intergaláctica es la que nos falta, los migrantes espaciales que ya existirán o los seres extraños que pudieran llegar acá, tenemos la idea de que nos pueden dominar, porque seguramente tienen una civilización superior a la nuestra, pero debemos también pensar optimistamente que si su civilización es superior a la nuestra, pues no necesariamente vendrán en aras de destrucción, sino a comprar libros al Fondo de Cultura Económica”, lo que desató aplausos y muchas risas entre los asistentes que esperaron hasta al final para participar en una multitudinaria firma de libros con Juan Villoro.
PCL