Rafa Saavedra decía que "si perdemos Tijuana, México se quedará sin futuro". Y Ramón Amezcua, ‘Bostich’ en el colectivo Nortec, está de acuerdo con el escritor tijuanense fallecido en 2013. Al escuchar su nombre, lo recuerda: "Mi entrañable amigo”.
Ramón y Pepe Mogt ‘Fussible’, visitaron Guanajuato para presentarse en la edición 52 del Festival Internacional Cervantino, una fiesta de la que dijeron sentirse contentos de participar, y así lo demostraron en su espectáculo, que tuvo como sede Los Pastitos. Con una estética escénica a lo Kraftwerk, el dúo evocó la nostalgia de cientos de fans con su mezcla de música electrónica con sonidos de acordeón, tuba y otros elementos del regional.
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En el marco de este concierto, Ramón habló con MILENIO sobre el hogar del colectivo, esa ciudad que acoge dentro de sí a muchos universos: Tijuana.
“Creo que Tijuana, de alguna manera, fue punta de lanza en algunas cosas. Desde la historia del rock, de la música electrónica… no fuimos pioneros, pero éramos como una isla con su propia identidad”, reconoce el músico.
Los tijuanenses, dice, “siempre hemos sido muy celosos de lo que es propiamente de Tijuana”. Y pone como ejemplo al guitarrista Javier Bátiz, pues “no se podría hablar de la historia del rock mexicano sin sus acordes”.
Sobre el panorama artístico actual de la ciudad fronteriza, lo nota “muy disperso, pero eso no quiere decir que haya muerto, sino es algo muy natural de una ciudad que crece tan rápido”.
“Hace 15-10 años todos nos conocíamos, había una influencia mutua, pero hoy es tan grande que se pierde, no por cuestión de creatividad, sino que la ciudad ha crecido tanto que ya no hay algo muy concreto. Es natural, sucede en las grandes ciudades, van creciendo y se pierde mucho contacto entre la misma gente”, explica.
Otro factor que incide de manera directa en la dispersión artística tijuanense es la violencia, así lo reconoció ‘Bostich’ durante la conferencia de prensa previa a su show cervantino: estamos “orgullosos de ser de Tijuana, a pesar de que sabemos que es una ciudad con muchas problemáticas de seguridad”.
Al ser Nortec un colectivo que navega desde finales de los años 90, a sus integrantes les ha tocado presenciar muchos cambios en el consumo musical. Y del paradigma actual, regido por algoritmos y el streaming, Ramón opina que “es un problema para los que nos gusta buscar y encontrar cosas nuevas”.
“Como hay tanta música y con tanta facilidad de está componiendo… Retomando lo de la inteligencia artificial, puedes subir álbumes hechos con eso a los que les pones tu nombre. Con tanta producción, se pierde, es más complicado. Sin embargo, todavía hay plataformas, como Bandcamp, donde puedes encontrar alguna cosa. Es un problema porque ya no te da tiempo de escuchar, 15 segundos y a la que sigue”.
La estética es otro baluarte de Nortec: cómo olvidar esas ilustraciones de figuras con sombrero vaquero hechas por Gerardo Yepiz ‘Acamonchi’. “Ahora nosotros estamos retomando muchas imágenes de Baja y llevarlas a la parte visual. Hubo un tiempo que usábamos lo norteño porque era lo que teníamos, era una cultura. Pero ahora estamos tomando la estética natural de nuestro estado. Mucho de eso será parte de nuestro nuevo show”, comenta Amezcua.
¿Y cuándo será este nuevo show, que marcará una nueva pauta creativa para el dúo tras el lanzamiento del álbum De Sur a Norte (2022)? En marzo del próximo año. Nortec lo presentará en uno de los lugares más emblemáticos de Tijuana, donde se han presentado artistas de la talla de Ariel Camacho, Conjunto Primavera, Grupo Firme y Los Acosta: Las Pulgas.
“Va a ser una experiencia surrealista. He ido a Las Pulgas más para llevar amigos, no voy tanto solo, pero es una realidad que se vive en Tijuana, y cuando hemos tocado ahí creo que es una oportunidad para la gente local vivir esa experiencia, de que es posible romper con cuestiones tradicionales. Ahora que regresamos, va a ser una oportunidad para mucha gente que no ha ido a Las Pulgas”, sentencia ‘Bostich’.