El escritor y periodista francés Emmanuel Carrère aseguró ayer que le preocupa mucho más el futuro del periodismo que el de la novela porque la literatura puede adaptarse a la “evaporación” de la realidad que suponen las noticias falsas.
“En cambio, las noticias falsas cuestionan la esencia misma del periodismo”, señaló Carrère en un encuentro con periodistas en Pollença (archipiélago en el mediterráneo español), donde asiste a las Conversaciones Literarias de Formentor.
Escritor, periodista, crítico y cineasta, Carrère (París, 1957) publicó El adversario, donde noveló la vida del criminal Jean-Claude Romand, cuyo juicio había cubierto como periodista, y por la que recibió comparaciones con Truman Capote en A sangre fría. Comenzó así una trayectoria de escritor con técnicas de la novela, pero a partir de hechos reales.
Para Carrère, no se trata de una limitación ética la que hay entre la ficción y la realidad, sino que la frontera la marcan los hechos: “el usar nombres reales o ficticios establece la diferencia. Con nombres ficticios, es ficción; si utilizas nombres reales, no lo es y puedes ser acusado ante la Justicia”, dijo.
La mezcla de géneros literarios ha existido siempre en la novela, que es un género “muy impuro” dentro de la literatura y por eso, destacó, “no se puede hablar de la muerte de la novela; quizá haya muerto la forma de hacer novelas del siglo XIX pero hay muchas variantes y seguirá existiendo en sus diferentes formas”.
La novela seguirá existiendo, asegura Emmanuel Carrère
Las noticias falsas cuestionan la esencia del periodismo, señala.
Pollença /
LAS MÁS VISTAS
-
¿Llegará a la CdMx? Estos son TODOS los estados que la Caravana Coca Cola 2025 recorrerá en su ruta navideña | -
¿Cuál será el salario mínimo en 2026? Éste es el sueldo que recibirán los mexicanos -
Pensión Hombres y Mujeres de 30 a 64 años: estos son TODOS los requisitos que necesitas para recibir 3 mil 200 -
Muere hombre tras desprendérsele sonda de traqueotomía en Centro de Monterrey -
Así el crimen arrincona a productores de aguacate y amapola. Es narcoeconomía