A partir de recuerdos y vivencias que tuvo María José Delgado con su abuela, diagnosticada con demencia senil y después con Alzheimer, fue como inició su proceso e investigación para plasmar y crear un espacio donde pueda dar visibilidad y mostrar un mensaje claro: “Voltear a ver al adulto mayor, hacerlo parte de nuestras vidas y acompañarle porque tienen mucho conocimiento, y qué mejor que la pasen bien y rodeados de amor”.
La dramaturga y actriz creó Blanco atardecer, un monólogo que transcurre entre cuatro paredes: la habitación de Estela, la abuela de Macaria que poco a poco va perdiendo la memoria de lo vivido.
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“Es una relación muy entrañable entre nieta y abuela: creo que quienes hemos cuidado a un enfermo, ya sea demencia o de cualquier otra enfermedad, vivimos mucho tiempo en una habitación, con la medicina, la comida, cambiando, platicando. Vamos a conocer esta relación entre las dos. Vamos también a adentrarnos —hace una pausa y dice con nostalgia—: no me gusta decirlo pero sí, pero también con la impotencia del envejecimiento, de decir adiós, del duelo y de aceptar que la vida nos va a ganar, pero desde una relación bella”.
Del 2 al 24 de septiembre, con funciones los sábados a las 17:30 horas y domingos a las 18:00 horas en el Foro Shakespeare, María José Delgado narrará esas dos voces que tienen un lazo de amor tocado por una enfermedad.
Hacer conciencia
“Vamos a conocer la vida también del cuidador, porque normalmente pasa que si hablamos de una enfermedad, nos enfocamos en la persona que la está padeciendo, pero ¿qué pasa con aquellas que deciden cuidar al enfermo, que deciden acompañarlo, escucharlo, dar su vida? Porque es un acto de amor muy grande y a veces no todos lo deciden, están obligados porque no les queda de otra, pero al final es un acto de amor muy grande acompañar a una persona en ese estado, en sus últimos años”, dice la actriz.
Blanco atardecer surgió por la partida de la abuela de María José Delgado, una situación a la que se sigue enfrentando porque, confesó, hace unos días tuvo la pérdida de un tío cercano que pasó por la misma enfermedad, por lo que se siente “vulnerable” pero “emocionada y lista por abordar la obra” para que haya más oportunidad de ayuda y reflexión sobre estos procesos.
La dramaturga recordó que habían momentos que entre pláticas su abuela podía recordar, y fue entonces que “decidí investigar un poco más de ese momento, que se le llama reminiscencia, y es un lapso en donde las personas sí pueden recordar y saben dónde están, porque con esta condición es complicado que puedan reconocer el entorno físico, social y familiar, y gracias a este periodo de reminiscencia es que podía saber que estaba frente a su nieta y que podía platicar. Entonces comencé a platicar con adultos mayores, con talleres de manualidades, con videos, con entrevistas y de ahí nace toda la idea de Blanco atardecer”.
Con este proyecto busca hacer conciencia a partir de la ayuda del otro, de poder vivir y actuar en colectivo. El proceso de María José Delgado estuvo respaldado por pláticas que sostuvo con adultos mayores, con entrevistas que realizó en el asilo San Sebastián, en Querétaro, donde la obra fue estrenada y que ahora llega a Ciudad de México.
En el asilo encontró puntos de convergencia en la demencia, “porque todos tenían demencia senil, pero todos la veían de manera distinta. ¿Cuáles eran esos puntos? La familia, los amigos, la pareja, la relación con su doctor, el desconocimiento de su propio cuerpo. Fue un tema que no fue sencillo pero que intentamos abordarlo de una manera linda”.
Durante temporada habrá una tiendita móvil en la que se podrán adquirir tazas, vasos y playeras. Lo recaudado irá destinado en apoyo al asilo San Sebastián.