Soñé con Lázaro y sus palabras extraviadas, la puesta en escena del dramaturgo mexicano Carlos Virgen, que recurre a tres historias verídicas para hablar del duelo y de las despedidas a destiempo, se estrenará el próximo jueves 29 de agosto en el Teatro la Capilla a las 20:00 horas.
Es una coproducción de Trabuco Teatro y Coctel Producciones Culturales que a muchas personas las atrapará porque transcurre en las décadas de los 60 y los 70, dice el actor Guillermo Navarro, en el papel del comandante cubano Manuel Pineiro (1933-1998).
- Te recomendamos La poeta tsotsil Ruperta Bautista gana Premio de Literaturas Indígenas de América 2024 Cultura
“Parte de lo que sucede en la obra tiene que ver con lo acontecido en México, pero relacionado con el movimiento castrista cubano en Latinoamérica. Es un proyecto del maestro Carlos Virgen, quien hace un par de años me lo comentó, me pasó el guion y me invitó a trabajar. La propuesta me parece muy interesante porque los personajes de la obra son reales y atravesaron diferentes momentos de manera anacrónica en este espacio tiempo del teatro”.
Navarro, explica a MILENIO que su personaje es un hombre que estuvo muy cerca de Fidel Castro, era una estratega político y militar del régimen castrista al que llamaban Barbarroja, fue el que reclutó a muchas personas en Latinoamérica para extender este movimiento.
Su trabajo en escena se relaciona con Marcos, quien conoce a Ana, ella le pide que se haga pasar por su tío Miguel pues se parece mucho a él, para que su abuela moribunda pueda platicar con él, ya que en los 70 se fue a la guerrilla, reclutado por Manuel Pineiro.
“Miguel fue contactado por Manuel, es decir, por mí, y es enviado a formarse en El Salvador, en el tiempo de Somoza y del Frente Farabundo Martí. Aunque es una fracción de la historia, me parece que es fundamental lo que sucede en ese momento histórico ya que tiene repercusiones hasta nuestros días, porque finalmente es la expansión de esta ideología del comunismo que ha repercutido no sólo en Cuba o Venezuela, sino con resonancias en diferentes países”.
Explica que el joven Miguel es un renegado de la situación que está viviendo en México, precisamente por la injusticia social y la pobreza; “no es algo que nosotros podamos evadir en este momento, sino que lo sentimos y lo palpamos de manera más fuerte porque hay una enorme inseguridad en el país que nos hace temblar, estamos desamparados y a merced de la delincuencia. Al callar lo que sucede nos volvemos cómplices”.
Navarro asegura que su personaje es una especie de demonio, un diablo que aparece para tentar a Fausto, de la leyenda clásica alemana que es tentado por el demonio.
“Yo soy ese demonio que toca a Miguel para que venda su alma, sin tanto conocimiento, únicamente con el deseo de hacer algo por México, al luchar por el bienestar social, y todo esto lo lleva a cometer errores. Me parece que esta obra tiene mucho que ofrecer para el público en la lucha por la reivindicación de los pobres, de la clase trabajadora, de los obreros y de los campesinos, pero que a la postre nos ha enseñado que nos han llevado a una miseria de la cual no han podido salir”.
Por eso se hablaba del problema de la inseguridad, que ha crecido a partir de ‘las muertas de Juárez’ y de todo lo que ha venido sucediendo
“Vemos que ha sido un cáncer que ha hecho metástasis en este país, y eso no solamente tiene que ver con el narcotráfico, conocemos de antemano que están coludidos también muchos de estos grupos con los gobiernos y con los altos mandos. Es decir, hay muchas cosas dentro de la revolución que fueron permitidas en nombre de la lucha”.
Con todo el respeto que las personas se merecen, “me atrevería a decir que cuando piensan en las revoluciones no es limitarse a cantar una canción de Silvio Rodríguez”.
La obra Soñé con Lázaro y sus palabras extraviadas tendrá 8 funciones en su primera temporada, todos los jueves del 29 de agosto al 19 de septiembre y los miércoles del 25 de septiembre al 16 de octubre, a las 20:00 horas, en el Teatro La Capilla ubicado en Madrid 13, Del Carmen, Coyoacán, CDMX.
PCL