Después de su estupenda y visionaria IA. Inteligencia Actoral, el dramaturgo y director Flavio González Mello monta La negociación, otra gran comedia de humor corrosivo sobre una pareja divorciada a la que le secuestran un hijo y recurre a un intermediario para acordar el pago del rescate.
La obra en dos actos se apoya en tres actores de primera: Mariana Gajá (Lorena), Moisés Arizmendi (Pepe, su ex marido) y Enoc Leaño (Ríos, El Botas, el negociador), quienes mantienen durante casi tres horas la tensión del público que, no obstante el tema, no para de reír de la violencia entre la pareja.
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“Los mexicanos nos reímos ante la desgracia, y la risa es catársis, así funciona, como liberación”, explica Arizmendi en breve entrevista. “El secreto es el género de la obra, la comedia”, secunda Leaño.
No obstante, ambos, al igual que Gajá, se ponen serios al coincidir que el auge de la violencia actual es el reflejo de la violencia intrafamiliar, como la que exhiben Lorena y Pepe ante El Botas en medio de la negociación del pago del rescate de su hijo con los secuestradores, lo que lleva a este último a gritarles:
“Su hijo está mejor con los secuestradores que con ustedes”, les dice el personaje de Leaño, quien reencarnó al político priista Luis Donaldo Colosio en el filme de 2012 Colosio: El asesinato.
Desde lo íntimo y afectivo
Escrita y montada en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón por González Mello en el contexto del Festival El Aleph 2023, la obra ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia Víctor Hugo Rascón Banda 2017 tiene funciones de jueves a domingo, del 18 de mayo al 1 de julio, producida por Teatro UNAM.
“En esta pieza, la violencia ocurre en la esfera de lo íntimo, de lo afectivo. La violencia criminal es solo el catalizador que obliga a los protagonistas, Lore y Pepe, a hablar de sus problemas por primera vez desde que dieron por terminado su matrimonio. En la negociación entre ambos van quedando expuestos los mecanismos que les han permitido seguirse agrediendo durante años”, señalan las notas de Erizo Teatro, la compañía de artes escénicas que también llevó a escena IA. Inteligencia Actoral al Helénico.
Mariana Gajá, quien estudió teatro en la UNAM al igual que Leaño, admite que sí fue muy violento el divorcio de su personaje y el de Arizmendi, pero eso no debe generalizarse ni compararse al secuestro.
“No creo que el matrimonio o el divorcio signifiquen el secuestro de la vida. No estoy casada ni divorciada, pero llevo muchos años con mi pareja, y conozco matrimonios cercanos que han tenido que separarse, obviamente los divorcios siempre son crisis, pero la sociedad ha cambiado y ahora son más fáciles, hay más empatía, uno se preocupa por el bienestar de la otra persona”, expone la actriz.
Del otro lado, Leaño y Arizmendi coinciden en que Lorena y Pepe ejercen la violencia a través del hijo.
“La frase que mi personaje Rico les dice, de que su hijo está mejor con los secuestradores, es porque las parejas usan a los niños para agredirse, cuando se divorcian las parejas literalmente se agarran a niñazos”, comenta Leaños, actor de teatro, cine y series, quien confía que él pasó por una separación.
“Esa es una frase que resume lo que malamente hacemos los padres al usar a los hijos como botín de guerra: ‘No le hables a tu padre o a tu madre’, ‘no le digas’, ‘si vas con tu padre no hay esto...’ La falta de comunicación que hay entre los padres cuando usan a los hijos como botín de guerra está muy bien insertada en la obra”, dice, por su parte, Arizmendi, quien se formó en el teatro con Ludwik Margules y Héctor Mendoza, y vuelve a trabajar con González Mello y Leaño en esta nueva obra de gran tensión.
“La violencia intrafamiliar genera esto, y luego le queremos echar la culpa a la violencia exterior, a la violencia social, de la delincuencia. Y aquí un hombre, un negociador, que claramente convive más con delincuentes que con estos personajes, se entera de que están usando al hijo como escudo y como arma todo el tiempo. Yo creo que la violencia comienza en la familia, sin lugar a dudas”, agrega el actor.
Los protagonistas
Mariana Gajá, que recientemente trabajó en las puestas en escena de la trilogía Solo quiero hacerte feliz, de Alan Ayckourn, y en Emilia, de Morgan Lloyd Malcolm, destaca que La negociación fue un reto actoral muy particular para ella, porque se trata de una obra difícil, pero a ella le encantan los retos.
“Es una obra escrita con mucha brillantez e inteligencia, porque Flavio es un gran dramaturgo. Es difícil, tres personajes mantenemos la tensión todo el tiempo, eso siempre es muy llamativo y retador, y fue lo que más que nada me interesó para subirme al barco. Obviamente, también la historia, pero más trabajar en una obra donde se iba a poner mucho énfasis en el trabajo actoral, con un personaje y trama muy difíciles. Eso, en conjunción, se vuelve un reto y ahí estamos toréandolo y pasándola bien”, dice.
“La negociación es un buen texto con el que me reí mucho desde la primera lectura, eso fue el termómetro. A mí me gusta el humor ácido y corrosivo de Flavio, que ya había trabajado con él (en la tragicomedia política Lascuráin o la brevedad del poder, de 2010”, opina, por su parte, Arizmendi.
Enoc Leaño también destaca en la obra las paradojas que plantea, como el hecho de que hay tanta violencia al interior de una casa familiar, que al exterior, con la delincuencia y los secuestradores.
Incluso, bromea sobre los clichés de personajes que tiene que interpretar en su carrera por su físico.
“Cuando invité a algunos amigos a La negociación, dijeron que ya sabían que iba a salir de malo. Pero se sorprendieron con la vuelta de tuerca del final, no esperaban que los padres resultaran peores”, dice.
“La violencia intrafamiliar está arraigada profundamente en nuestra cultura, pero está detrás de las paredes, es algo íntimo, familiar, no se ventila. Desafortunadamente, esa violencia intrafamiliar ya tomó las calles, tenemos severos problemas de comunicación y de violencia por no querer entender que el otro puede tener una opinión distinta, hay una radicalización en todos los sentidos, cada vez son más islas tratando de imponer su visión del mundo única, en el siglo XXI eso es estar retrocediendo, esto genera violencia”, añade el actor que interpreta al ingeniero-negociador en la pieza de González Mello.
Economista por la UAM, Moisés Arizmendi apunta a su vez que hay otro aspecto social en la obra, cuya escenografía e iluminación estuvo a cargo de Jorge Kuri Neumann, el vestuario y caracterización es de Pilar Boliver, la música y el diseño sonoro, de Daniel Hidalgo.
“Hay otro componente clasemediero: La mujer que decide no hablarle a sus padres y familia porque tiene un pleito con ellos, aunque le tengan al hijo secuestrado; el hombre que con mucho trabajo y años de trabajo se compra un departamento y pierde absolutamente el fruto de su trabajo tras un divorcio y tarda otros cuatro o cinco años para sacar otro departamento… También hay una violencia económica que se refleja en la violencia social, en la incapacidad de cumplir con las metas que te propones como clase media, eso está también reflejado en la obra y las frustraciones que transmite”, expone Arizmendi.
Gajá se muestra más optimista respecto al poder del teatro y la familia frente a la violencia en el país.
“Mientras nosotros sanemos el tejido social desde adentro, la sociedad se va ir curando poco a poco; y el tejido social empieza en las casas y en las escuelas, que son lo más cercano que tenemos. Mientras tengamos una relación sana, de respeto, cariño y empatía en la familia eso va a ir permeando hacia la sociedad. Todo empieza en la casa”, explica la actriz de series como Sr. Ávila y Capadocia.
PCL