Descrito como un hombre impulsivo, violento y desconfiado, Francisco Villa resultó por sus aportaciones al movimiento social, uno de los caudillos más populares de la Revolución, inmortalizado en el cine, la fotografía, la escultura, la pintura, parques, calles y avenidas, escuelas y por supuesto en infinidad de libros.
Movidos por el mito y su leyenda, investigadores e historiadores han escrito innumerables textos, tesis, artículos especializados y ensayos alrededor de la figura de Doroteo Arango, el bandolero, guerrillero, que tras ser perseguido cambiaría su nombre al de Francisco Villa, aunque él siguió siendo el mismo abstemio, sencillo, sin pretensiones, aunque de temperamento arrebatado y también muy enamorado.
La doctora en historia Carmen Villa, coautora del del libro Villa de mi corazón y, Francisco Villa Betauncourt, quien escribió El Villa de me contaron, ambos como familiares del 'Centauro del Norte', coinciden en que el mejor libro es Pancho Villa, del desaparecido Friedrich Katz, publicado en 1988, ya que después de 20 años de estudio logró la mejor biografía del general.
En esa larga lista de trabajos editoriales también destacan: Memorias de Pancho Villa, de Martín Luis Guzmán; Biografía ilustrada del general Francisco Villa, de Gustavo Casasola; La Revolución Interrumpida, de recientemente fallecido Adolfo Gilly; Breve historia del villismo, de Pedro Salmerón; y Villa Bandolero, de Jesús Vargas Valdés.
En esa lista está también el libro Pancho Villa. Una biografía narrativa, de Paco Ignacio Taibo II, con la salvedad de que está dentro de los ejemplares más vendidos en Amazon.
Taibo II le ha dedicado años a la indagación, a consultar archivos, a la búsqueda de los testimonios orales, a los mitos y a la leyenda negra, conocimientos que en conjunto, le sirvieron de sustento para realizar el documental: Pancho Villa, el Centauro del Norte.
El escritor dice a MILENIO que su intención es “devolverle a Villa lo que era: un caudillo popular del norte del país, con una inmensa empatía en el mundo en el que había crecido, íntimamente vinculado a un mundo de conflictos campesinos, producto de los grandes latifundios ganaderos y de abusos permanentes del poder”.
Indica que, a veces, se habla de Francisco Villa en función de la leyenda negra: “Que si era borracho, eso es mentira, porque era abstemio; que si era mujeriego, absolutamente verdad, pues se casó 25 veces, aunque casi nunca de forma simultánea”.
Como parte de los mitos se dice que sí era extremadamente violento, a lo que Taibo II responde: “Puedo decir que a ratos en su vida lo fue. Pero yo diría que nunca sádico, de todo lo que investigué, incluso las leyendas negras para ver qué tenían de ciertas, puedo asegurar que no hubo sadismo, lo que sí hay es una violencia natural que vivió en los primeros años de su vida, a salto de mata, como bandolero, esta primera etapa del Villa bandolero va a darle camino para cuando se incorpora a la Revolución”.
A partir de ese momento histórico, asegura, habrá otro tipo de personaje, un Villa con notable empatía por las causas populares. No se puede olvidar que durante el mes que fue gobernador de Chihuahua fundó 50 escuelas, más de las que había en la entidad.
“Las fundaba con un método muy peculiar: cuando llegaba a una pequeña población y había niños jugando en la calle porque no había escuela, entonces ordenaba crearlas, ya fuera en iglesias o en casas abandonadas de latifundistas; de inmediato daba la indicación de que se contrataran a los maestros. Esas acciones por años estuvieron tapadas por la supuesta leyenda negra, que omitía la mejor parte del villismo: su profundo contenido social”.
Taibo II, precisa que él quería escribir un libro bien documentado y repleto de anécdotas; desde su perspectiva, los relatos le dan sabor y sentido al personaje, y eso fue lo que hizo durante tres años.
Por años en la historia oficial difundió la leyenda negra de Villa, ¿intentaste reivindicar su imagen?
Al aparato del estado de origen obregonista no le gustaba para nada la figura de Francisco Villa, era totalmente antivillista, así que trató de bloquear los homenajes en los años 30, incluso en los 50, se encargó de no darle acceso al Panteón Nacional a un personaje como Pancho Villa, lo cual fue absolutamente injusto.
Con el trabajo que hizo Katz y luego yo, así como Chuy Vargas y Pedro Salmerón en los últimos 10 años, se recuperó la figura de Villa. Hoy, el personaje del que hablamos está muchísimo más informado, más sólido, y es mucho más profundo.
“El cine norteamericano difundió una imagen falsa de Villa, pues lo ponía como un borracho, y él nunca bebió, lo más que tomaba y eso cuando ya estaba retirado en la Hacienda de Canutillo, era media copa de anís para curarse los dolores de estómago.
¿Con qué te encontraste en tus investigaciones?
Encontré documentos sobre las cosas más insólitas que se puedan creer, como las negociaciones personales de Villa para comprar un submarino chatarra de la Primera Guerra Mundial, para torpedear los barcos de Carranza en el Golfo de México.
Los localicé persiguiendo los archivos de la estructura económica de la División del Norte; en la biblioteca de Nueva York encontré un legajo con algunos de los elementos de la correspondencia entre ellos, y hasta una foto de dicho submarino.
¿Crees que se pueda encontrar la cabeza de Villa?
No, por una razón muy sencilla: estaba metida en una caja de balas de madera, no hay registro metálico, y en el potrero donde supuestamente estaba, se deshizo y re hizo 30 veces, así que si estaba bajo tierra, ya se degradó totalmente.
caov