Martí Batres develará escultura de Pancho Villa en el Centro Histórico

La obra conmemora el momento en que el revolucionario cambió el nombre de la calle Plateros por el de Madero.

Evoca el día en que cambió el nombre de la calle Plateros por el de Madero. Foto: Octavio Hoyos
Ciudad de México /

Martí Batres, jefe de gobierno de Ciudad de México, develará la escultura de Francisco Villa en la calle de Madero este 27 de diciembre. La obra monumental evoca el día en que el Centauro del Norte quitó la placa de la calle (que se llamaba Plateros) para “rebautizarla” como Madero.

Para conmemorar el centenario del asesinato del revolucionario, el 20 de julio de 1923, se realizó este monumento, que lleva por título Villa revolucionando la Avenida Madero, de 1.80 metros de altura, que era la estatura del jefe de la División del Norte.

La obra fue hecha a propuesta de la Fundación Villista, presidida por Martín Villa García, cuyo interés es que se conozca no solo a la leyenda sino al hombre y su legado.

Villa García ha dicho que esta iniciativa cuenta con el beneplácito del gobierno de la ciudad desde que Claudia Sheinbaum era jefa de gobierno y continúa con Martí Batres. Esto a partir de la idea de la Secretaría de Cultura capitalina de impulsar una política de la memoria, que implica la recuperación de símbolos.

De aquí parte la relevancia de la acción de Villa, subido en una escalera, quitando la vieja placa y cambiando la nomenclatura de la calle el 8 de diciembre de 2014.

El proceso

Hace tiempo, Paco Ignacio Taibo II y Pedro Salmerón escribieron una carta a Sheinbaum, entonces jefa de gobierno, para solicitar la autorización de este proyecto escultórico en la calle Madero esquina Isabel La Católica. Será colocado en el exterior del edificio La mexicana.

El encargado de concretar la obra fundida en bronce fue el escultor Eduardo Bautista, quien estudió profundamente el acontecimiento histórico, pero sobre todo la fisonomía del revolucionario cuyo nombre real era Doroteo Arango y Arámbula, nacido el 5 de junio de 1878 en el rancho de La Coyotada, municipio de San Juan del Río, en Durango.

Bautista trabajó en el patio central de la Preparatoria Popular Mártires de Tlatelolco. Primero modeló en yeso (con excepción del rostro de Villa, que fue hecho en plastilina) posteriormente tomó moldes para fundir en bronce a la cera perdida.

El artista dijo a MILENIO que para la colocación de la escultura se realizó un diseño especial de ingeniería para que la obra no resulte agresiva tanto con el inmueble patrimonial como con el suelo, por eso se hizo un pedestal –con un nicho en el que será depositada una caja del tiempo– y sobre él se colocó la pieza de alrededor de dos toneladas.

La obra está basada en la foto de Gustavo Casasola. Foto: Especial

Fue el 8 de diciembre de 1914, el día en que Villa tomó una escalera y retiró la placa. Este acontecimiento inspiró al artista, que tomó como referencia la imagen de Gustavo Casasola, fotógrafo que también registró el arribo del revolucionario a Palacio Nacional y que hizo la famosa imagen de Villa sentado en la silla presidencial al lado de Emiliano Zapata.

Por su imagen de guerrillero, los fotógrafos mexicanos y estadunidenses intentaron seguir sus pasos hasta 1920.

El revolucionario

Fue en 1910 cuando Abraham González invitó a Francisco Villa a la revolución maderista que estallaría el 20 de noviembre, convirtiéndose uno de los caudillos más populares de la revuelta.

De acuerdo con la semblanza que difunde el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), en cuanto triunfó el movimiento, Villa volvió a la vida civil, aunque más tarde comandó a la División del Norte; en 1913 tomó la capital de Chihuahua y asumió la gubernatura del estado durante un mes.

En ese corto tiempo decretó la confiscación de los bienes de la oligarquía y tomó acciones para mejorar la calidad de vida de los habitantes.

Pancho Villa recibió amnistía del gobierno provisional de Adolfo de la Huerta, luego del asesinato de Venustiano Carranza, y en 1920 se retiró a la hacienda de Canutillo, en Durango.

Sin embargo, los vencedores de la Revolución, entre ellos, De la Huerta, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, siempre creyeron que Villa representaba un peligro para sus intereses. Así que fue asesinado por un grupo de pistoleros el 20 de julio de 1923 en Parral, Chihuahua, en complicidad de las autoridades locales y federales.

La figura de Francisco Villa, quien fuera también gobernador militar constitucionalista del estado de Chihuahua, es enigmática, por lo que sin duda continuará atrayendo la atención y el interés de las nuevas generaciones.


hc


  • Leticia Sánchez Medel
  • letymedel@yahoo.com.mx
  • Reportera cultural, cursó la maestría en Periodismo Político, es autora de tres libros sobre la historia inédita del Cervantino.

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