Con los recortes presupuestales que se han realizado, y debido a la falta de medidas para aminorar la crisis que se vive en México, los museos se encuentran en una posición precaria que los pone en riesgo de desaparecer, lamenta Dolores Beistegui, directora de Papalote Museo del Niño.
Reconocida por su experiencia al frente de recintos museográficos como el Antiguo Colegio de San Ildelfonso, explica que Papalote Museo del Niño, al ser una asociación civil sin fines de lucro, depende de sus auto generados, es decir, de la venta de entradas y servicios.
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Como los museos han permanecido cerrados y no han podido obtener recursos, se ven imposibilitados para pagar las cuotas del IMSS y los impuestos del Sistema de Administración Tributaria (SAT) de la Secretaría de Hacienda.
Por lo anterior, urgió a las autoridades a tomar cartas en el asunto al citar el informe que realizó el Consejo Internacional de Museos (ICOM), en el que participaron especialistas de 107 países, y en el que se concluye que debido a la crisis sanitaria y económica generada por la pandemia, 32 por ciento de los museos en el mundo podrían cerrar sus puertas de manera definitiva.
“Los museos en el país necesitan tener medidas fiscales para enfrentar esta crisis económica que se está viviendo a raíz del covid-19. El poder renegociar los pagos de impuestos es sumamente importante, así como contar con las facilidades para continuar con nuestra labor; hasta la fecha no hemos tenido ningún tipo de acercamiento ni diálogo con las autoridades, cuando es una obligación del Estado mexicano hacer frente a esta situación”, apunta la experta en gestión cultural.
En entrevista con M2, la directora de Papalote Museo del Niño, uno de los recintos más visitados en el país, detalla que están buscando firmar un convenio tanto con el IMSS, como con el SAT.
“Claro que estamos reconociendo nuestras obligaciones fiscales, no se trata de una amnistía o de no pagar, sino que se puedan extender los plazos; no nos pueden dar el mismo trato que a una empresa grande, pues eso es lo que están haciendo. Queremos sentarnos y llegar a acuerdos para poder posponer y extender los plazos, sin tener los pagos de intereses brutales que tenemos que pagar cuando no cumplimos con una cuota”, subraya.
El Papalote Museo del Niño, destaca, está en una posición extremadamente difícil, ya que tiene tres sedes: una en Chapultepec, otra en Monterrey y una más en Cuernavaca.
Al permanecer cerrados desde hace tres meses se han visto impedidos para generar sus propios recursos, no obstante, iniciaron el programa en línea papaloteencasa.org, que ha sido muy bien recibido.
“Nos ha permitido llegar a los hogares de nuestras audiencias, con esto iniciamos una campaña en línea para obtener donativos, la cual ha sido muy bien recibida, ya que tenemos la fortuna de contar con un consejo directivo muy comprometido que nos está acompañando en este periodo tan difícil”.
Para sobrevivir, el museo ha tenido que realizar recortes severos a los sueldos y cancelar los proyectos que tenía contemplados realizar en este periodo.
“Muchos museos en México estamos al borde de un abismo, con nada podríamos dar el paso equivocado y caernos, y eso no lo queremos, porque consideramos que los museos son fundamentales en lo que se viene ahora, al imaginar nuevas condiciones de vida y de trabajo a partir de esta contingencia que estamos viviendo en el mundo”.
“Esperamos poder abrir en julio, aunque eso no depende de nosotros, cuando nuestro público regrese le garantizaremos la seguridad para poder recorrer el museo”, precisa Dolores Beistegui.
Por lo pronto, Papalote Museo del Niño trabaja con una nómina delgada, que aceptó un recorte importantes en sus ingresos.
PCL