Patricia Trujano, la soprano que se fue a Austria por el machismo en la ópera nacional

Pone las partituras sobre la mesa y con orgullo expresa lo que piensa. La soprano Patricia Trujano Granados cuestiona que en una sociedad machista la mujer cantante se enfrente a grandes obstáculos, ya que, por lo general, los hombres son quienes realizan las audiciones, otorgan los papeles e imponen las condiciones.

Ante esta realidad, en la que incluso ha sufrido de acoso, cuando a cambio de algún rol o apoyo en su carrera dentro de la ópera le hicieron insinuaciones de carácter sexual, ella ha decidido no quedarse callada: “Yo siempre he tratado de mantener mi carrera lo más honesta posible, porque considero que el arte no puede prostituirse”.

Frente a la imposibilidad de abrirse puertas en México, decidió buscar su desarrollo en otras latitudes. Así llegó a Europa, particularmente a Viena, capital de Austria, donde ha permanecido durante los últimos nueve años.

“Definitivamente hemos avanzado mucho en los derechos de las mujeres y en ganar un terreno igualitario para nosotras. Pero en ámbitos laborales como la ópera sigue existiendo sexismo, machismo y abuso de poder solo porque somos mujeres, aunque también está en nuestras manos parar, denunciar y demostrar que ya no toleraremos eso. Creo firmemente que en los futuros años se habrán de componer nuevas óperas donde la mujer dejará de ser la sumisa, la abandonada, la señalada por la sociedad machista para devolverle el lugar que se merece”.

En entrevista con MILENIO Trujano Granados, nacido en Huajuapan de León, Oaxaca enfatiza que seguirá abriendo brecha y luchando por los derechos que le corresponden como artista, cantante y como mujer.

“Partí de México como una completa desconocida, sin dinero, sin contactos, pero siempre fui una excelente alumna. Ahora he logrado consolidar mi carrera: en junio de 2022 me titularé además concluir, luego de cinco años, el diplomado en lied, oratorio y música sacra en el Conservatorio de Música Sacra en Viena”.

De Oaxaca a Austria

De regreso a México en esta época decembrina, Trujano Granados está feliz luego de presentarse en grandes escenarios de Viena, pues ha cantado en lugares como el Konzerthaus, Musikverrein, Peterskirche, Weltmuseum, Instituto Cervantes, la Embajada de Mexico en Viena, Theater am Spittelberg y la catedral en Stephansplatz.

En estos momentos toda su atención está encaminada a la preparación de su próxima presentación, el 29 de diciembre, en su pueblo natal. Es un hermoso lugar recóndito, aunque, lamentablemente, como muchos otros en México, su población nunca ha ido a un teatro o a una sala de conciertos.

“Me encanta llevarle la cultura y el arte a la gente de los pueblos. Siempre digo, si ellos no pueden ir al teatro, nosotros los artistas somos responsables de acercarles las maravillas del arte”, dice la soprano a quien le “haría muy feliz cantar en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, porque nunca ha recibido una invitación para hacerlo”.

Cuenta que desde antes de titularse en 2012 como cantante de ópera y de concierto en el Conservatorio Nacional de Música, regresaba a su pueblo y hacía algunas presentaciones, pese a que sus maestros le decían que no cantara en escenarios abiertos porque la voz era muy delicada.

“Es increíble cantarle a la gente humilde y sencilla que se me acerca y me dice: ‘señorita, yo no entiendo nada de lo que usted está cantando, pero me hace sentir algo tan bonito’. Eso es lo que necesito saber, por eso ofrezco y ofreceré este tipo de presentaciones para que la gente empiece a conocer el sentido la música clásica”, indica la soprano.

Satisfecha de haber tenido el coraje y la disciplina de luchar por sus sueños, siempre becada y con el apoyo de su familia, acepta que su carrera está llena de sacrificios. Sin embargo, asegura que todo ha valido la pena: los años de preparación, subir a los escenarios, conocer diferentes países, pero sobre todo, poder ofrecer a la gente alegría, paz, entretenimiento y amor.

¿Cómo la trata México después de regresar de Viena?

Regresar a México siempre es una felicidad y alegría inmensa: el recibimiento de mi familia, mis amigos y mis seguidores, aunque sea de modo virtual, representan un recibimiento hermoso. Por supuesto ahora con la situación de la pandemia, el contacto físico ha menguado y sé que todos nos estamos cuidando, así que entiendo que no me pueda encontrar con todas las personas que yo quisiera.

¿Cuáles son sus planes para 2022?

A mi regreso a Viena, a finales de enero haré mi debut cantando la Misa solemne en Sol mayor del compositor austriaco Franz Schubert. También estaré realizando la grabación de un cd de música barroca en Alemania y en junio me estaré titulando en mi tercera carrera, un diplomado con especialidad en lied, oratorio y música sacra.

Desde su perspectiva ¿cuál es el futuro de la ópera en México?

Grandes cantantes de ópera de otras partes del mundo han dicho que México tiene voces maravillosas y únicas, pero sigo creyendo que hace falta apoyo, difusión, un presupuesto destinado para desarrollar y promover este arte.

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