'Pepe el Terrestre', el gigante de Tampico

José Calderón Torres, en su momento fue considerado como el hombre más alto del mundo; habitó el Tampico Hermoso del siglo XX.

Pepito El Terrestre, su estatua en la plaza de Armas de Tampico (Foto/Jonathan Cruz)
Editorial Milenio
Tampico /

La historia se forja en los hechos de hombres y mujeres, por las huellas en el camino de la vida, por las leyendas.

Remontar el pasado histórico del puerto de Tampico lleva a los personajes que contribuyeron a su historia, ya sea en la expansión petrolera, los movimientos sociales como la Revolución Mexicana, o ser parte de la vida de todos.

José Calderón Torres, mejor conocido como ‘Pepito el terrestre’, un hombre humilde que habitó el Tampico Hermoso del siglo XX, el pequeño gran gigante de esta ciudad porteña, expresa el cronista Marco Flores.

Nació en el año de 1914, en plena Revolución, justo en el momento en el que Tampico se encontraba bajo el ataque de las tropas Constitucionalistas.
Tampico honra en pintura a 'Pepito el Terrestre'

Fue en la colonia El Arenal donde José vio la luz de aquel primer día de su compleja vida; como todo niño, se divertía en compañía de sus amigos y vecinos, pero ante el fallecimiento de su padre, el pequeño y su madre se mudaron a vivir a la zona conocida como El Cascajal, en la calle Tancol.

Esto implicaba conocer gente nueva y cambiarse de escuela; llegó a la escuela Gabino Barrera del centro de la ciudad, la misma en que estudiaría algunos años después Mauricio Garcés, su segunda casa y que lo llevaría a trasladarse a la futura zona centro.

Pepito destacó como un niño inteligente y gustoso de la vida que llevaba, sin embargo, con el paso de los años, se comenzó a notar su crecimiento desproporcionado a causa de la ‘pituitaria’.

Destino terrestre

Aunado a otras razones, especialmente económicas, se vio en la necesidad de conseguir un empleo que le ayudara a sufragar algunos gastos para el hogar.

Así que una cálida mañana salió de su casa, emprendiendo el camino en búsqueda de un trabajo que le permitiera desempeñarse a su edad, y con las complicaciones de su ya gran tamaño; fue en la zona de los muelles donde se encontró con los alijadores; se sabe que lo quisieron contratar para jugar basquetbol, pero tenía un gran problema: pies planos.

Aquél gran hombre tenía muchos compadres, amigos, gente que le guardaba respeto y estima, había quienes le confeccionaban la ropa, le fabricaban los zapatos, y hasta le cortaban el cabello.

La edad le cobró factura: sufrió el ataque de ‘pleura’, por la cual ya no pudo trabajar como cargador, y empezó a ‘chacharear’ en la zona donde se ubica el popular café Selecto, cargando las bolsas a las señoras que compraban el mandado provenientes del mercado.

Era un atractivo de la ciudad, algunos comparaban el tamaño de sus pies con los propios; su gran humor se hacía presente cuando mientras se le acercaban hacia algún movimiento brusco sacándoles un susto.

También le ofrecieron trabajo como payaso junto con un enanito, llevándolo a la ciudad de Guadalajara, pero él no quiso dejar a su madre, por lo que regresó a su natal Tampico.

La leyenda de ‘Pepito el terrestre’ no necesito trascender de otra manera, sino por su historia a través de su paso por la ciudad, el hombre común, el cargador, el estibador, lo convirtieron en un icono.

Inmortal

El gobierno de Tampico durante el mandato de Fernando Azcárraga, le realizó un homenaje mediante la construcción de una estatua, la cual se encuentra en la plaza principal de la ciudad con una especial razón: a él le gustaba ir al cine Plaza que estaba ubicado en la esquina de las calles Colón y Díaz Mirón.

Él se ponía un poco más allá de donde la encargada de la taquilla le hacía pasar primero, por eso es que él se sentaba y esperaba, esa fue la razón por la que se escogió que fuera ese el lugar donde se colocó la estatua, y por supuesto, que estuviera sentado, asimilando una de esas grandes tardes de fin de semana en las que asistía al cine de la época.

Sin embargo, hay personas que opinan que debería estar parado, que porque si no, no tendría éxito, según el cronista, la estatua de Pepito es la más manoseada de la ciudad.

Para el escultor, Víctor Hugo Yáñez, el motivo de que ‘Pepito el terrestre’ se muestre sentado, representa al gigante amable, que lo hace más atrayente con los niños.

Información de Jonathan Cruz



ELGH



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