Grande no solo por su altura, sino también por su nobleza y buen corazón, así era conocido José Calderón Flores "Pepito el Terrestre" que pasó a formar parte de las historias urbanas del puerto jaibo.
La historia se forja en los hechos de hombres y mujeres, por las huellas en el camino de la vida, por las leyendas.
José Calderón Torres fue uno de ellos, no solo por su altura que causaba expectación al padecer una enfermedad, "gigantismo", que lo llevó a rebasar los dos metros a la edad de 15 años, sino también por su buen corazón y las ganas de ayudar a los demás.
"Pepito el terrestre" fue un hombre humilde que habitó el Tampico Hermoso del siglo XX. En datos más recientes, un artículo publicado en la revista médica Endocrine, en 2016, señala que José Calderón padecía acromegalia, dio a conocer el cronista vitalicio del municipio de Tampico, Josué Picazo.
Como parte de la investigación, los autores solicitaron permiso al Gobierno de esta ciudad, en 2013, para exhumar los restos de Pepito y tomar muestras de ADN de sus huesos, pues consideraban esto muy importante para conocer más acerca de la extraña enfermedad.
Los investigadores querían ver si en el caso de Pepito existió una mutación de un gen identificado como AIP.
Los objetivos de este estudio fueron evaluar la frecuencia de mutaciones de AIP en pacientes mexicanos con acromegalia con inicio de la enfermedad antes de los 30 años y buscar anomalías moleculares en el gen AIP en dientes obtenidos del gigante de Tampico.
En su época fue considerado como el hombre más alto del mundo
Nació en el año de 1914, en plena Revolución, justo en el momento en el que Tampico se encontraba bajo el ataque de las tropas Constitucionalistas. Fue en la colonia El Arenal donde vio la luz por primera vez.
Como todo niño, se divertía en compañía de sus amigos y vecinos, pero ante el fallecimiento de su padre, el pequeño y su madre se mudaron a vivir a la zona conocida como El Cascajal, en la calle Tancol.
Estudió en la escuela Gabino Barreda del centro de la ciudad, la misma en que estudiaría algunos años después Mauricio Garcés, su segunda casa y que lo llevaría a trasladarse a la futura zona centro.
Pepito destacó como un niño inteligente y gustoso de la vida que llevaba, sin embargo, con el paso de los años, se comenzó a notar su crecimiento desproporcionado.
Se vio en la necesidad de conseguir un empleo que le ayudara a sufragar algunos gastos para el hogar. Fue en la zona de los muelles donde se encontró con los alijadores; lugar donde trabajó por mucho tiempo.
La edad le cobró factura: sufrió el ataque de ‘pleura’ (dolor en el pecho que empeora al respirar), por la cual ya no pudo trabajar como cargador, y empezó a ‘chacharear’ en la zona donde se ubica el popular café Selecto, cargando las bolsas a las señoras que compraban el mandado provenientes del mercado.
También le ofrecieron trabajo como payaso junto con un enanito, llevándolo a la ciudad de Guadalajara, pero él no quiso dejar a su madre, por lo que regresó a su natal Tampico.
La leyenda de ‘Pepito el terrestre’ no necesito trascender de otra manera, sino por su historia a través de su paso por la ciudad, el hombre común, el cargador, el estibador, lo convirtieron en un icono, estas fueron las palabras del ex cronista de Tampico Marco Flores QEPD.
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Estatua en su memoria
El gobierno de Tampico durante el mandato de Fernando Azcárraga, le realizó un homenaje mediante la construcción de una estatua, la cual se encuentra en la plaza principal.
A "Pepito el terrestre" le gustaba ir al cine Plaza que estaba ubicado en la esquina de las calles Colón y Díaz Mirón. Se ponía un poco más allá y la encargada de la taquilla le hacía pasar primero, por eso es que él se sentaba y esperaba, esa fue la razón por la que se escogió el lugar donde se colocó la estatua, y por supuesto, que estuviera sentado, asimilando una de esas grandes tardes de fin de semana en las que asistía al cine de la época.
Para el escultor, Víctor Hugo Yáñez, el motivo de que ‘Pepito el terrestre’ se muestre sentado, representa al gigante amable, que lo hace más atrayente con los niños y para el turismo.
Es uno de los personajes tampiqueños más recordados y queridos
No hay turista que no se sustraiga a la tentación de tomarse una selfie con él. Los paseantes también quedan encantados cuando conocen su historia. A los 15 años de edad tenía el físico de un adulto y su fuerza era superior a la de dos hombres juntos. Pepito fue considerado en su tiempo el hombre más alto del mundo.
De 1941 a 1956 fue parte del sindicato de terrestres. Después se dedicó a la venta de billetes de lotería. Su madre le confeccionaba la ropa y un zapatero su calzado, debido a que no había de su medida por su enorme tamaño. Murió el 15 de octubre de 1975, teniendo un funeral muy diferente a los demás porque sus amigos y familiares le construyeron un ataúd y la carroza tuvo que ir abierta porque la caja mortuoria no cabía en su interior.
SJHN