Continúan en exhibición las piezas arqueológicas del Museo Nacional de Antropología (MNA) que fueron besadas y lamidas por el artista Pepx Romero, en un performance que difundió el martes en redes sociales.
MILENIO acudió al museo para registrar el recorrido que realizó el polémico creador. El público puede admirar de cerca algunas piezas que aparecen en el video porque carecen de un cristal que los proteja, sin contar con que es reducido el número de cámaras de seguridad vigilándolas.
- Te recomendamos Artista lame piezas del Museo Nacional de Antropología para protestar contra subastas; lo critican en redes Cultura
Para ubicar cada una de las piezas aludidas, se recorrieron las Salas de la Cultura del Golfo, Oaxaca, Tolteca y Teotihuacana. Los primero bienes culturales en localizar fueron: El Mono, localizado en La Venta Tabasco (1200-600 antes de Cristo); y El hombre Barbado, de la región de Minatitlán, Veracruz (600-100 a.C). En otra de las salas se ubica la escultura Teotihuacana, que carece de cédula de identificación. También está la reproducción del mural Los bebedores de cholula. La excepción es la Diosa Serpiente, procedente de valles centrales de Monte Albán (200-500 después de Cristo), que sí cuenta con una vitrina.
Museo Nacional de Antropología. (Jesús Quintanar)
En entrevista con MILENIO, Romero asegura que con su performance no cometió ningún ilícito, pues argumenta que no atentó contra el patrimonio resguardado en el museo.
¿Cómo elegiste las piezas?
Las piezas fueron aleatorias, se me fueron presentando durante el recorrido. Son las que carecen de un cerco de seguridad, lo que permite a los espectadores, no solamente a mí, poder tocarlas, acercarse a ellas y, en este caso, poder besarlas. Eso sucede cuando uno tiene esta inquietud de estar cerca de las obras.
¿Pediste permiso para estar en esas salas del MNA?
Bueno, la acción se realizó a manera de protesta, es una acción de guerrilla en la cual pues trabajé con la realidad actual en la que vive el Museo Nacional de Antropología; pero es una propuesta que vengo trabajando desde 2019, en París, en Francia.
El hombre barbado. (Jesús Quintanar)
¿Pediste autorización?
La autorización no, la autorización no se realizó.
¿Por considerar tu performance una manifestación artística no solicitaste permiso?
Exactamente, aquí el arte del performance, que surge en los años 40, es el arte de la disrupción, es el arte a través de poner en jaque a los sistemas de la realidad; por lo tanto, se trata de poder poner una temática y un discurso claro para el espectador.
¿Por qué besar las piezas y dejar tu saliva en ellas?
Es un acto reivindicativo, es un acto de amor, un acto del beso hacia nuestro pasado prehispánico. Y por supuesto dentro del símbolo pues tenía que ser un beso francés y el beso francés implica el jugueteo con la lengua.
Diosa serpiente. (Jesús Quintanar)
¿Sabes si el INAH va a proceder legalmente en tu contra?
No se me ha notificado nada, estoy trabajando con mi equipo legal y todo en orden.
¿Qué te dice tu equipo legal?
Que todo en orden por el momento.
¿El INAH ya te buscó?
No, no he recibido ninguna notificación.
El mono. (Jesús Quintanar)
De acuerdo con especialistas, como Bolfy Cottom, según el artículo 52 de la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, pudiste haber cometido un ilícito.
Sí claro, el artículo 49 que dice al que efectúe cualquier traslado de dominio de un monumento arqueológico o comercie con él y al que lo transporte, exhiba o reproduzca sin el permiso, pero mi acción no cumple con esos lineamientos. Tampoco con el artículo 52, ya que no existe un daño, ni alteración ni destrucción del patrimonio.
¿Cuándo realizaste la intervención en el MNA?
El video se realizó justo una semana antes de la presentación del performance en el festival del sábado.
¿Qué día fuiste al Museo a grabar tu performance?
No lo puedo decir.
Se considera provocativo
Romero reconoce que existe provocación de su parte “para poner la mirada del público en la llaga que ha generado el oprobio y la venta ilegal de obras prehispánicas en las casas de subasta de alto lujo en París y en Europa, para
que terminen siendo simplemente objeto de decoración”.
hc