Los Folkloristas, Héctor Infanzón, Irving Lara, Pepe Torres, Alfredo Bringas, Guillermo Briseño, Ingrid y Jenny Beaujean, los tambores del grupo Batalá México y la Compañía de Danza Clásica y Contemporánea del Centro Cultural Ollin Yoliztli participarán en la celebración de medio siglo de trayectoria del percusionista y cantante Carlos Popis Tovar. El músico ha incursionado en la música tradicional, el jazz, la música afroantillana o la nueva canción, ritmos que serán parte de la fiesta musical que se llevará a cabo en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris el domingo 26 de mayo a partir de las 18:00 horas.
Aunque su primer instrumento fue una guitarra que le regaló su padre cuando tenía nueve años, pronto se interesó por la batería porque con amigos del barrio en la colonia Ex-Hipódromo de Peralvillo su hermano formó el grupo de rock La agitación del Che. Entre risas fluyen los recuerdos. “Un día mi hermano se quedó sin baterista y tenía una tocada en el barrio. Aunque no llegó el baterista, el instrumento estaba ahí. No sé ni por qué razón mi hermano me dijo: ‘pues vas’, porque sabía que me gustaba la batería. Me puse a tocar, y hasta reproducía los mismos errores del baterista porque conocía todo el repertorio, que incluía a Led Zeppelin, Deep Purple, Beatles, Jimi Hendrix y otros”.
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Su gusto por las percusiones —cuenta— vino de su tío Paulino Tovar, que tocaba el tres y era un sonero consumado y uno de los músicos preferidos de Toña la Negra cuando venía a México. Popis comenzó a juntarse con otros percusionistas con los que formó un taller donde intercambiaban conocimientos sobre diferentes tipos de ritmos. Entre los participantes figuraban Enrique Pelusa Rivarola, Armando Montiel, Carlos el Chamaco Torres y Severo Viñas.
Con el tiempo, el taller se convirtió en el ensamble Banco de Ruido, uno de los muchos proyectos del músico. Tovar dice que disfruta tocar en todo tipo de géneros. “Por ejemplo, la influencia sonera de mi tío me marcó porque yo iba a sus presentaciones y escuchaba a sus cantantes. Luego estudié la guitarra en una escuela de iniciación y eso me llevó al movimiento de la nueva canción. En el barrio fundamos un grupo en el que tocábamos la música latinoamericana, pero también ya estábamos aprendiendo la música tradicional mexicana. Con el paso de los años me acerqué a músicos que tenían una formación clásica y después fui invitado a formar parte de Los Folkloristas, grandes difusores de la música mexicana y de América Latina”.
—¿Qué actuación recuerda con especial cariño a lo largo de este medio siglo?
Me tocó ir a Cuba como cantante en representación de México para participar en un festival dedicado a Benny Moré. Me dieron una mención honorífica como primer cantante internacional, porque en el festival sólo participaban cantantes de la isla, lo que fue una experiencia maravillosa. Los ensayos se llevaban a cabo con una puntualidad inglesa. Llegué al teatro para ensayar con la orquesta y estaba el director Fernando Caturla, quien dio la señal y empecé a cantar, lo que fue una sensación increíble. Con Los Folkloristas también fue maravilloso, porque con ellos me tocó viajar a varias ciudades de Canadá y Estados Unidos y muchos países de Latinoamérica.
—Sus percusiones llegaron hasta Marruecos, ¿cómo fue esa experiencia?
Me hicieron una invitación para ir a este país para dar un curso de percusión afroantillana, porque al rey de esa época, Hasán II, le gustaba mucho esta música, así como Pérez Prado, a quien invitaba cada año. Mi misión fue preparar a la sección rítmica durante dos meses para la fiesta de fin de año. La música de esa región es muy compleja, así que para mí fue un honor enseñar a percusionistas tan virtuosos, quienes al cabo de dos meses me decían: ‘ya puedo tocar son’.
—Ha trabajado con muchas cantantes, ¿cómo recuerda estas colaboraciones?
Como percusionista trabajé con Tania Libertad, Eugenia León, Susana Harp y con Lila Downs, cuando empezó a hacer sus primeras giras por Europa y Estados Unidos. En el caso de las cantantes tienes que conocer los géneros que interpretan, por ejemplo en el caso de Tania, el folclor afroperuano. Yo ya había aprendido estos ritmos porque uno de sus integrantes de Banco de Ruido era peruano. Eugenia León es diferente porque es una cantante versátil, y entonces usó la percusión afrocubana. En este caso tuve muchos maestros cubanos. Todas estas enseñanzas me han permitido sentarme en cualquier grupo musical para acompañar cantantes.
—¿Qué es para usted la percusión?
Para mí es la esencia de lo que vas a tocar. La percusión y el bajo son la columna vertebral del discurso sonoro y todo lo demás es lo que adorna: las partes melódicas, el canto. La percusión es la base de un discurso armónico y melódico.
PCL