‘Perderlo todo, menos la soledad’

Teatro

En el maravilloso Teatro La Capilla usted puede sumergirse en este juego de realidades que tendrán un aterrizaje forzoso a una realidad que, por cotidiana, no resulta grata ni aceptable.

Usted puede sumergirse en este juego de realidades que tendrán un aterrizaje forzoso. (Especial)
Jaime Chabaud Magnus
Ciudad de México /

Valeria Fabri es una de las dramaturgas jóvenes más prometedoras y audaces que combina su trabajo de escritura con una brillante carrera de actriz. De reciente estreno y en corta temporada está su obra Perderlo todo, menos la soledad, que también protagoniza junto al enorme actor Miguel Flores y Paulina Méndez, bajo la dirección de Cecilia Ramírez Romo. Nada más comenzar la obra, la dramaturga nos lanza a un vértigo en el que una joven de 17 años experimenta un dolor y desasosiego extremos que la nublan, de los cuales regresa a percatarse de que algo terrible debe haber sucedido porque parece ser invisible para el mundo. De la estación Zócalo del Metro de Ciudad de México se desplaza, en apariencia, hasta el estadio Azteca para luego encontrarse en el punto inicial, el metro Zócalo, vacío.

En su desesperación de encontrarse sola, por fin conecta en un extraño plano de realidad con Florentino, de 81 años, pero no se ven, no pueden tocarse, se escuchan en planos de realidad extraños e incluso por teléfonos conectados en cualquier parte. Florentino, católico o sacerdote, se impone la misión de encontrar el cuerpo de esa voz, la de Macarena, que tampoco halla su cuerpo. Fabri nos instala, y juega con el espectador, en una especie de mundo post apocalíptico que resultará una falsa pista que, sin embargo, transitamos gozosos. El encuentro de estas dos “soledades demasiado ruidosas”, que nos recuerdan la novela del escritor checo Bohumil Hrabal, permite la introducción de un elemento exógeno que es la existencia real de la Ballena 52, que es considerado el cetáceo más triste del mundo porque la frecuencia de sus cantos no corresponde con el resto de sus congéneres y por tanto no se puede comunicar ni relacionar con ellos.

Perderlo todo, menos la soledad apuesta por la sencillez pero tanto la escenografía de Fernanda García y Sergio López Vigueras, quien también diseña la iluminación, así como el diseño sonoro de Xicoténcatl Reyes, crean un redondo trabajo que nuestros lectores de MILENIO no deben perderse.

TRASPUNTE

JUEGO DE REALIDADES

En el maravilloso Teatro La Capilla usted puede sumergirse en este juego de realidades que tendrán un aterrizaje forzoso a una realidad que, por cotidiana, no resulta grata ni aceptable. Y en ese final, la dramaturga, nos juega una última sorpresa. Todos los lunes hasta el 29 de abril, 20 horas.


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