Desde antes de las 7:00 de la mañana, la calle principal que conduce al panteón de esta población, se ve concurrida por familias que se "citan" en el campo santo para convivir con algo que podemos llamar "el desayuno".
Ahí entre cantos, risas y brindis, conviven con sus seres queridos que fallecieron; esta una característica particular de esta población que de esta forma recuerda este 2 de noviembre a quienes dejaron este mundo terrenal.
Las personas que se congregan en el Panteón Municipal llevan su ofrenda que consiste en los alimentos que más gustaban al difunto, además llevan un petate de palma y prendas de vestir.
De esta forma visten las tumbas con flores de cempasúchil, ceras y velas, el petate (o tapete) es colocado sobre la tumba y con la ropa y a un lado la bolsa de plástico con comida, así es como inician la guardia y convivencia con quienes ya no están físicamente con ellos.
ARP