En una más de sus aventuras, la pianista María Hanneman, de apenas 16 años de edad y quien muchas veces soñó con debutar en el Festival Internacional Cervantino (FIC), dice a MILENIO que por fin concretará esa ilusión, justo en el 50 aniversario del encuentro artístico y cultural.
Fue invitada por los organizadores para ofrecer un recital, el 22 de octubre, en el Templo de la Compañía, uno de los máximos escenarios del Cervantino. Para lo cual tiene preparado un programa con obras de Johann Sebastian Bach, Frederic Chopin, Manuel M. Ponce y Felix Mendelssohn.
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Está feliz porque además tendrá presentaciones en el Circuito Cervantino, así que ofrecerá recitales en los principales teatros de Celaya, Irapuato y León.
—¿Te esperabas esta invitación a debutar en los 50 años del Festival Internacional Cervantino?
No, para nada. O sea me moría de ganas de participar en alguna emisión, pero que sea en estos 50 años, para mí es un verdadero honor. Desde que era chica, soñaba con este festival, que es además los 50 años y ¡wow!, estoy muy emocionada y feliz de participar.
—¿Soñabas con ese momento?
Sí, muchas veces. A cada rato decía, a quien me escuchara, que me encantaría participar en este festival. Y sí, me hace muy feliz poder participar en el Cervantino.
—En este momento de tu carrera, ¿qué representa actuar en el Cervantino?
Es como un premio a todos estos años de estudio, de dedicación, de amor al piano. Es un momento muy importante, pues siento que es ya dar pasos firmes a la construcción de la carrera que siempre ha soñado, sé que soy estudiante todavía y me falta mucho, pero este evento es megaimportante. Será un parteaguas muy importante en mi carrera, la verdad decir que has estado en ese festival es un gran orgullo.
—¿Cuándo fue la primera vez que fuiste como espectadora al FIC?
¡Uy! Era una niñita, tendría como seis años, primero fui a los eventos que se daban aquí en la Ciudad de México, y luego fui, ya como a los 11, un fin de semana a Guanajuato y vi al Cuarteto Latinoamericano, al Proyecto Beethoven, además de varias cosas para niños, y actividades que hacen por todos lados. Vimos a varios artistas, hasta a Daniela Liebman, a varios músicos espectaculares, también a Mario Iván Martínez, a muchos muy padres.
—¿Qué te marcó del FIC?
Que era como una fiestota de muchas cosas, ya sea aquí o en Guanajuato, entendí el verdadero significado del festival. Ya más grande me di cuenta de que los artistas invitados eran muy, muy, especiales, y también de la importancia de este gran festival. Es la fiesta que todo el país espera.
—¿Podrías compartir algún momento, alguna vivencia que hayas tenido en el Cervantino?
Sí, me impresionó mucho la cantidad de gente que había, y sobre todo la parte de actuaciones en la calle. Era como una fiestota. Me encantó eso. Todos felices. Además Guanajuato es hermoso, ahí he participado en pequeñas presentaciones y conozco muy bien la escuela de música y a la familia Diemecke, que todos son músicos. ¡El Cervantino es la neta!
—Cuéntanos sobre tus próximos estudios en el Centro Integrado de Música Padre Antonio Soler de El Escorial.
Estaba inquieta por probar suerte en Europa, aunque siga con mis revalidaciones en el Conservatorio Nacional de Música en México, tenía la curiosidad de saber sí era posible que una mexicana pudiera entrar a una escuela de alto rendimiento como lo es esta en El Escorial. Es una gran oportunidad que debo de tomar para seguir poniendo en alto el nombre de México. Europa me da la posibilidad de ver muchas cosas, y voy con todas las ganas del mundo de lograr un gran aprendizaje.
PCL