El mejor homenaje que se le puede rendir a Jaime Cuauhtémoc Blanc Zamora es que los artistas de las artes escénicas cuenten con seguridad social, ya que él murió de la “manera más horrenda, falleció en un hospital paupérrimo”, dijo Jesús Tussi, quien fue su pareja, en el homenaje póstumo que se le rindió este lunes en el Palacio de Bellas Artes.
“Que nos sirva de lección al gremio, a la nación y a la jurisdicción para existan leyes que les permitan a las personas que dedican su vida al arte, ya sean premiados o no, a tener algún beneficio para poder seguir viviendo cuando ya no pueden realizar la actividad dancística, en sus 70 u 80 años, debo enfatizar la importancia de la seguridad social, porque mi querido Jaime caminó hacia la muerte sin poder costearse el problema de daño renal que tenía”.
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En la ceremonia realizada en el vestíbulo del máximo recinto cultural del país, Tussi compartió ante la sorpresa de amigos y de los funcionarios, las últimas palabras del coreógrafo.
“Me dijo ahogándose, porque tenía una pequeña falla neuronal, que le dijera a María Teresa García, secretaria de Cultura del municipio de Querétaro, que gracias a ella y a su equipo de trabajo se había hecho posible que pudiéramos comer los últimos años, porque intervinieron para que pudiera organizar la beca, y ella se portó increíble con el maestro”.
En el vestíbulo del recinto solo estaba una fotografía de Blanc Zamora, de la autoría de Elvia Mante. El maestro falleció el 11 de febrero.
Después de que se evocara la contribución excepcional de Blanc Zamora al arte de la danza, colegas, admiradores y seguidores se reunieron para celebrar su vida y obra. El artista dejó huella imborrable en el mundo de la danza con su pasión, creatividad y dedicación. Su pareja habló de la realidad, de los últimos años de este ícono de la danza, nacido el 10 de marzo de 1955.
Las cenizas del maestro descansan en el jardín de su casa, en Querétaro, dijo Tussi, quien manifestó que la mejor forma de rendirle homenaje sería reponiendo su obra, “sería una manera de honrarlo”. En Querétaro, a un recinto le pondrán su nombre.
“Salíamos al día, yo no trabajaba porque lo cuidaba, era prácticamente su enfermera, estaba para lo que él necesitara. Cómo una personalidad como él, que dedica la vida al arte, que trabajó con el Colmex, una institución de intelectuales más importantes del país, no tenga para tomarse una medicina. Teníamos ahorrado lo del Fonca, salíamos al día, por eso al final todo fue paupérrimo, lo más barato en el servicio funerario”, cuestionó, al tiempo que indicó que de las autoridades culturales de la federación nunca recibió apoyo.
Ante esto, a las palabras de Lucina Jiménez, directora del Inbal, se las llevó el viento en el homenaje póstumo a Blanc Zamora.
La funcionaria fue la primera oradora, después las coreógrafas Lydia Romero y Cecilia Lugo, así como Rosario Manzanos, crítica de danza. Se evocó que la trayectoria artística del prestigiado bailarín y docente estuvo marcada por interpretaciones magistrales y por más de 70 coreografías innovadoras que lo consolidaron como un referente indiscutible en la escena dancística nacional e internacional.
Durante el tributo se destacó la influencia perdurable de Blanc Zamora en la danza contemporánea.
La directora del Inbal expresó que se rendía un homenaje “a uno de los más grandes exponentes de la danza de nuestro país, el inigualable Jaime Cuauhtémoc Blanc Zamora, en este sitio donde Jaime se presentó varias ocasiones. No fue solo un ejecutante, maestro y coreógrafo sobresaliente, fue un visionarios cuyo amor por la danza y dedicación al arte lo llevaron a alcanzar alturas insospechadas desde sus primeros pasos en los escenarios mexicanos hasta sus brillantes actuaciones en los más prestigiosos teatros del mundo”.
Durante el acto, al que acudieron algunos integrantes de la familia de Jaime, se contó con la interpretación de la pieza coreográfica Adagio, del Concierto en re menor de Bach, por parte de bailarines del Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac)
La atmósfera estuvo impregnada de gratitud hacia la herencia artística que dejó. Además, se anunciaron iniciativas para preservar y difundir su obra, la directora del Inbal dijo: “Desde ahora nos comprometemos en este instituto a fortalecer esa memoria, a fortalecer el conocimiento de su trayectoria y también de todas las obras que en su momento construyó en el tiempo”.
Esa propuesta busca asegurar que su influencia perdure y continúe inspirando a las futuras generaciones de bailarines y coreógrafos.
PCL