Viva que te quiero viva, una de las 565 consignas que las manifestantes de la marcha feminista del 16 de agosto de 2019 pintaron como protesta por los feminicidios y la violencia de género permanecerá para la eternidad en el basamento de la Columna de la Independencia.
Para dejar un testimonio gráfico de esa protesta social, que se manifestó también por medio de los grafitis que actualmente cubren la parte inferior del monumento, las autoridades junto con colectivos feministas acordaron dejar esa pinta.
- Te recomendamos ¡'Vacaciones con spray'! Banksy confirma autoría de nuevas obras en Inglaterra; así lucen Arte
La restauradora Sandra Ramírez Muñoz, muestra en exclusiva a MILENIO precisamente el lugar donde está ubicada la pinta. “Se quedará como un testigo, resultado de un fenómeno social que sucedió y que es importante. Como es monumento artístico e histórico, hay que mantenerlo: las autoridades establecieron pláticas con los grupos sociales que intervinieron la Columna de la Independencia para tomar esa decisión”.
Esta noticia se da a dos años de que un grupo de mujeres protestara y pintara consignas, de ocho colores distintos, sobre la cantera, el mármol y el metal de la Columna de la Independencia.
Desde hace una semana se empezaron a intervenir uno a uno los grafitis por expertos restauradores. MILENIO pudo seguir de cerca la labor de los especialistas, mismos que con sus instrumentos en mano mostraron cómo se limpian las partes afectadas del monumento.
Ramírez Muñoz, especialista del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico (CENCROPAM), quien está al frente de las labores de limpieza de las pintas, detalla cómo es el proceso.
“Normalmente estamos trabajando por partes: lo primero que hacemos es aplicar el producto químico sobre la pinta con una brocha y esperamos tres minutos a que seque. Pasado el tiempo retiramos el exceso con una estopa y después hacemos un ligero tallado con cepillo de nylon, que es como un cepillo de dientes. Más adelante se hace el lavado con agua a presión y si no logramos despintarla, repetimos el proceso una y otra vez”.
Fueron 565 pintas las que se realizaron en el monumento que resguarda los restos de los héroes de la patria, pero tuvieron que pasar casi dos años para poder ser removidas, debido a que lo esencial era consolidar la estructura de la columna que resultó dañada a consecuencia de los sismos de 2017.
Ernesto Ramírez, director del CENCROPAM, explica que es difícil retirar las partículas pequeñas del aerosol que se fueron alojando en los poros de la cantera. Por eso lo productos usados para despintar fueron debidamente analizados para evitar causar algún daño.
Para limpiar las decenas de rayones multicolores, los restauradores invierten en promedio cuatro horas. A este ritmo calculan que podrían concluir con esta labor en unos tres meses.
Derecho a la vida
Este lunes grupos de feministas regresarán al Ángel de la Independencia a reiterar sus demandas. Frente a esa situación, Alfonso Suárez del Real, jefe de la oficina del Gobierno de la Ciudad de México, sostiene que “hay formas de apropiarse de la memoria histórica, que entendemos y respetamos. Esta es una prueba de ello, de que las expresiones que se puedan verter sobre este tipo de monumentos son parte de la memoria de una ciudad y de la comunidad”.
Los trabajos de limpieza de pintas en la Columna de la Independencia continuarán, precisa el funcionario, así que no se reabrirá por completo y sólo se utilizará de manera parcial durante las ceremonias de las fiestas patrias.
A unas horas de que las feministas acudan al espacio inaugurado en el primer centenario de la Independencia de México, la arquitecta Dolores Martínez Orralde, subdirectora general de Patrimonio Artístico Inmueble del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, indicó que: “como siempre lo hemos manifestado, no estaremos a favor de cualquier acción en contra, ni de la libertad de expresión, ni de la manifestación de la lucha femenina. Es una causa que además compartimos. Yo creo que es un derecho legítimo: el derecho a la vida, el derecho a la seguridad”.
Sandra Ramírez Muñoz, como restauradora que coordina la limpieza de las pintas, pero sobre todo, como mujer, reflexiona: “El problema sigue, siguen los homicidios, sigue la violencia en México, entonces lo que se deben buscar son soluciones, de la misma forma que nosotros buscamos soluciones para despintar este monumento”.
PCL