Con la exposición Fuerza del Color (The Strength of Color), la artista mexicana Margarita Morales llegó hasta la Galería Janine Rubeiz, en Beirut, Líbano.
Morales nació en Ciudad Mante, Tamaulipas, y actualmente vive en Alemania, país en el que recreó la serie de 25 obras para su exhibición en Líbano, la cual estuvo abierta hasta el pasado 28 de septiembre y está a la espera de ser mostrada en otro espacio, aunque todavía está por confirmarse.
- Te recomendamos Sharjah se declara listo para la FIL Guadalajara 2022 FIL
La muestra refleja mucho la situación de Líbano, con la luz y las sombras de los colores. “Siempre gana la fuerza de la luz y eso lo vi reflejado en el pueblo de Líbano, porque estoy muy impresionada de la actitud de su gente, muy positiva ante las adversidades que padecen”, dice Morales.
En los cuadros se reflejan situaciones en las que se han encontrado los libaneses, tales como la pandemia de covid-19, las guerras y la inestabilidad económica, pero tras su experiencia, la pintora sostiene: “la gente es muy fuerte. Mis obras les gustaron mucho, ya que les trajo esperanza, tal vez por los colores y el manejo de la luz”.
Una luz distinta
La artista cuenta a MILENIO que a pesar de que la luz es distinta en Alemania, en sus creaciones está presenta el colorido que distingue a su obra.
“Como decía Avelina Lésper, traigo el color en los genes, porque mi estudio en Alemania tiene luz, y por más que se ilumine o esté al aire libre, el sol no tiene tanta intensidad como en México, por eso creo que uno trae la luz de donde creció. A veces cuando pinto en Berlín entre más oscuro esté, mis obras las termino con más fuerza y los colores sobresalen más, es muy raro”, dice la creadora, quien cursó la licenciatura en Comunicación Visual en la Universidad Autónoma Metropolitana y realizó estudios adicionales en la Academia de San Carlos, en la Ciudad de México.
La exposición Fuerza del Color se realizó debido a una invitación a través de José Ignacio Madrazo, embajador de México en Líbano, y de la señora Nadine Majdalani Begdache, de la Galerie Janine Rubeiz.
La muestra integrada por 25 obras, asegura la artista —que en su formación cuenta con una residencia artística de tres años en Londres, Reino Unido—, refleja mucho la situación de Líbano, con la luz y las sombras de los colores.
Comenta que al final siempre gana la luz en sus cuadros, a pesar de las adversidades que se presentan en la vida real. La fuerza de la vida sobresale y sus obras son más bien positivas, lo que logra con el manejo de los contrastes de la oscuridad y de la luz.
Además de la pandemia de covid-19, en sus cuadros también refleja situaciones como la tragedia que vivieron los libaneses en agosto 2020 por la explosión de las 2 mil toneladas de nitrato de amonio que mató a 217 personas y ocasionó el desplazamiento de 300 mil habitantes.
A eso se suman las guerras y la inestabilidad económica, pero tras su experiencia, la pintora sostiene: “La gente es muy fuerte y lo mejor es que no hay asaltos en las calles, uno puede caminar tranquilo. Es impresionante, las personas no están deprimidas, más bien tienen ganas de vivir, de seguir adelante, aunque no le ven mucho futuro a la situación”.
Su lenguaje es abstracto, pero esta vez para la muestra en Beirut, Morales utilizó más referentes como flores y otros elementos que pueden reconocerse a primera vista, no obstante sus cuadros siguen siendo abstractos porque incluyó algunos aspectos figurativos.
Dado el impacto que causó la exposición en la Galería Janine Rubeiz, que se exhibió del 3 al 28 de septiembre, será montada en otro espacio, aunque todavía está por confirmarse, mientras tanto la mayor parte de la obra se encuentra en Líbano.
Adaptación y resiliencia
Actualmente, la artista de la Colección MILENIO Arte se encuentra trabajando en su nueva exposición individual en Berlín, en enero de 2023, en donde también tratará el tema de la naturaleza.
“Abordará el tema de la biofilia, estoy trabajando con la biopsicología, porque es el comportamiento biológico y su resiliencia, ya que estamos en tiempos de cambios fuertes, todo el mundo está consciente de ello y es una cuestión de que necesitamos adaptarnos a los cambios, no hay de otra”.
Al impartir los talleres a niños de Siria, a los refugiados, relata que aprendió mucho porque los menores se mostraban felices, optimistas y llenos de energía, a pesar a la adversidad.
Refiere que a los pequeños les encantó el curso, el cual fue posible, debido a que la embajada mexicana ayudó a contactar a las organizaciones que colaboran con ellos. Y aprovechando la experiencia, también ofreció otro taller en la propia embajada para niños mexicanos que viven en Líbano.
Es por eso que afirma que el viaje fue enriquecedor para ella, pues aprendió de la fuerza de los habitantes de Líbano, que siguen adelante frente a un futuro no tan promisorio.
PCL