Un ejemplo de lo que la comunidad es capaz de aportar a su ciudad lo fue la plaza Hijas de Tampico, producto de la lucha de un grupo de mujeres para que la población pudiera disfrutar un espacio de esparcimiento a unos pasos del río Pánuco y que se convirtió en la puerta de entrada de las personas que llegaban en barco desde diversos puntos del país y del extranjero.
Un emblemático sitio que a 98 años de su creación ha tenido diversas transformaciones, luciendo el día de hoy como parte de ese nuevo rostro que ofrece Tampico a propios y extraños al contarse con un majestuoso edificio que alberga los nuevos mercados municipales.
Mujeres incanzables
La historia se remonta a la época de la bonanza petrolera, cuando varias damas tampiqueñas, al acercarse el primer centenario de la ciudad quisieron darle un regalo inolvidable a las familias locales.
De acuerdo con cronistas e investigadores, en abril de 1922 se organizaron las festividades para conmemorar los 100 años de la fundación del puerto, constituyéndose las asociaciones “Hijos de Tampico” e “Hijas de Tampico”.
Esta última era integrada por damas de sociedad así como secretarias bilingües, quienes trabajaban como mecanógrafas de los directivos de compañías petroleras de origen extranjero que se habían establecido en la zona debido al gran auge petrolero de la época.
De manera incansable, estas mujeres realizaron una serie de actividades con apoyo de sus esposos y patrones, para juntar el recurso necesario para poder llevar a cabo este proyecto que consistía en dar a la ciudad una plaza en donde las familias pudieran divertirse sanamente.
Autoridades y empresarios de la época, al ver el esfuerzo realizado por las damas decidieron llamar a la obra plaza de Las Hijas de Tampico, nombre que prevalece hasta nuestros días y la cual espera que concluya la pandemia para resplandecer como nunca ante los ojos de los visitantes.
Ya algunos turistas han podido admirar esa hermosa postal que conecta los nuevos mercados, la estación del ferrocarril, la ex aduana y esta simbólica plaza, afirma Elvia Holguera Altamirano, secretaria de Turismo local.
HISTORIA
La plaza Hijas de Tampico se construyó en el lecho del río Tamesí que en su momento albergó el puente “Romero Rubio”, que comunicaba el centro de la ciudad con la Aduana Marítima y representaba el acceso a la ciudad de todas aquellas personas que llegaban por barco.
El cronista Josué Picazo narra que los grupos “Hijas de Tampico” e “Hijos de Tampico” se dieron a la tarea de solicitar a los diversos sectores de la sociedad su cooperación para llevar a cabo los festejos del Centenario, que buscaba preservar los orígenes y defender la identidad de la ciudad.
El comité organizador presidido por don Pablo Soulés efectuó un concurso de proyectos, entre los que destacó la propuesta de don José Valladares: la construcción de un jardín a la entrada de la ciudad, frente al puerto. Este jardín llevaría por nombre Hijas de Tampico y en ese lugar también se instalaría un monumento.
LA DESECACIÓN DEL TAMESÍ
Entre 1917 y 1919 durante el gobierno de Venustiano Carranza se rellenó el brazo del río Tamesí cuya extensión abarcaba desde “La Puntilla” hasta el Canal de la Cortadura. Con la desecación del río surgió una extensa franja de terreno que inicialmente fue ocupada de forma desordenada por cientos de jacales y puestos de madera.Para evitar invasiones de comerciantes y embellecer la entrada del puerto, desde 1918 las autoridades municipales ya habían planeado construir un jardín en la plazoleta que se ubicaba frente al antiguo mercado Hidalgo, narra el historiador tampiqueño, Francisco Ramos Alcocer.
Menciona que las autoridades de la época urbanizaron esa parte de la ciudad, formada por las calles Héroe de Nacozari y Aduana, dando paso a la creación de una manzana en donde se establecieron una maderería y un hotel que llevó el nombre de "El Universo", que después se convirtió en la “Casa Garza” y posteriormente en un bar. Prácticamente ese predio era ocupado por particulares, pero estaban en el trazo que venía desde el edificio de la Aduana Marítima de Tampico, cuyo inmueble había sido edificado en el año 1892.
Además de las aportaciones hechas por el comercio, la industria, la banca y las colonias extranjeras, la asociación organizó actividades para reunir el dinero que las obras requerían, como corridas de toros, estudiantinas, kermeses, funciones teatrales y tertulias.
A partir de 1923, la plaza Hijas de Tampico se convirtió en un espacio de recreación para las familias porteñas y dio la bienvenida a los viajeros que arribaban al puerto.
Para septiembre de 1955tres huracanes que azotaron la zona, , se convirtió en testigo mudo de la destrucción que causaron las inundaciones tras el paso 3 huracanes de “Gladys”, “Janeth” e “Hilda". Cuentan que las lanchas atravesaban dicha plaza, misma que permaneció bajo el agua por varios días.
Un lugar para comer
Para la segunda mitad del siglo XX, parte del terreno de la plaza lo ocupó el mercado de alimentos Ignacio Zaragoza, inmueble que ya deteriorado fue sustituido en 1995, por el mercado Gastronómico y Artesanal de Tampico, cuya construcción fue respaldada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Luego de dos décadas de actividad, el gastronómico, cuyo inmueble también albergaba al mercado de Las Tablitas, fue desalojado durante agosto y septiembre de 2015 y demolido a principios de octubre. Alrededor de 180 comerciantes ocupaban sus instalaciones.
La nueva plaza Hijas de Tampico fue inaugurada el 10 de septiembre de 2016, como parte de un proyecto de renovación integral de los mercados municipales y su periferia.´
El trazo de la plaza fue modificado por última vez durante el mes de enero de 2020, para coincidir en imagen y accesibilidad con los nuevos mercados municipales.
Para ello se necesitó maquinaria pesada y gran cantidad de obreros que realizaron la ruptura de las jardineras de la plaza, porque el plan es reducir las ubicadas en la entrada principal del nuevo centro de abastos para convertirla en una zona peatonal.
EVT