Hace más de trece años, seis mujeres de Tetepango, Hidalgo se reunieron para asistir a una clase de repostería y al estar en clases, coincidieron que todas ellas sabían hacer tamales, así que decidieron reunirse para venderlos en el kiosko de su comunidad.
Tamales verdes y de mole, de pollo y cerdo fueron la primera variedad que ofrecieron en la primera Feria del Tamal y el Atole, hace 13 años, el primer sábado de febrero de 2005, “con un frío que nos congelábamos”, recuerda Juana Barrera Olvera, quien asegura que todas las que se reunieron iban con sus hijos pequeños, “que andaban jugando de un lado para el otro”.
El inicio no fue fácil, “porque no todos creían en nuestros tamales, pero poco a poco los vecinos nos empezaron a apoyar, y ahora, después de 13 años, vendemos tamales de salsa de morita con chinicuiles, huitlacoche con queso, de flor de calabaza con requesón, de frijoles con molito, carne de cerdo, y ya son más de 60 tipos de tamales”, asegura.
Asegura que los retos fueron muchos, pero que ninguna de ellas desistía al saber que todas necesitaban de ingresos adicionales para mejorar la economía de sus hogares, pero sobre todo, por gusto.
“Primero lo hicimos por gusto y era algo incierto saber si se nos iban a vender los tamales o no, es más, no sabíamos ni la historia del tamal, pero ahora la necesidad nos ha hecho investigar”.
“Sí mejoró nuestra economía y cada año que hacemos la Feria del Tamal y el Atole, son ingresos para la familia, pero nosotros ofrecemos precios justos y no exagerados, porque nuestra intención es noble, porque queremos conservar la tradición y dar a conocer a nuestro municipio como atoleros y tamaleros, y ganar nuestro dinerito”, señala Juana.
Asegura que la tradición de hacer tamales y atole en Tetepango inicia el 15 de agosto, cuando se celebra a la Virgen de las Lágrimas, y “las mañanitas a la virgen empiezan desde las 12 de la noche y toda la madrugada y a las 4 o 5 de la mañana, ya se antoja algo calientito, por lo que los pueblos vecinos nos empezaron a llamar atoleros, porque consumíamos mucho de esta bebida, y también tamales”.
“Así que dijimos, si nos dicen así, pues vamos a aprovecharlo. Pero desde la época prehispánica, en nuestra región, ya se consumía el tamal”, explicó orgullosa.
Asegura que los recursos para hacer más grande la feria son limitados y es por ello que sólo la feria dura un día, pero a pesar de ello, siguen animadas en vender y hacer que los visitantes prueben las variedades de tamales que se hacen en el lugar.
En este momento se encuentra Tetepango organizando a las mujeres y hombres que participan en esta 13va. Feria del Tamal y el Atole, que se realizará para el 2 de febrero, Día de la Candelaria, en la explana principal del Municipio, en donde esperan que más de 8 mil personas prueben los tamales gourmet, así como los atoles de limón, vino tinto o de guayaba, entre otros, que podrán degustar en los más de 70 puestos que se colocarán en este evento.