A cada paso, en cada puerta o acceso, colocadas en mesas o escritorios y colgadas en árboles de Navidad, se encuentran esferas que revisten de colores y texturas la entrada de la mística Sierra Norte de Puebla: Chignahuapan. Son las varillas de vidrio soplado que, convertidas en globos inflados, adornan los hogares de los poblanos.
El arte de la elaboración de esferas se puede resumir en una palabra: legado. Una herencia que ha pasado de abuelos a padres, mismos que han depositado sus saberes a los más pequeños; infantes que crecieron entre sopletes, brillantina y casquillos y ahora tienen la responsabilidad de preservar una histórica tradición artesanal.
Chignahuapan es el Pueblo Mágico de la “eterna Navidad” y basta con recorrer la zona centro del municipio para enlistar los letreros que penden de marquesinas de casas con techos de teja, los cuales dan la bienvenida a los diferentes talleres artesanales de familias que comenzaron a forjar su historia desde la década de los 70.
En medio de un clima frío y cubierto por bancos de neblina, este Pueblo Mágico es el epicentro de la producción de esferas. Entre sus calles y avenidas están asentados 400 talleres, desde donde se soplan, platean, pintan, decoran y empacan esferas empaquetadas en hasta 100 millones de cajas cada año, muchas de las cuales sobrepasan las fronteras mexicanas.
En la periferia del centro de este Pueblo Mágico se pueden encontrar establecimientos que han marcado una pauta para la elaboración de este típico adorno navideño, en el cual entre la amplia oferta, la innovación ha jugado un papel trascendental. Uno de estos negocios es Esferas “Campanita”, un palacio de objetos de vidrio soplado que cautivan y provocan asombro.
Oficio desde hace dos décadas
En entrevista para MILENIO Puebla, Yair Armando Herrera Olvera, propietario de este negocio navideño, compartió que sus padres Evodio Herrera y Arminda Olvera comenzaron con el legado familiar de Esferas “Campanita”, el cual se ha mantenido durante los últimos 23 años, aunque él incursionó en el negocio hace una década.
Yair Armando fue uno de esos niños que creció entre vidrio, sopletes y pinceles; sobre estos últimos, recuerda que su madre utilizaba para hacer paisajes al óleo plasmados en las figuras de vidrio que entre una de sus formas tradicionales se encuentra la campana.
“Esta es la segunda generación en Esferas ´Campanita´, mis papás son los fundadores, ellos estuvieron dentro del negocio, siguen estando, porque tienen la experiencia y en nosotros la práctica e innovación. Trabajamos en conjunto para tener más y mejores resultados y seguimos caminando para tener y llegar a los hogares con piezas hermosas”, dijo.
Baleros y trompos
En una región donde 80 por ciento de la economía depende de la actividad comercial en torno a las esferas, siempre existirá un reto para los artesanos y productores: innovar. En el caso de Esferas “Campanita”, sinónimo de diseños únicos, llamativos, coloridos y cargados de historia, todos trabajados por un grupo de artesanos para que puedan ser exhibidos al público.
Yair Herrera narró que en 2017 su padre tuvo un sueño: que juguetes tradicionales mexicanos adornaran árboles de Navidad. De esta manera, el vidrio soplado tomó forma de trompos y yoyos, con líneas multicolor finamente trazadas, sin embargo, el trabajo no terminó allí, pues se diseñaron baleros para que se pudiera jugar con ellos a pesar del frágil material que tienen como base.
“Estas son de las piezas más preciadas, ya que el señor Evodio Herrera, mi papá, fue el diseñador y creador. La gente puede lucir sus piezas en los árboles con un nuevo producto, que es el balero con pelota, que lanzamos este 2021 y el siguiente año sacaremos otros modelos. Son piezas de calidad, buena resistencia”, enfatizó Herrera Olvera.
La talavera en vidrio
A la entrada de Esferas “Campanita”, taller ubicado en el bulevar Gustavo Díaz Ordaz número 13, la gente queda cautivada con platos, vasos, vasijas y jarrones de talavera, sin embargo, están hechos de vidrio. Se trata de piezas inicialmente cubiertas de nitrato de plata para dar uniformidad al brillo que les será aplicado y que representan una decoración de alta gama.
“Todo comienza sobre cómo poder colgar algo de talavera en un árbol, porque es pesada. La cerámica cuelga y era imposible, así que se empezó esta parte de diseño y después hacer decoraciones para centros de mesa y comedores, la realidad es que se compra todo el año, no es solo un producto de Navidad, es un proceso artesanal muy minucioso”, explicó Yair Herrera.
En ese sentido, agregó que cada pieza conlleva un trabajo preciso por las figuras multiformes que en muchos casos sirven para terminar de adornar espacios específicos en casas habitación, donde las familias ya cuentan con azulejos u otros adornos de talavera e incluyen sets de vajillas de adornos de vidrio para dar un último toque de elegancia.
Chignahuapan en El Vaticano
En la parte alta del establecimiento se encuentra una estructura metálica en forma de silueta de la Virgen de Guadalupe, la cual es una réplica de una pieza que adorna el Templo de San Pedro en El Vaticano. Este ha sido uno de los logros de mayor satisfacción para las familias Herrera Olvera y Herrera Casas, cuenta Gabriela Casas, esposa de Yair Herrera.
“La original la llevamos a El Vaticano en 2010, como ofrenda en conjunto con el gobierno municipal. Nos invitaron, se hizo ese proyecto y también se decoró la oficina de los pontífices, la original solo llevaba nueve esferas, cuatro en cada costado y una en las manos, porque representan los nueve ojos de agua de Chignahuapan”, añadió.
Actualmente, hay nueve esferas de cada cara de la estructura, a fin de que los visitantes puedan apreciar esta réplica de la ofrenda a la Virgen de Guadalupe donde lucen esferas de todos tipos, las cuales son cambiadas de manera constante debido a la alta venta de los modelos innovadores de esta familia de productores.
La exportación y pandemia
Desde 2010 y con la experiencia de El Vaticano para la familia Herrera se abrió el panorama de comercialización de sus productos; actualmente, las piezas pueden llegar a cualquier rincón del mundo, empezando por México, pues en los 32 estados se puede encontrar alguna colgada en un árbol o adornando una mesa.
“Garantizamos que el producto llegue bien. Hemos mandado a Alemania, Estados Unidos, Canadá, Brasil, España, Guatemala, Belice, Colombia y Venezuela, y la gente, aunque sabe que es más caro el envío que la pieza, te dice que no importa”, añadió Gabriela.
Asimismo, la crisis por la pandemia de covid-19 no ha detenido a este negocio, pese a una baja importante de pedidos y comercialización de piezas. El año 2020 no fue de los mejores para este taller, sin embargo, las ventas por internet representaron un escaparate en medio de un periodo de confinamiento y cierre de negocios durante más de cuatro meses.
“Estuvimos a la baja, la gente estaba en expectativa de que se iba a enfermar. Se cerró la tienda por seguridad y pusimos la atención en el envío a todo el país e innovamos. Tomamos decisiones en estos casos de tragedia, de mucho pesar y para muchos, no nada más nosotros, al final de cuentas tuvimos esta respuesta de salir adelante”, mencionó Yair Herrera.
Actualmente, este negocio apoya a los 35 artesanos que colaboran directamente con los dueños, aparte de los colaboradores dentro de la tienda y los trabajadores externos, por lo que asciende a 80 artesanos y artesanas. En total, el impacto económico de este negocio llega a 150 fuentes de empleo, principalmente, en temporada alta de producción y venta.
AFM