Luego de que el pasado 20 de enero el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (Imacp) anunció la realización de nuevos talleres bajo el formato en línea del Teatro Popular “José Recek Saade”, ex talleristas han denunciado arbitrariedades en la decisión de las autoridades municipales, así como despidos sin justificación y falta de apoyos ante la pandemia, aunado al incumplimiento de acuerdos que se habían establecido con el director de dicha dependencia, Gerardo Oviedo, en diálogos desde septiembre de 2020. Asimismo, acusaron que el funcionario ha minimizado su trabajo cultural y social, al referirse a ellos como “una mafia” que “solo busca apoderarse del espacio”.
En entrevista con MILENIO Puebla, un grupo de ex profesores resaltó que, sin previo aviso y sin consulta, se emitió la convocatoria para que la audiencia participara en estos nuevos talleres en línea, entre los cuales varias de las especialidades con trayectoria de más de ocho años ya no aparecían y en su lugar se lanzaron cápsulas de 5 minutos de duración promedio; sin embargo, esta situación fue solo el resultado de diversas anomalías que meses atrás ya se denunciaban, aunado a que procesos educativos y de formación artística se truncaron pese a los comentarios que a través de redes sociales dejaban los internautas en las páginas oficiales del instituto para que regresaran los talleres.
“Hay algo que la institución siempre usa de pretexto, o así suena, de que existen ciertos tipos de regulaciones para comprobar. Siempre estuvimos en la disposición de generar mecanismos y modos, así como dar resultados a los procesos formativos; por eso surgieron quejas (por los nuevos talleres), pues los alumnos notaron el esfuerzo que hacíamos para seguir generando comunidad e intercambio de conocimiento mutuo. Esto nos tomó tiempo y esfuerzo, ha sido difícil adaptarnos a esta situación de la pandemia, pero lo logramos en su momento (…) es evidente que el intercambio de conocimiento ahora es muy distinto al generar videos de cinco minutos, que no es culpa de los maestros que ahorita están, pues entiendo que es una imposición, pero son los mecanismos que a la institución le permiten generar números de visitas y es por lo que avalan su trabajo, pero si pensamos desde nuestros procesos, esto no genera una conexión entre alumno y profesor”, expuso unos de los profesores.
En ese sentido, recordaron que de forma previa el espacio ha enfrentado dificultades, entre ellas robos, falta de insumos, inundaciones, inseguridad y el más reciente, los daños en su infraestructura por los sismos de 2017; no obstante, lejos de que estas dificultades mermaran el trabajo de los docentes, se creó y fortaleció una comunidad entre talleristas, alumnos y vecinos.
“La comunidad se fue formando, precisamente, para contrarrestar este mal manejo que hubo del espacio. Obviamente, por el tipo de talleres que impartíamos y cómo nos íbamos acercando a nuestros alumnos, ellos se hacían partícipes. Por ejemplo, cuando fue el sismo los maestros fueron activos e invitaban a sus alumnos a hacer limpieza, pero desde hace tiempo existían este tipo de cosas, como inundaciones, robos, que hacían que la gente se uniera más porque les atañían estos problemas. Se formaron círculos de amigos entre alumnos y maestros y todo esto generó que se formara una comunidad, lo que llamamos ahora como la Comunidad del Recek”, expresó una de las profesoras.
“Si en algún lugar sabemos adaptarnos a las circunstancias, es en el Recek. Aunque hemos vivido sismos, inundaciones y ahorita la pandemia, la actitud de los talleristas y de la comunidad se ha caracterizado por esta adaptabilidad. Entre todos nos adaptamos para generar estas estrategias y continuar con los talleres. De este lado nunca hubo negativa para seguir con los talleres o adaptarnos, pero sí hay una actitud de parte de la institución, que en lugar de ayudar, entorpece el trabajo (…) Hay un proceso interrumpido”, comentó uno de los profesores.
Acercamientos en 2020
“Antes de que llegara la administración del director Gerardo Oviedo, en julio de 2020, la pandemia ya había empezado con la antigua administración”, expresó una de las profesoras, quien relató que en la anterior gestión a los talleristas se les dio la oportunidad de trabajar en línea con el fin de evitar las concentraciones en el espacio en el marco de la contingencia sanitaria.
En dicha ocasión, se les pidió a los profesores la entrega de un video tutorial que se subiría a la página de Facebook del teatro a modo de requisito. “No estuvimos de acuerdo, porque no respondía a las necesidades de la comunidad”, dijo.
Sin embargo, externó que los profesores entregaron estos videos sin pago alguno, por lo que a la llegada de la nueva directiva del Imacp, en la que también estuvo enterada Elizabeth Camargo, responsable de la Subdirección de la Cultura para la no Violencia y Discapacidad, se manifestó esta inconformidad de realizar estos videos “que no tenían ningún beneficio para la comunidad y no nos los pagaban. En ese momento, accedieron y reconocieron que no era una herramienta factible, y se decidió que se eliminaran estos videos”.
En dichos acuerdos, también se estableció que dado el trabajo que realizaban los profesores, debían contar con un contrato como trabajadores del ayuntamiento dada su labor y antigüedad, por lo que se buscaría el mecanismo para que fueran reconocidos como tal.
Para ello, el 7 de septiembre se les hizo llegar un formato de contrato “que tenía hasta faltas de ortografía”; trataba de un borrador, sin embargo, pese a la correspondencia vía electrónica con las autoridades, no se obtuvo respuesta satisfactoria.
“Se nos dijo que se nos iba a dar un contrato de trabajo, no se nos explicó bien y ahorita dicen que solo nos pueden contratar como prestadores de servicios, pero lo peor es que ni de esa manera fueron capaces de darnos un contrato digno. Nos dieron la promesa de un contrato que nos ofreciera garantías laborales, pese a que el mismo Oviedo manifestó que era injusto que, nosotros como artistas, no tuviéramos esas garantías; incluso, nos cuestionó si teníamos seguro social y prometió que eso iba a cambiar. Se jugó con nuestro tiempo, se nos hizo creer que tendríamos estabilidad laboral, el machote de contrato estaba pésimamente redactado, no hubo claridad”, aseguró una de las docentes.
“En la Cámara de Diputados están regulando el outsourcing, pero tal parece que aquí nosotros no entramos. Nos tienen como prestadores de servicios, no como trabajadores, pues es una manera muy fácil de olvidarse de todas sus obligaciones”, dijo uno de los maestros.
Asimismo, manifestaron que tras la clausura de los talleres en noviembre de 2020, en diciembre los mismos docentes se acercaron a la Subdirección de la Cultura para la no Violencia y Discapacidad para conocer la dinámica de las clases en el siguiente periodo y recontratación, por lo que el área les informó que debían entregar, además de su propuesta del taller y otros documentos, una acta de evaluación que la dependencia emitía, en la cual se evaluaba su desempeño; no obstante, a la fecha, desconocen en qué consiste el formato de dicho documento, ya que nunca se les entregó, “no sabemos en qué consiste la llamada ACT-1, ellos solamente la conocían, no sabemos de dónde la sacaron”, expresaron, tras señalar que solicitaron conocer el documento, pero no obtuvieron respuestas, pese a que de esta evaluación dependía su recontratación.
De esta forma, el 20 de enero el Imacp dio a conocer a través de redes sociales el inicio de los talleres del espacio, en modalidad online, sin embargo, en el listado anteriores talleres de música, danza, artes plásticas, entre otros, que tenían más de ocho años de antigüedad, ya no figuraban.
En ese sentido, los ex talleristas afirmaron que no se les explicó el motivo por el que no continuaron los cursos, pese a que internautas solicitaron la reincorporación de sus clases.
“Tienen un profundo desconocimiento de esta comunidad y del municipio en temas de cultura. Es triste que llegan estos funcionarios de escritorio y desconocen totalmente qué es lo que se necesita, y en este caso es peor, porque es la misma comunidad la que expresa lo que necesita y se hacen de oídos sordos”, dijo uno de los profesores.
Tras las declaraciones del director Gerardo Oviedo en días pasados, donde afirmó que se buscaba acercamiento con los ex talleristas inconformes, pues la comunicación “está muy lesionada y se vino a lesionar más por la situación de la pandemia”, una de las profesoras aseguró que “yo diría más bien que somos una comunidad organizada. Desafortunadamente, nos tocó acercarnos a esta administración cuando ya había seis meses de pandemia, pero en un inicio esto no había sido un problema, porque a pesar de que nosotros habíamos tenido la iniciativa de acercarnos a la institución y nos costó un buen rato poder lograrlo, nos daban largas. Tuvimos que recurrir a generar oficios para hacerlo más formal, y fue después que tuvimos el primer y único acercamiento con el director donde se dijeron muchas cosas, se aprobaron otras, pero de eso vimos muy poco. La pandemia no fue una dificultad, porque ahora vemos que hay otras formas y maneras de acercarnos para tener un acuerdo, pero éstos nunca llegaron”.
Aunado a lo anterior, los ex talleristas expresaron que no ha existido un acercamiento con el Imacp, pues existe desconfianza ante las propuestas que se establecieron y de las que no obtuvieron respuesta satisfactoria, incluso, “sabemos que él (Gerardo Oviedo) se ha referido a nosotros como una mafia, incluso, nos ha mandado a investigar”, por lo que esperan que la comunicación se aclare y exista un real compromiso para garantizar su trabajo social y cultural, no obstante, continúan con su labor por la vía independiente.
AFM