Conoce la historia de las piezas que no ganaron el concurso del Himno Nacional

El investigador Federico Vale Chirino cuenta a MILENIO detalles de la historia detrás de este símbolo patrio.

Ensayo de la Orquesta Sinfónica y Coro de la Secretaría de la Defensa Nacional. (Foto: Jesús Quintanar | Milenio Diario)
Ciudad de México /

El Himno Nacional, que será entonado este viernes por los mexicanos en cualquier rincón del mundo, se escribió en 1853 y se tocó por primera vez el 15 de septiembre de 1854, en el Teatro Nacional o Teatro Santana.

Luego ese recinto se quemaría y sería demolido, erigiéndose en ese terreno el actual el Banco de México, relata a MILENIO el investigador Federico Vale Chirino.

El estudioso del Himno Nacional, quien indagó para dar con los antecedentes y origen de esta marcha, cuenta que hubo una convocatoria acordada el 12 de noviembre de 1853 y publicada el 17 de noviembre del mismo año en el Diario Oficial, ordenada por el presidente Antonio López de Santa Anna.

La invitación al certamen establecía que las composiciones tendrían que entregarse al Ministerio de Fomento, Colonización, Industria y Comercio en un lapso de 20 días después de publicarse la convocatoria, por eso se sabe que Francisco González Bocanegra escribió el Himno Nacional hace 170 años.

“Ahora lo digo, pero la verdad es que me costó muchísimo trabajo encontrar la convocatoria, busqué en muchos archivos de diversas instituciones y fue relevante dar con ella porque es verdaderamente toral en el descubrimiento de toda la información, debido a que la convocatoria dice que se invita a todos los literatos y escritores para que participen en ese honor que sería componer el Himno Nacional”.

Textos incinerados

Lo interesante de este documento es que establece que una vez decidido el ganador, se eliminarían los demás trabajos participantes. Y así sucedió cuando se anunció que la obra galardonada era “la composición poética del Sr. D. Francisco González Bocanegra, que es la que ha merecido la calificación de la junta, con arreglo a la convocatoria respectiva, y el cual será premiado por el supremo gobierno”, según el Diario Oficial, dice Vale Chirino.

El investigador del Archivo General de la Nación detalla que todos los textos que concursaron fueron incinerados como lo dictaba la convocatoria. Esto es trascendental porque esa es una de las razones por las que fue tan difícil saber los nombres de los participantes.

Cuando en el Diario Oficial del gobierno de la República Mexicana se anunció el domingo 5 de febrero de 1854 el texto ganador, se supo que habían sido 26 composiciones poéticas las que habían concursado.

Se publicó que había sido calificada “de mayor mérito la siguiente, de la que resultó ser autor, al abrirse el pliego cerrado que llevaba su epígrafe, el Sr. D. Francisco González Bocanegra”.

El Himno iniciaba: “Volemos al combate, á la venganza/ Y el que niegue su pecho á la esperanza/ Hunda en el polvo la cobarde Frente”. En tanto que el coro era: “Mejicanos, al grito de guerra/ El acero aprestad y el bridón/ Y retiemble en sus centros la tierra/ Al sonoro rugir del cañón”.

Después se dio un periodo de 60 días para que los músicos que lo desearan presentaran su propuesta de musicalización con base en el texto de González Bocanegra.

La música

Vale es autor del libro Memoria Sinfónica e Histórica de Himnos Nacionales, de la convocatoria de Antonio López de Santa Anna, en el que narra la investigación y cómo dio con las 16 partituras que aspiraban a musicalizar el Himno Nacional, las cuales no se destruyeron (a diferencia de los textos) porque hubo una controversia, ya que muchas personas cuestionaron que Jaime Nunó, un catalán, hubiera sido el ganador.

“Las otras composiciones no perdieron por malas sino porque eran muy sofisticadas, eran piezas casi operísticas, bellas pero muy complicadas, lo que significaba que no eran tan comprensibles para la gente. Entonces nuestro himno es una marcha, se bajaron unos tonos para que fuera más accesible a la mayoría, además de que resulta más pegajosa una marcha que una opereta”, cuenta Vale.

El investigador rescató 11 de las 16 partituras que concursaron y las tiene ubicadas porque encontró los sobres con sus epígrafes correspondientes, que era requisito para que el jurado no supiera quién era el autor.

“Los sobres fueron lo último que encontré en mi investigación, los descubrí en la Biblioteca Orozco y Berra, en la Alcaldía Tlalpan, aunque antiguamente estuvieron en el Museo Nacional de Historia, del Castillo de Chapultepec. Por eso se me dificultó la indagación porque tuve que buscar en los acervos del Archivo General de la Nación, del Museo Nacional de Antropología e Historia y del Museo de las Culturas”.

Vale dice que en la década de los años 40 del siglo XX, durante el sexenio del presidente Manuel Ávila Camacho, el Himno Nacional se volvió constitucional porque, paradójicamente, no estaba contemplado como tal en la Carta Magna, cuando es una obra que forma parte de la identidad nacional.

La Ley de uso de los Símbolos Patrios, que incluye al Himno Nacional, se creó oficialmente en el sexenio de Miguel de la Madrid, en los años 80.

PCL

  • Leticia Sánchez Medel
  • letymedel@yahoo.com.mx
  • Reportera cultural, cursó la maestría en Periodismo Político, es autora de tres libros sobre la historia inédita del Cervantino.

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