Entre una máquina del tiempo y un bolígrafo capaz de hacer realidad todo lo que escribe, Raquel Castro elige la primera. Por eso le sugerimos a la autora de El método infalible para ligarte a quien tú quieras -la novela que presentó ayer en la FIL de Guadalajara- que imaginara la posibilidad de organizar una cena literaria con invitados de todas las épocas y geografías.
¿Cuál sería el escenario literario de tu cena?
La Biblioteca de México, la que está en Balderas. En el Fondo Reservado, a lo grande.
El invitado más divertido
Oscar Wilde, nada más que no hable de mí.
¿A quién no querrías invitar, pero no podrías dejar fuera?
Octavio Paz. Si se entera que hay una cosa así, diría: "¡Yo voy desde la ultratumba!".
¿Quién criticaría todo?
Mi queridísimo Borges. Lo amo con locura, pero era criticón.
¿Quién sería la gorrona?
Alicia Zendejas. Estaba a cargo del Premio Xavier Villaurrutia y estaba en todos lados. Imagino que llegaría diciendo: "¿Alguien dijo cena?".
¿Quién pondría la música?
Adam Rapp, un autor estadunidense de quien traduje su libro Punkzilla. Él, además, es músico. Sería un gran DJ.
¿A quién llevarías como acompañante?
Definitivamente a Alberto Chimal. Si no pudiera ir, llevaría a Verónica Murguía, me la paso muy bien con ella.
¿Quién escribiría la crónica de sociales de la fiesta?
Monsiváis.
DMZ