Recuerdan a Joy Laville en Bellas Artes

Periodistas, curadores, historiadores de arte y funcionarios evocaron la figura de la artista a través de relatos y del análisis de su obra.

El encuentro se dio en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. (Cortesía: INBAL)
Ciudad de México /

En el centenario de su natalicio, que se cumple este viernes 8 de septiembre, se recordó a la artista Joy Laville (Inglaterra 1923, Cuernavaca 2018), en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

La figura de la artista se hizo presente a través de los relatos y del análisis de su obra, que hicieron periodistas, curadores, historiadores de arte y funcionarios.

Se habló de la exposición El silencio y la eternidad, que reúne la obra de Joy Laville en la Sala Fernando Gamboa del Museo de Arte Moderno, y que el público puede visitar hasta el 29 de octubre.

Correspondió a los curadores Lucía Peñalosa y Carlos Segoviano abordar los temas, los estilos y los elementos a los que recurrió Laville.

Segoviano indicó que es innegable que los colores de Laville plantean un espacio etéreo y de aparente serenidad, en la que la reducida presencia de bañistas hace reflexionar y sentir con agudeza los límites de la condición humana frente a la naturaleza.

"Mientras que la presencia inquietante de los aviones nos remite a los avatares de la vida; la presencia de los aviones en la obra de la artista se suele asociar al accidente aéreo en el que falleció su pareja, el escritor Jorge Ibargüengoitia, con quien mantuvo una relación de respeto y admiración desde que se conocieron un fin de semana en San Miguel de Allende”, subrayó.

Como experta en artes visuales, la periodista cultural Merry MacMasters se refirió a Joy Laville y su vínculo con la Galería de Arte Mexicano.

Compartió que “su relación con México la encontró cuando decidió viajar en 1956 a San Miguel de Allende para estudiar pintura; en ese paraíso guanajuatense conoció al amor de su vida, el escritor Jorge Ibargüengoitia, y también lo encontró cuando se unió a la Galería de Arte Mexicano".

Indicó que Mariana Pérez Amor atribuye el éxito de Laville a que la suya era una pintura con la que puedes vivir siempre.

Para Merry, Joy Laville es una gran alquimista de su trabajo, como la llegó a describir la galerista Mariana Pérez Amor.

En su participación, el curador y crítico de arte Santiago Espinosa de los Monteros, quien hace casi una década curó una exposición de Joy Laville, expresó que la creadora no dejó influirse ni buscó tampoco parecerse a lo que estaba pasando en la Generación de la Ruptura, mal llamada así.

Susan Crowley, curadora, investigadora y periodista cultural, quien también participó en esta evocación a Joy Laville, opinó que la artista es lejana a cualquier provocación o moda en el mundo del arte, ya que se decantó por la poesía de los silencios.

Fue Lluvia Sepúlveda Jiménez, coordinadora nacional de Artes Visuales del Inbal, quien manifestó que una de las características más importantes de Joy Laville “es su habilidad para experimentar con diferentes técnicas y materiales; a lo largo de su carrera exploró la escultura en piedra, madera, metal y cerámica, incluida la pintura en óleo y acrílico. Su versatilidad artística la llevó a crear piezas que varían desde esculturas monumentales hasta delicados cuadros abstractos”.

Quien tenga el deseo de conocer más a profundidad la obra de Joy Laville puede acudir a la muestra El silencio y la eternidad, montada en la Sala Fernando Gamboa del Museo de Arte Moderno, ubicado en Reforma y Gandhi.


PCL

  • Leticia Sánchez Medel
  • letymedel@yahoo.com.mx
  • Reportera cultural, cursó la maestría en Periodismo Político, es autora de tres libros sobre la historia inédita del Cervantino.

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