Sentir el aire a más de 42 metros de altura en el andamio sobre el que trabajan los restauradores y escultores sostenidos con arneses, quedará en la memoria de unos cuantos especialistas como lo constató MILENIO que tuvo acceso a los trabajos de restauración de la Columna de la Independencia, el monumento más importante de todos los mexicanos, que resultó dañado con los sismos de 2017.
Subir los escalones para llegar a la cúspide donde descansa la escultura de la Victoria Alada, popularmente conocida como el Ángel de la Independencia, representa superar el vértigo porque a esos niveles sí se mueve la impresionante estructura, dice el restaurador Carlos Iván Herrera, del Centro Nacional de Conservación y Restauración del Patrimonio Artístico Mueble (CENCOPRAM), y encargado del proyecto de restauración, quien desde ahí ofrece una radiografía sobre las intervenciones realizadas a la columna.
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El fuste o columna se dividió en 12 niveles para su restauración exterior. Fueron tres zonas las que más daños reportaron: el mirador; el capitel con sus cuatro águilas; y el área donde su ubican los relieves con cuatros leones.
La restauración, indica Herrera, lleva un 85 por ciento de avance, sólo faltan tres niveles por intervenir, así que los trabajos concluirán este día 21 de agosto.
Consolidación estructural
Para llegar a esta etapa de intervención, primero entraron los expertos de Instituto de Ingeniería de la UNAM, que son las autoridades máximas en cuestiones estructurales en México, apoyados con un dron y con estudios de ultrasonido, con el fin de identificar las afectaciones en la Columna de la Independencia, indica la arquitecta Dolores Martínez Orralde, subdirectora del Patrimonio Artístico Inmueble del Instituto Nacional de Bellas Artes.
De acuerdo con el dictamen de los especialistas a cargo de los ingenieros Roberto Meli y Roberto Sánchez, lo primero que hicieron fue colocar un andamio especial, así como tensores sobre el monumento, con la finalidad de que durante la intervención no se registrara ningún movimiento en caso de un sismo.
Identificaron una mayor afectación en el tercer nivel del fuste de este monumento, pues con los terremotos de 2017 se torcieron y deformaron 16 de las 84 placas del cilindro, mismo que recubría el interior de la columna, el cual fue colocado después del terremoto de 1957, cuando se cayó la escultura de el Ángel de la Independencia. En ese momento también se sustituyó la escalera de piedra original por una de metal, detalla el ingeniero Roberto Sánchez.
Explicó que, para conocer la resistencia de esas placas de acero, hicieron pruebas metalográficas al cilindro para sustituir las partes dañadas, y por los estrecho del lugar, en lugar de 16 se colocaron 20 placas, por lo que ahora son 88 placas de 1 metro de ancho, por 1.2 de altura: “Como huella de esas intervenciones se pintó esa zona de otro color y se quedaron marcas visibles en algunos de los 173 escalones que llevan al mirador”.
De igual forma, precisa, ubicaron filtraciones en los sillares, algunos de ellos fueron sustituidos, asimismo, se hicieron inyecciones para consolidar la piedra y garantizar la preservación también la parte exterior del monumento.
Con tales intervenciones, asegura José María Bilbao, director de arquitectura del INBAL, los mexicanos tendrán monumento para los próximos 200 años.
Han sido dos años de trabajo que iniciaron desde que el 17 de agosto de 2019 con una inversión de más de 14 millones de pesos.
La restauradora Carolina Navarrete, con espátula en mano y con la argamasa con la que restituye los faltantes ornamentales de la columna, manifiesta que se siente orgullosa de poder ser parte de este proyecto: “Soy muy afortunada en intervenirlo y dejar huella”.
Alfonso Suárez del Real, Jefe de la Oficina del Gobierno de la Ciudad de México, explica que del 1 al 27 de septiembre se planea retirar el andamiaje de la Columna de la Independencia. “Se retirarán en la parte poniente para permitir el acceso a la lámpara votiva, donde se colocan las coronas en los homenajes, pero al terminar los eventos se volverá a poner el cerco, pues se tiene que trabajar en limpiar las pintas que dejaron como testimonio de su protesta la Marcha feminista del 16 de agosto de 2019”.
Además
Fuera de la restauración
En esta ocasión, la escultura monumental de El Ángel de la Independencia no será restaurada, porque las autoridades explican que no se contempló en el proyecto de intervención. Aunque deberían de aprovechar que tienen los andamios para intervenirla y destinar los recursos correspondientes, ya que registra un 20 por ciento de pérdida de hoja de oro, es decir, tiene algunos faltantes, el más notorio en parte inferior de la pierna derecha.
nerc