Después de su presentación a cargo de Diego Prieto Hernández, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia, los restos del Hombre de Bilbao serán resguardados en las bodegas del Museo Regional de La Laguna (MUREL) para continuar con el proceso de investigación.
Se informó que a partir de ahora se planteará un proyecto de investigación al consejo de Arqueología en el que se incluya todos los estudios posibles al esqueleto, a los materiales y al sitio arqueológico y sus alrededores, que cabe recordar, los investigadores lo identifican como una taller de artefactos que elaboraban cazadores recolectores, de entre 700 a mil años de antigüedad.
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El arqueólogo Yuri De la Rosa Gutiérrez informó que este hallazgo es el primero que se ubica inalterado, toda vez que los investigadores de la Fiscalía para Personas Desaparecidas llegaron primero, identificando que la osamenta reportada no era la de un hombre contemporáneo, lo que permitió localizar un sitio arqueológico inalterado.
El protocolo se realizó a inicios de julio en el Museo Regional de La Laguna y en contexto se informó que la osamenta fue recuperada tiempo atrás en un paraje de dunas en el municipio de Viesca, por personal de la Fiscalía para Personas Desaparecidas, institución coahuilense. Fue gracias a turistas que denunciaron el hallazgo al sistema de emergencias que se hizo el rescate.
Por las características de los restos óseos y la presencia de material arqueológico, el antropólogo físico Erik Morgan Medina y el arqueólogo Miguel Vargas, de la fiscalía mencionada, consideraron que se trataría de un ser humano prehispánico, hecho que el personal del INAH confirmó al realizar el peritaje. Cabe destacar que ambas instancias trabajan de la mano desde hace tiempo y han atendido casos relacionados con patrimonio cultural.
El investigador del Centro INAH Coahuila, Yuri De la Rosa Gutiérrez, acudió a inspeccionar el área del hallazgo. Luego de recorridos de superficie, descubrió un paraje dentro del contexto de dunas altas, de una extensión aproximada de 10 metros de diámetro, repleto de materiales arqueológicos, donde se localizó el resto del esqueleto, el cual ha sido bautizado como 'El hombre de Bilbao'.
Además, se encontró con huesos de animales y material lítico, tanto herramientas completas como en proceso de elaboración, llamadas preformas, y el desecho que resulta del corte de la roca, lascas, por lo que ha podido identificar procesos de elaboración y corroborar que se trata de un campamento estacional de producción de artefactos líticos.
Los huesos del individuo están muy fragmentados, pero representan todas las partes del esqueleto humano. Los primeros estudios indican que corresponden a un joven de entre 20 y 30 años de edad al momento de morir, que debió tener una vida nómada físicamente azarosa.
El esqueleto estaba asociado a diversos materiales: un collar de conchas marinas, probablemente del Pacífico; una hoja de pedernal blanco, perteneciente a un cuchillo enmangado, característico de los cazadores-recolectores nómadas que habitaron la región desde el poblamiento de América hasta el siglo XVIII; una punta de proyectil y restos de animales.
Por los materiales líticos asociados, la posible filiación étnica de 'El hombre de Bilbao' corresponde a las Culturas del Desierto, cuya antigüedad oscila entre 700 y 1000 años, relacionado con la tradición cultural Candelaria.
Al respecto, el arqueólogo explica que “las características de este tipo de lítica son similares a las de la localizada en la Cueva de la Candelaria, importante sitio explorado en la década de 1950, ubicado a 60 o 70 kilómetros de distancia, por lo que las primeras hipótesis apuntan a un horizonte cronológico cercano, de alrededor de 1000 años antes del presente., en el periodo Clásico Temprano. Es decir que se trata de la misma área cultural”.
Aunque la osamenta después de ser presentada permaneció montada sobre una mesa para su exhibición en el Museo Regional de La Laguna, el arqueólogo dijo que llegó el momento de enviar las piezas arqueológicas a la bodega, de tal manera que la osamenta, el cuchillo y otros materiales líticos, los fragmentos de cerámica y el collar de concha, serán resguardados para continuar con su análisis.
De esta forma se concluyó que el sitio del hallazgo fue georreferenciado y se realizó un levantamiento a través de sistemas de información geográfica. Ahora los materiales son custodiados por el INAH, en el Museo Regional de La Laguna, donde continuarán siendo analizados.
DAED