El redescubrimiento de los restos de Hernán Cortés en 1946 fue noticia mundial. Aparecieron múltiples publicaciones periodísticas, entre ellas la revista Life, dando la noticia del hallazgo de la urna en el templo ubicado a un costado del Hospital de Jesús, el primero fundado en la Nueva España, cuya construcción empezó en 1601 y para 1688 ya contaba con capellanes dando sacramentos, dice a MILENIO la maestra Berenice Bravo, coautora de La introducción de Cuatri partita Terrarum Orbe, 500 años de evangelización, coeditado por la UNAM y la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Ahora que la figura de Hernán Cortés está en boca de todos, hasta de los políticos, que le sugieren al presidente Andrés Manuel López Obrador que los españoles se lleven sus restos mortuorios, cobra relevancia el acontecimiento, ya que el próximo jueves 28 de noviembre se cumplirán 73 años de la penúltima exhumación del capitán Hernán Cortés —la última estuvo a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), un año después.
La historia que causó revuelo fue el supuesto hallazgo de la urna de Cortés en 1946, en la Iglesia de Jesús Nazareno en Ciudad de México, pero ¿cómo fue que se llegó a esta fecha?
En constante movimiento
El conquistador murió en Castilleja de la Cuesta, el 2 de diciembre de 1547, fue sepultado en Sevilla, y 11 años más removido a otro lugar. Aunque en su testamento dejó establecido que quería ser enterrado en tierras mexicanas, especialmente en el monasterio franciscano, cuyos descendientes deberían fundar.
Es hasta 1566 que llegaron a México los restos de Don Hernando, y como aún no estaba edificado el templo que él había ordenado, de manera provisional fueron depositados en la iglesia de San Francisco de Texcoco. Para 1629 se exhuman para cambiarlos a Ciudad de México, pero fue en 1794 que el virrey Conde de Revillagigedo manda a diseñar con el escultor Manuel Tolsá un busto que luciría en su tumba, dentro del Hospital de Jesús.
Berenice Bravo, investigadora de tiempo completo de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), indica que “por el movimiento de Independencia y el sentimiento antiespañol se temía que sus retos estuvieran amenazados, así que fueron escondidos”.
Lucas Alamán tomó esa decisión para evitar cualquier atentado, por lo que entregó a la embajada de España en México, y a sus descendientes, una copia del documento en que se indicaba la ubicación exacta.
Se dice que 1823 la clase política optó por presentar a Cortés como un villano: no bastaron los textos de Carlos de Sigüenza y Góngora que destacaban su labor filantrópica, como las fundaciones hospitalarias. Entonces su urna se trasladó a la iglesia de Santo Domingo, y en 1827 volvió al Hospital de Jesús.
Nunca estuvieron perdidos, solo escondidos. Hubo quienes se dedicaron a buscar el lugar exacto en el que se encontraba la urna, como Fernando Baeza, quien dio a conocer el lugar exacto el 28 de noviembre de 1946, acompañado de los historiadores Manuel Moreno y Alberto María Carreño.
Para poner fin a la controversia, se emitió un Decreto que establecía que el INAH no solo se haría cargo de la urna, también tendría la responsabilidad de conformar la autenticidad.
De acuerdo con las crónicas periodísticas, ese decreto fue compartido por Alfonso Ortega, en tanto que el doctor Trillo, Patrono del Hospital, hizo la entrega de los restos, con lo que se procedió a abrir la urna. Al hacerlo se encontraron que dentro de un tubo metálico estaba el documento que certificaba su autenticidad.
Tras ser redescubiertos los restos de Hernán Cortés, hoy en día se encuentran al lado del altar mayor del templo del Hospital de Jesús —con una la placa que los identifica—, en la esquina de Pino Suárez y República de El Salvador, donde justamente hace 500 años el conquistador español se encontraría por primera vez con el emperador mexica Moctezuma II.
Los restos, “un foco de infección”
A 500 años del encuentro de Hernán Cortés y Moctezuma, y a 472 años de su muerte, el diputado local de Morena Charlie Valentino León Flores Vera opinó que los restos del fundador de la Nueva España son un foco de infección, así que sugirió al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que se lleven los restos del país: “Solo da pena y vergüenza a México, por lo que sugeriría que saque esas porquerías, ese (puto) foco de infección que solo nos pone mal”.
La postura del legislador se hizo viral en redes sociales.