Claudia Sheinbaum, presidenta de México, tiene mucho por hacer en materia de cultura y un largo camino por recorrer para fortalecerla, pero también deberá poner atención para subsanar algunos aspectos que afectan al sector, de acuerdo con la opinión de artistas, especialistas en materia de bellas artes, arqueología, historia y política cultural, consultados por MILENIO.
El flautista Horacio Franco aclara que es muy apoyador, aunque no está cerca de la llamada cuarta transformación, dicho lo anterior, él vislumbra que la acciones que emprenderá la presidenta de México serán en total beneficio de la sociedad.
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“Soy un ciudadano apoyando un movimiento que quise tener en México toda mi vida, por eso me da mucho gusto que la primera mujer presidenta que vamos a tener sea una persona que tiene una visión de la cultura y absolutamente congruente con lo que necesita el país para administrar la riqueza nacional, de científicos, de artista y de protagonistas de la cultura, para poder realmente seguir trabajando, avanzando y sobre todo seguir atendiendo los alcances de la ciencia, las artes y la cultura”.
Franco, con 45 años de trayectoria artística, asegura que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador dio un “un apoyo verdaderamente magistral a los semilleros de las comunidades que lo necesitaban, pues nunca se les había dado presupuesto ya que no se veían visualizadas. Por eso se les dejó de dar a los creadores y artistas tanto dinero y tanto protagonismo, por eso mucha gente se sintió traicionada y desprotegida por el gobierno que antes le había otorgado mucho más patrocinio”.
También mencionó el apoyo al resguardo y la restauración del patrimonio arquitectónico afectado por los sismos de 2017. El anterior gobierno, afirma Franco, protegió a los trabajadores que estaban en nómina, pero no hay dinero extra para proyectos, festivales, exposiciones y museos, así que el gran reto del gobierno que comienza será lograr un equilibrio verdadero para lo que no se dio a los artistas ahora se les otorgue y que se siga apoyando a las comunidades indígenas y a los más marginados.
“Lo único que queremos nosotros los artistas es que el presupuesto sea como lo indica la Unesco, del 1 por ciento del Producto Interno Bruto, para que lo autorice la Cámara de Diputados, y así haya más recursos para la cultura”, considera el flautista.
Agustín Sánchez, escritor, historiador, especialista en el desarrollo de la cultura mexicana e investigador del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) dice que la jefa de ejecutivo federal tendrá una misión imposible, porque tendrá que reconstruir todo lo destruido.
“Había una línea, buena, mala o regular de un proyecto cultural que desapareció en este sexenio y creo que difícilmente se podrá restaurar, pues se requerirá de un largo tiempo. No le veo el tamaño a la nueva secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, ya que sus funciones al frente de la Secretaría de Cultura de Ciudad de México, fue únicamente para desarrollar una sección de espectáculos y conciertos masivos en el zócalo, sin una verdadera política cultural”.
Recuerda que cuando participó en el primer gobierno del Partido de la Revolución Democrática (PRD), con Cuauhtémoc Cárdenas, había un lema: “Una ciudad para todos”, el cual se fue desdibujando a través del tiempo.
“Hoy el Centro Histórico es una cárcel, es una muralla ajena a la sociedad. La política cultural ha sido totalmente autócrata, delimitada únicamente a los grupos cercanos al poder, cualquier persona que haya hecho una mínima crítica a este gobierno está excluida y difícilmente eso cambiará porque sigue la misma estructura”.
Señala que los museos en el país carecen de presupuesto, “prácticamente están abandonados porque todo el presupuesto se fue al Tren Maya y Chapultepec”.
Su conclusión es de un enorme pesimismo, pues afirma que no existe una política cultural y a eso se le suma el mínimo presupuesto con el que contará el sector cultural.
Felipe Echenique, historiador e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), cuestiona la destrucción del patrimonio arqueológico de México registrado a raíz de la construcción del Tren Maya, y adelanta que el daño contra el patrimonio continuará apenas se ponga en operación el programa masivo en infraestructura con mil 500 kilómetros de carga y la terminación de la línea Chiapas con Guatemala, así como con la construcción de líneas férreas de pasajeros hacia el norte del país.
“El gobierno federal de AMLO destruyó indiscriminadamente, alteró y realizó malas intervenciones sobre monumentos arqueológicos e históricos a lo largo de la ruta del Tren Maya; hicimos una denuncia que no ha sido contestada a pesar de que la hemos ratificado”.
Afirma que todos los recursos del INAH se fueron al Tren Maya y con la ratificación de Diego Prieto al frente del INAH, no augura que haya resultados positivos en materia de preservación del patrimonio.
“Con el proyecto de ampliación y creación de vías del tren no habrá los suficientes arqueólogos para que vayan siguiendo las construcciones; en el INAH hay alrededor de 500 expertos en esa materia”.
“En los mil 500 kilómetros de construcción del Tren Maya, hice el cálculo y caben 15 mil Estadios Azteca como área a intervenir, si introducimos las variables tenemos que en cuatro años de trabajo de 500 especialistas que se ocuparon de ellos, nos arroja el dato de que cada especialista debió trabajar en un año lo equivalente a 75 estadios aztecas, cuya composición geográfica, natural, social, antropológica e histórica son totalmente diversos y complejos. La pregunta es, ¿sí bajo esos tiempos y espacios complejos y complicados los 500 especialistas pudieron realizar en verdad un trabajo apegado a la normatividad vigente de investigar, conservar, preservar y difundir los productos de la investigación? Lamentablemente eso mismo pasará con el nuevo proyecto ferroviario de la actual presidenta de México”.
Desde la visión de Arturo Saucedo, experto en legislación cultural y en políticas públicas, la presidenta de México trabajará con un presupuesto muy acotado.
“Tenemos un déficit presupuestal acumulado de 6.6 billones de pesos, más el peso de la deuda. Evidentemente no hay mucho margen y considerando que en estos seis años se ha abandonado a la cultura, peor. Prácticamente gran parte de los recursos del sector cultura se destinó al proyecto centralista de Chapultepec, y ahora por lo menos se va a llevar 500 millones de pesos la operación”.
Desde su visión, lo deseable es tener a alguien responsable de cultura con el perfil para poder negociar los grandes problemas que está enfrentando el sector: “hay un problema de impago laboral muy fuerte y una falta de inversión en la infraestructura cultural. En una palabra, existe un abandono a la política cultural de los estados y de los 2 mil 600 municipios”.
“La secretaria de Cultura federal, Claudia Curiel, no creo que entienda de las finanzas públicas ni de políticas culturales, y Alejandra de La Paz como la nueva directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, violenta con su nombramiento la ley con la que se creó el INBAL, la cual establece que para dirigir dicha institución debe tener una amplia trayectoria artística. Con lo que, a lo largo de los siguientes seis años veremos una tragedia, producto de una ópera bufa”.
PCL