Rock urbano es un concepto musical que se utiliza desde hace años en México. Aunque el término puede ser algo desconcertante o erróneo para mucha gente – que argumenta que lo urbano está implícito en el rock desde sus comienzos –, es la forma que se ha adoptado para categorizar a grupos que gozan de amplio reconocimiento en zonas conurbadas y comunidades populares, lo que no quiere decir que ese sea su único alcance, pues tienen fans de todos los estratos sociales.
El Tri, Liran’ Roll y El Haragán puede que sean los proyectos en activo más populares bajo esta bandera de lo urbano, aunque esto no significa que son los pioneros ni los mejores; simplemente esa triada – junto a Charlie Monttana, quien falleció hace poco – es la que ha tenido más oportunidades de mostrarse en espacios de gran repercusión, como el festival Vive Latino, y medios de comunicación con alcance nacional.
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Para generar una reflexión más profunda sobre este fenómeno musical y social, en MILENIO decidimos hablar con 3 proyectos, clasificados por mucha gente dentro del rock urbano, que tienen gran calidad y miles de seguidores en todo el país: Sam Sam, Karatula y Sur 16.
El sentimiento del barrio
“¡Rock urbano es el sentimiento del barrio! Uno escribe letras con verdad y con mucha reflexión para la banda”, señala Moisés Espinal, vocalista del grupo Sam Sam, sobre el concepto en el agrupan a su banda.
Sam Sam es un proyecto musical que comenzó su carrera el 20 de noviembre de 1992 gracias a su difunto líder y fundador, Serafín Espinal. La banda empezó como un hobby, pero con el tiempo adquirió un enfoque más serio gracias al esfuerzo y dedicación de sus músicos. Actualmente está conformada por Geovanny (batería), Jorge (guitarra), Montana (bajo) y Moisés.
Por su parte, Efrén Naranjo, cantautor y productor de Karatula, banda que en 21 años de trayectoria ostenta la nutrida cantidad de 10 discos realizados, piensa que lo de rock urbano “se da solo por ser un rock de bajo presupuesto, porque músicos y compositores buenos los hay en el medio. También por algunas bandas que no se preocupan por su imagen y su música, y que con 3 acordes graban 20 discos. Por eso y más, le llaman rock urbano”.
“Es un término en el que etiquetaron a las bandas que hacemos rock en la ciudad y periferia; creo que es una mala etiqueta para distinguir a los que hacen rock fresa y los que hacemos el verdadero rock mexicano”, opina Héctor Prado, baterista de Sur 16.
Esta banda, que tiene su antecedente en el proyecto Alma acústica conformado por Javier Rangel El vampiro y Fernando Cervantes Chester, irrumpió en la escena musical a finales de los años noventa con el disco Atrapado en los recuerdos del sello Discos Denver. Javier fungió como voz y fundador del grupo hasta su fallecimiento el 23 de octubre del 2011, por lo que el rol de vocalista pasó a su hijo, Ángel Alejandro Rangel.
¿El sonido de la periferia?
"Los hacen a las orillas de las ciudades porque siempre hemos sido orillados por la sociedad, que tiene un mal concepto de la música; porque al decir que es un concierto de rock urbano la gente piensa lo peor de la banda y, sin saber, juzgan", afirma Espinal sobre por qué la mayoría de los conciertos de bandas similares en estética y lírica a Sam Sam, ocurren en las periferias.
El líder de Karatula complementa la idea de su colega, señalando que "hay lugares donde es difícil que lleguen las bandas y por algún mal comportamiento de 1 o 2 personajes del público, se estropea todo y nos tachan de mamones y demás. Pero la aceptación o los espacios son iguales, al igual que la gente".
Pero Héctor no concuerda con que ésta (la periferia) sea el espacio geográfico donde el rock urbano tiene mayor influencia, pues cuenta que Sur 16 ha tenido la oportunidad de tocar en foros como el Teatro Metropolitan, Teatro Ferrocarrilero, Arena Ciudad de México y otros recintos de renombre.
La zona de impacto es, al final, una perspectiva subjetiva para cada banda. Aunque la frecuencia de eventos para las tres bandas sí es mayor en zonas conurbadas.
Pero en lo que los tres músicos sí concuerdan es en el poder se sus canciones, pues éstas narran episodios cotidianos que son fácilmente asimilados por "cualquier joven y no tan joven que busca escuchar buen rock", dice el integrante de Sur 16. Además, los tres conjuntos procuran la relación con sus seguidores. "Sabemos ser personas abajo del escenario, no somos unos rockstars", afirma Moisés.
El rock mexicano frente a la pandemia
"Lo más difícil es estar sin eventos, con un disco en el estudio de grabación parado y proyectos que se quedaron por realizar; uno de ellos: los trámites de la banda para viajar al extranjero. Además, la mayoría de los integrantes tienen carrera u oficio que desempeñar por aquello de la crisis musical", revela Efrén sobre la perspectiva de Karatula ante la crisis sanitaria que hay en México por el coronavirus.
Héctor y Sur 16 viven una situación similar, pues, hasta antes de la emergencia, la banda realizaba "hasta 4 eventos semanales; eso espiritualmente nos mantenía contentos, vivos. Ahora, estar en casa sin tocar, sin viajar, sin estar cerca de nuestros fans, es verdaderamente difícil. Hoy no tenemos una fecha cercana para regresar al escenario".
Aunque, a pesar de la adversidad, estos tres músicos no pierden el deseo de volver a colgarse una guitarra en una sala de ensayo, hablar por un micrófono ante miles de personas o grabar un disco en un gran estudio. Todo eso que los ayude a, como dice el vocalista de Sam Sam, "seguir el camino del rock mexicano".
yhc