“Inicié la carrera de ingeniero civil, pero la abandoné para dedicarme a la música”

LADO B

El director de la Orquesta Sinfónica estatal aprecia la comida, el buen vino, del arte y las charlas con amigos, pero se está reencontrando con el piano, su antiguo amor.

Fue una experiencia inesperada estar como espectador en presentaciones de la orquesta, como estar en el asiento del copiloto. (Iván Carmona)
Aura Moreno
Toluca /

Rodrigo Macías descubrió su interés por la música desde niño, entre sus recuerdos de infancia atesora uno en particular: al maestro Enrique Bátiz al frente de la Orquesta Sinfónica del Estado de México en la catedral de Texcoco. En ese momento no imaginó que años después él sería el director de la emblemática agrupación.

Aunque reconoce que a lo largo de su vida la música ha sido el elemento principal, también es amante de la ciencia ficción, la comida, el buen vino, las conversaciones con amigos, del arte y de todo aquello que nace de la creatividad.

Sin la etiqueta de músico, ¿cómo te defines?

Como curioso y ecléctico que gusta de muchas cosas diferentes, desde la comida y la bebida hasta todo lo relacionado con mi actividad musical, me gustan cosas que incluso se contraponen entre sí y puedo pasar de una a otra sin problema, me considero poco prejuicioso y eso me ha permitido ser más dinámico.

De no ser músico ¿a qué te dedicarías?

Yo creo que arquitecto, pintor o inventor, me encantaría ser inventor. Al terminar la prepa inicié la carrera de ingeniero civil que abandoné para dedicarme a la música, después del shock inicial de mi familia me dieron todo su apoyo, desde entonces ya no tuve dudas de que quería ser músico profesional, aunque en ese momento no imaginaba ser director de la Orquesta.

¿Qué música escucha un director de orquesta?

De todo. Me gusta la música popular, rock, pop, jazz, mexicana y de otros país, me encanta la ópera. Trato de escuchar la mayor variedad de música que puedo, le entro a todo, pero definitivamente el reggaetón y el merengue no son mis preferidos.

¿Qué te nutre?

La literatura, la pintura, la historia, un buen vino, una buena comida, las amistades, las charlas, escuchar y ver a otros artistas, me nutre mucho la vida artística de México, el cine es muy importante para mí, en general la vida es motivo de inspiración y de estímulo para seguir adelante.

¿Película que recomendarías?

Dos películas que me encantan y recomiendo es Blade Runner e Interestelar, soy un amante de la ciencia ficción. Creo que el cine es sumamente poderoso, pero que gracias a la música ha llegado a muchos más lugares, y mucha gente se ha acercado a las salas de concierto gracias a los temas de las películas.

Son dos compañeros que nos ayudan siempre, porque nos permiten asociar emociones con imágenes que no desaparecen, se quedan en la memoria, por eso tiene tanta influencia en las personas.

¿Cuál es tu relación con Toluca?

Es una ciudad que he ido conociendo laboral y sentimentalmente, le tengo mucho cariño, en Toluca hay una vida cultural importante eso me gusta y se refleja en mi trabajo, además es la casa del Estado de México, uno se va volviendo toluqueño.

¿Y Texcoco?

Ocupa un lugar fundamental en mi corazón, soy un texcocano orgulloso de sus raíces y de su tradición artística, ahí está mi familia, mis amigos y siempre estoy cerca de ellos, mis primeros conciertos como director fueron en Texcoco, le guardo un gran cariño y siempre trato de estar ahí.

¿Cómo pasas del escenario a la butaca del espectador?

Cuando asumo que solo voy a ver y no tengo responsabilidades, que no es mi propia orquesta o un proyecto en el que estoy involucrado, me relajo, a veces soy muy crítico, pero entiendo el contexto en el que se hacen las cosas y puede gustarme mucho.

Ahora que reiniciamos actividades presenciales la gran parte de los conciertos no los dirigí, iba a la sala como un espectador más y se siente muy raro, como si fueras en el asiento del copiloto queriendo meter la velocidad, frenar, dar vuelta, fue una experiencia inesperada.

¿Algo que pocos sepan de ti?

Que en Texcoco acompañaba en el piano a cantantes locales en diferentes lugares y eso me dio una gran experiencia, que soy un amante de la pintura, de la comida y del vino mexicano.

¿Qué sigue para ti?

Durante esta contingencia volví a mi antiguo amor que era la composición musical y el piano, porque lo que me llama la atención de la música es el aspecto creativo, el aspecto interpretativo no tanto.

Este impulso creador de ser uno con las teclas del piano quiero retomarlo, esta pandemia me sirvió para hacerlo y quiero seguir por ese camino.

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