“La UNAM es mi casa y la cultura es el lugar que yo habito: he ingresado a la universidad para tener sentido de vida y de futuro, lo que hacen los jóvenes universitarios, porque la UNAM nos da un sentido de vida en una de nuestras partes más importantes de nuestra existencia, que es el futuro profesional”, aseguró la escritora Rosa Beltrán en su primer encuentro con distintos medios de comunicación como coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM.
Después de haber asumido el cargo al mediodía de este lunes, en una ceremonia presidida por el rector Enrique Graue Wiechers, la escritora habló de su intención de consolidar los programas que se llevaron a cabo durante la gestión de Jorge Volpi, “me parece impecable la manera en que Difusión Cultural se manejó antes de la pandemia, llevando la cultura fuera y dentro de la universidad, acercándose a los estudiantes, pero también durante la pandemia”.
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“Al principio todos tuvimos incertidumbre, pero la pandemia permitió que la cultura se extendiera mucho más allá de lo imaginable”, resaltó la autora de títulos como La corte de los ilusos o Radicales libres, por lo cual se adoptará mucho de lo aprendido durante la pandemia, pero necesariamente “tendremos una posición híbrida y después tenderemos poco a poco a lo presencial”.
“Uno de los desafíos más grandes será volver a allegarnos de ese público, acercarnos otra vez, a través de la música, la danza, los talleres y, sobre todo, los festivales que se tienen dentro de esta sede, pero también en las otras y el alcance en CCH, prepas o facultades, va a seguir siendo parte del proyecto de esta gestión”.
Otra palabra clave en su responsabilidad será “pospatriarcado”, un concepto que hace ruido, que tiene que ver con la diversidad, la inclusión, la igualdad, las nuevas masculinidades, con formas de pensarnos de una manera distinta, de analizar y estudiar, como lo hace la universidad y el espíritu universitario, al machismo, dentro y fuera, lo que además “no es privativo de los hombres, es una cultura milenaria heredada”.
“El regreso se hará de manera paulatina. Nuestro deseo y el del rector es regresar cuanto antes a las actividades y lo haremos de manera cauta, cuidando ante todo la salud de quienes acudan, con aforos limitados, normas muy estrictas para el regreso. Las clases se inician el 31 de enero, algunas actividades de difusión cultural se podrían llevar a cabo a partir de febrero”.
Frente a los cuestionamientos que han recibido las universidades en diferentes escenarios políticos, Rosa Beltrán aceptó que, si bien la cultura dialoga con la política, con la sociología o con la economía: se trata de que en cada uno de los distintos frentes de la cultura se explique cómo es este tiempo y “defendiendo lo que se ha logrado, esperando lograr mucho más”.
“Quienes no los han tenido se dan cuenta de lo que significa perderlo: soy universitaria y sé el tesoro de lo que significa el conocimiento universitario, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Yo vivo al día y, como dice Sor Juana, cada día tiene su propio afán. Hoy es un gran reto y el tiempo que esté allí lo seguirá siendo. Tengo antecesores que hicieron un trabajo enorme, soy contraria a pensar en la idea de la tabula rasa, porque nosotros lo vamos a hacer mejor: me parece una tontería, un desperdicio de trabajo y de recursos. Difusión Cultural tiene muchos años y quienes han estado allí dejaron un trabajo espléndido”.
Rosa Beltrán anunció que sostendrá entrevistas con cada uno de los titulares de las diferentes áreas de Cultura UNAM a fin de subrayar el interés en continuar con el proyecto, al tiempo de innovar, a quienes les dará a conocer su programa de trabajo, previo a su presentación ante la Comisión de Cultural del H. Consejo Universitario y el Consejo de Difusión Cultural de la UNAM.
PCL