Rubicó, una casa ideal para hacer puras 'mexicanadas'

Arte

Un taller de arte, un punto de encuentro para creadores, una ludoteca, un lugar de diseño y tecnología; todo eso es el taller Casa Rubicó, que se encuentra en Polanco.

Rubicó se encuentra en Luis G. Urbina 74, en Polanco. (Foto: Jesús Quintanar | MILENIO)
Verónica Díaz
Ciudad de México /

Inspirado en el momento decisivo en que Julio César se jugó la vida y el honor para cruzar el río Rubicón hacia la conquista de Roma, Carlos Cerón y un grupo de entusiastas crearon un espacio en Ciudad de México dedicado a la cultura nacional, un sitio ideal para hacer mexicanadas.

Ubicado en Luis G. Urbina 74, en Polanco, Rubicó es un taller en el que artistas o artesanos expertos en oficios y disciplinas crearán obras de arte colectivo.

Por ejemplo, está el Altar de muertos que hace homenaje al Movimiento del 68, inaugurado para celebrar el arranque de sus actividades, luego de tres años de planeación y trabajo previo.

La muestra también exhibe la típica calavera que protagoniza casi toda la obra del creador plástico Demian Chango Mohar. La obra original fue intervenida por el escultor Andrés Amaya y la especialista en diseño, Marimar Chapa, para dar como resultado una nueva calaca.

Una calavera rosa adorna la fachada de Casa Rubicó. (Foto: Jesús Quintanar | MILENIO)
¿Qué es

una 'mexicanada'?

"Un objeto sacado de su contexto, reinterpretado, mejorado, transformado en otras cosas para volverlo más chingón y resolver necesidades", cuenta Gonzalo Ortiz, director creativo del taller.

Una mexicanada, agrega Ortiz, es lo que sucedió con la calvera de azúcar: tomada del tzompantli hecho de cráneos reales, sangre y lodo de los pueblos amerindios, y fusionada con la fiesta española de Todos los Santos —que a su vez proviene de culto romano en honor a los héroes caídos—. 

“Se le quitó lo belicoso, la sangre se volvió azúcar y ahora es ícono de la mexicanidad”.
Hay una sala donde se expone la represión del 2 de octubre. (Foto: Jesús Quintanar | MILENIO)

El espacio contará con un taller de arte —donde siempre habrá nuevos artistas trabajando—, una galería de arte, una cafetería, una tienda de arte y diseño y una ludoteca.

En la exhibición, que permanecerá montada hasta fines de noviembre, hay una sala en la que puede apreciarse una selección de objetos de la vida cotidiana de los estudiantes de 1968 en realidad aumentada. También hay una sala donde se expone la represión del 2 de octubre y la galería donde puede verse la calavera del Chango Mohar.

La colorida reinterpretación del 'tzompantli' en Casa Rubicó. (Foto: Jesús Quintanar | MILENIO)

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