Sabines, el Ismael Rodríguez de la poesía: Claudio Isaac

La película reúne testimonios de investigadores, escritores, activistas y presas sobre la forma en que la obra del chiapaneco, autor de “Los amorosos”, cambia su vida cotidiana.

En 1980 buscaron al poeta para filmarlo, pero se escondió varios días. (Eliane Cassorla/Notimex)
Jesús Alejo Santiago
México /

No hay una cifra cerrada, simplemente el deseo de evocar y festejar un poema que se convirtió en parte de muchas vidas: “Los amorosos”, que apareció hace 68 años y no ha dejado de estar entre las palabras de quienes se la apropian para compartirla con el otro y la otra. De allí parte el programa preparado para evocar al poeta chiapaneco Jaime Sabines.

Grupo Planeta y el Programa Nacional Salas de Lectura de la Secretaría de Cultura organizaron el concurso Los amorosos leen, dirigido a los miembros de ese proyecto. También fue lanzado el documental Sin dios y sin diablo. Jaime Sabines y sus lectores, dirigido por Claudio Isaac, quien mantiene su interés por construir la memoria visual de una parte de la literatura mexicana de la segunda mitad del siglo XX.

“El proyecto nace cuando vi un documental en Canal 22 sobre Albert Camus, cuya propuesta era ver a un gendarme de la policía parisina, un maestro de aritmética de una escuela en Marruecos, un señor que coloca duelas en Canadá... gente de a pie rindiéndole culto a Camus. Es decir, su influencia en la vida diaria de estas personas muestra cómo la literatura puede modificar la calidad de vida de los lectores”.

En el documental de Isaac aparece una activista mazahua, pero también investigadores, escritores, promotores de la lectura, actores y actrices, por lo que las apuestas principales del proyecto se cumplen, según el realizador del documental tras la reacción del público en sus primeras exhibiciones.

“La única figura literaria reciente que aguanta eso es Sabines, por ser una figura bien amada, sin menospreciar a Octavio Paz o a Juan Rulfo, que son figuras mucho más complejas y demandantes en la literatura, lo cual tampoco las hace mejores. Sí hago énfasis en que lo mejor de la poesía de Sabines es aparentemente sencillo, transparente y accesible, pero es una virtud porque tenía una inspiración preclara, lo cual es un don”.

VOLCÁNICO

El documental tenía un antecedente: en 1980 Isaac fue a buscar al poeta a Tuxtla Gutiérrez, pero éste no estaba interesado en ser filmado y desapareció durante días. Fue necesario usar los poderes de su hermano Juan, entonces gobernador de Chiapas, para sacarlo del lugar donde se escondía.

“Después de que se coreaba su nombre cuando abarrotó la Sala Nezahualcóyotl y el Palacio de Bellas Artes, vino una época de silencio: era una luz que se apagaba naturalmente. Creo que por la naturaleza de sus poemas tiene un lado clásico, cuyos ejes son la soledad, la muerte y el amor, y por la manera frontal de abordarlos. También tiene una cercanía que no va a pasar de moda, además de consistencia y calidad para trascender. No creo que nunca se vaya a ir del todo”.

Isaac reconoció en entrevista con MILENIO que parte de la poesía de Sabines pega más en la primera juventud, por la pasión con la que un adolescente aborda esos temas de la vida, porque “con la templanza que le dan a uno los años se voltea hacia otras cosas”.

Para la cinta el realizador eligió a 20 lectores de distintos oficios y profesiones para que compartieran las historias íntimas que los unen con el poeta chiapaneco. Esas voces son complementarias de la lectura que hace a cuadro la actriz Irene Azuela y la presencia de Sabines mismo, extraída del archivo fílmico de Isaac.

“Sabines podría ser un poco como el Ismael Rodríguez de la poesía: hay una exaltación muy mexicana, pero tan genuina y tan poco reflexionada que me lleva a pensar que la obra, si no responde a la naturaleza del hombre que la produjo, es necesariamente un artificio, y Jaime era volcánico. Conocí a Paz, a Buñuel y a Rulfo, y el modo de desplazar aire de Sabines al entrar a un cuarto no tiene comparación. Es el ser humano de mayor impacto y potencia, y eso se refleja en lo mejor de su obra”.

El documental de 75 minutos, que cuenta hasta con la opinión de dos reclusas de Santa Martha Acatitla, a partir del 8 de junio tendrá un periodo de exhibición en la Cineteca Nacional y en otras salas del país.

LAS MÁS VISTAS