A través de su propio cuerpo, la artista Sandra Pani se enfrascó en un diálogo con el espacio del Palacio de la Autonomía, la iglesia de Santa Teresa la Antigua y el Templo Mayor, para montar su más reciente exposición: Desmembramiento y Transformación, que se inaugura este miércoles 6 de septiembre, a las 19:00 horas.
Pani despliega en el edificio de la UNAM 50 monotipos de 2 metros por 97 centímetros que elaboró ex profeso para el lugar a partir de una invitación hace un año, que le llevó a reconocerse en ese ambiente.
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En entrevista, la artista plástica recuerda que ella trabaja sobre el sitio donde va a exponer; es decir, no elabora las piezas y después las lleva al lugar destinado para la exposición, por lo que cuando llegó al Palacio de la Autonomía recorrió el espacio y quedó atrapada por éste y por sus edificaciones vecinas.
“Siempre trato de entablar un diálogo con el espacio, cuando vine a conocer el Palacio de la Autonomía vi la historia, vi que era el convento de Santa Teresa, una de las santas a las que yo me siento más cerca en muchos sentidos. Y también una de las cosas que me atrapó fue la cercanía con el Templo Mayor”.
“Empezó mi necesidad de hablar de dos de las piezas prehispánicas más emblemáticas en él: la Coyolxauhqui, diosa de la Luna, y Tlaltecuhtli, diosa de la Tierra, del inframundo. Son dos deidades femeninas –aunque Tlaltecuhtli a veces es ambigua– en cuyas cosmogonías fundacionales está el desmembramiento, ambas, para devenir diosas, fueron desmembradas”, explicó Pani.
La artista recordó que, según la mitología mexica, Coyolxauhqui fue desmembrada por su hermano Huitzilopochtli, quien la arrojó de la cumbre de la pirámide del templo a la base y ella se convierte en la diosa de la Luna; a Tlaltecuhtli los dioses la cortan a la mitad cuando está flotando en el mar primigenio y luego del desmembramiento deviene la Tierra de donde nacen frutos, manantiales y flores.
Agrega que ambos mitos, relacionados con su propia exposición que estará hasta diciembre, abordan un tema que ha trabajado ya muchas veces y que es el desmembramiento psíquico, que muchas personas pasan por él cuando la vida los lleva al límite y deben desmembrarse para reinventarse en algo mejor.
"La vida nos lleva al límite de tener que desmembrar esa manera de estar y reinventar otra manera, de eso va la expo. Son procesos que todos llevamos a cabo en la vida, unos más que otros, cómo a través de un desmembramiento podemos convertirnos en una mejor versión de uno mismo. De cierta manera los monolitos en el Templo Mayor son recordatorios para que nos acordemos que vamos a pasar por ahí".
Recordó que siempre la forma en que expresa su trabajo es a través de su propia corporalidad.
"Qué se siente tener un cuerpo, habitarlo, cuál es la experiencia de la corporalidad, y, en este caso, repetí esa experiencia que he tenido muchas veces", añadió Pani.
De esa forma, en el medio centenar de piezas que integran Desmembramoento y Transformación, el cuerpo de la artista se recrea en figuras casi fantasmales, residuales, eso que queda de la carne, casi como formas evaporadas de ella, de manera muy similar a esos restos humanos casi sombras de las víctimas de las bombas atómicas de Nagasaki e Hiroshima.
En ese sentido Pani recuerda que en todas sus obras lo residual es un tema fundamental. Desmembramiento y Transformación establece así diálogos entre el misticismo de Santa Teresa y las mitológicas diosas prehispánicas, entre el Eros y Thanatos, entre el cuerpo y su residuo, entre lo abstracto y lo figurativo.
La muestra, que estará abierta del 6 de septiembre al 3 de diciembre en el Palacio de la Autonomía de la UNAM (Licenciado Primo Verdad 2, Centro), se complementa con piezas del Instituto de Geología. Entrada libre.
PCL