La exposición Réplica, que inaugura este 5 de noviembre el artista Santiago Borja (México, 1970), es una revisión exhaustiva de tres lustros de trabajo.
Está integrada por dibujos, maquetas, esculturas, textiles y video. Se trata de un proyecto sensible a los espectadores “para que le encuentren el sentido al estar aquí, para que vean cosas atractivas en sí mismas”, explicó el artista durante un recorrido por la muestra.
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Se presentan alrededor de una decena de proyectos que se entrecruzan por el interés del artista en la arquitectura, el arte, los grupos esotéricos y los textiles, y dan cuenta de prácticas nacionales, religiosas y espirituales particulares.
Entonces, “es la relación entre el patrimonio material y al mismo tiempo estas prácticas de encarnación del patrimonio o de la tradición, como puede ser tejer”, detalló el artista, acompañado por Ramiro Martínez, director del Museo Amparo, y de la curadora Catalina Lozano.
Lo mexicano
“Es mi afán por descubrir otras formas, otras prácticas y justamente cuestionar qué entendemos por preservación y qué implica un objeto, como si tergiversáramos la realidad; desde ahí surge mi reflexión. A mí lo que me parece muy interesante es preguntar a la realidad, esa que de pronto se ve institucionalizada a través del concepto de patrimonio”, comentó.
El arquitecto plantea que la riqueza cultural no puede reducirse a un color, por eso a él le interesa romper esos monolitos que dicen: “Esto es lo mexicano y eso es lo que vamos a defender y a preservar”, debido a que históricamente en México se ha tratado de construir, quizás desde la Revolución, la idea de lo mexicano. Son prácticas que él retoma de la tradición y que de alguna manera se siguen replicando.
Su deseo era ver qué quiere decir la representación nacional y la idea que hay del Estado-nación y de la mexicanidad. “Quizá lo que nosotros estamos cuestionando es que en realidad el patrimonio es múltiple, es difícil limitarlo a una sola explicación”.
Patrimonio
¿Por qué preservar esto? Se le cuestionó al artista. “Todo eso que damos por hecho obedece a lo que es valioso en sí mismo, a mí me interesa preguntar cuáles son los intereses y la ideología detrás de la preservación de ciertas cosas. A partir de ahí empecé a trabajar en ciertos lugares, qué representa y qué significa, en mi opinión, todo el patrimonio cultural”.
Borja dijo que eso sirve para establecer narrativas dominantes, y que en el caso de Europa se cuestionó por qué surgen ideas así en el siglo XX, cuando aparentemente había una idea de universalidad como el psicoanálisis.
“Cuando Freud lo describió como una teoría que, según él, podría aplicarse a cualquier cultura y en cualquier tiempo”, consideró el arquitecto.
También dijo que la narrativa universalista lo motivó a cuestionarse el colonialismo europeo, y que esto lo llevó a hacer una intervención artística en lugares como la Villa Savoye de Le Corbusier, en Poison, Francia; así como su Diván en el Freud Museum en Londres.
A Borja no le interesa la producción del objeto en sí, sino los procesos de investigación que como artista le roba a la realidad.
“En mi trabajo, y mucha investigación y colaboración, en 15 años he intentado entrecruzar mundos y diferentes perspectivas, así que lo que se verá aquí es un poco lo que se va quedando de todos esos proyectos realizados en los últimos años”.
En el mundo del arte persiste la idea de considerar algo valioso y ponerlo en una vitrina y él piensa que como artista le interesa acercarse a las cosas, tener la experiencia directa de ellas.
“Muchas veces no es que tenga una idea preconcebida de algo específico, trato de trabajar con las personas, ver qué tipo de diálogos, qué tipo de conversación se va a dar entre el conocimiento que ellos tienen, y entre una técnica y una manera de ser y mi visión”.
Réplica se presentará en el Museo Amparo de Puebla hasta el 20 de marzo de 2023. La entrada es gratuita hasta nuevo aviso.
DAG