El fotógrafo brasileño Sebastião Salgado dijo al recibir el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes, que quería compartir el galardón con todas las víctimas de las tragedias que permitieron que las fotografiara.
"Quiero compartir este premio con todos los que permitieron que los fotografiara para que su tragedia fuera conocida en el mundo", dijo Salgado en su discurso durante el acto de distinción, en la iglesia de San Pablo en Fráncfort.
Salgado, en su discurso, hizo un repaso de su trayectoria que lo llevó a muchas partes del mundo documentando situaciones extremas, y luego a diversos paraísos naturales, lo que hizo para sacudirse de la situación de desespero tras haber trabajado como fotógrafo en el genocidio de Ruanda.
"Ese genocidio hubiera podido ser detenido si Europa y la ONU hubieran intervenido. Todo el mundo sabía lo que estaba pasando y nadie hizo nada", dijo Salgado.
Lo que siguió después fueron viajes desde la Antártida hasta el Amazonas que, mencionó Salgado, "está ahora en primer plano de la actualidad por la política criminal del presidente brasileño".
"El Amazonas está ahora en las noticias por la política criminal del presidente brasileño. Los pueblos indígenas viven con miedo. La agricultura industrial destruye cada vez más selva", señaló Salgado, pese a todo el horror que ha visto, dijo que seguía teniendo cierta esperanza, porque, aseguró, "el futuro del planeta está en nuestras manos".
"No podemos negar el daño que podemos hacernos pues el ser humano puede ser un lobo para el hombre. Pero el futuro del planeta está en nuestras manos", comentó.
El premio, según Salgado, reconoce su trabajo de casi cincuenta años y toda su vida.
"Me corrijo, nuestra vida. La de Leila y yo", dijo en referencia a su mujer.
"Todo lo que he hecho no hubiera sido posible sin Leila. Ella me llevó a la fotografía, ella ha diseñado mis libros y ella me devolvió la esperanza y me salvó la vida cuando volví de Ruanda", apuntó.
epc